Viñetas de realidad: 10 cómics de no ficción recientes

BarcelonaLa época en la que el cómic de no ficción era cosa de un puñado de francotiradores como Joe Sacco, Art Spiegelman o Guy Delisle ya es historia. La nómina de autores que se desmarcan de la ficción tradicional es más larga que nunca y las librerías tienen una oferta cada vez más variada de cómic periodístico, ensayos en viñetas, recreaciones históricas y obras divulgativas. La llegada del sello especializado en no ficción Garbuix Books, la apuesta desacomplejada de grandes editoriales como Planeta y Penguin Random House y, en el ámbito catalán, la aparición del Premio ARA de Cómic de no ficción han propiciado un pequeño boom del género. Estas son 10 de las obras más interesantes que se han publicado en los últimos meses.

"Una investigación ilustrada sobre la creatividad" es el subtítulo del cómic con que el norteamericano Grant Snider medita sobre las ideas y los procesos para darles forma. El tema puede parecer árido, pero no la forma que elige Snider: pequeñas historietas de una o dos páginas que reflexionan con humor sobre la inspiración, el trabajo creativo, los ciclos emocionales de las ideas, etc. Más que grandes disertaciones, La forma de lasideas ofrece pequeños haikus gráficos que buscan la sonrisa y la identificación. Snider se esfuerza en cambiar de estilo y formato las historietas para no caer en la rutina, pero aun así no es un cómic para leer de un tirón sino en pequeñas dosis, degustando unos gags que, en los momentos más inspirados, pueden recordar al humanismo resignado de Quino.

Después de hablar con cerca de 1.100 personas, la comisión del Parlamento japonés que investigaba el accidente de Fukushima concluyó que la tragedia no había sido culpa del tsunami, sino de "multitud de errores y negligencias deliberadas" de Tepco, la gran empresa energética japonesa. El informe de la comisión es la base documental de Fukushima. Crónica de uno accidente sin fin, que recrea el accidente y los días posteriores con un espíritu parecido al de la serie de HBO Chernobyl: poniendo en valor el sacrificio y coraje de algunos trabajadores -especialmente la figura heroica del director de la central, Masao Yoshida- y denunciando la negligencia criminal de empresarios y políticos.

Uno de los mejores cómics en catalán de los últimos años es esta compilación de testigos de mujeres mayores de Les Terres de Lleida que fueron madres en la posguerra. Las experiencias de crianza y maternidad que relatan van del surrealismo al escalofrío, pasando por la indignación. Como Ana Penyas en Todas estamos bien, Mariona Visa da voz a una generación silenciada con la ayuda de seis ilustradoras que dan forma y color –un apropiado bitò negro y rojo– a los recuerdos sobre una época sin educación sexual en que experiencias como la regla, el embarazo, el parto o la sexualidad eran fenómenos extraños, misteriosos y terribles. El rigor de Visa y la sensibilidad de las seis dibujantes hacen de Padrines una obra importante de la no ficción catalana.

En un estilo que recuerda al Scott McCloud ensayístico, Edward Ross usó las viñetas para reflexionar sobre la historia del cine en el excelente Filmish (Reservoir Books, 2017). Su nuevo ensayo gráfico está dedicado a su otra pasión: los videojuegos. En Gamish, Ross se interroga por las raíces antropológicas del impulso humano de jugar y plantea un recorrido histórico desde los prototipos de los años 50 hasta los juegos superventas de la actualidad. El cómic funciona como puerta de entrada amable al universo del videojuego, pero también interesará a los gamers bregados en mil partidas.

Con el magnífico La grieta (Astiberri, 2017), el periodista Guillermo Abril y el fotógrafo Carlos Spottorno desarrollaron, casi por azar, un fascinante formato híbrido entre el cómic y la fotografía que vuelven a recuperar en La falla, obra que sigue reflexionando sobre las grietas del proyecto europeo pero ya no a través de las fronteras externas, sino la de la región del Tirol del Sur que separa Italia de Austria. Las heridas de la Primera Guerra Mundial, la emergencia del nacionalismo y el peso geopolítico del paisaje majestuoso de los Alpes se examinan en un título clave del cómic periodístico actual.

El camino iniciado por los ensayos gráficos feministas de Liv Stromquist lo siguen ahora Elizabeth Casillas e Higinia Garay. La palabra que empieza por A pasa revista a la historia cultural, social y jurídica del aborto en España y al resto del mundo con un dibujo estilizado y ligero que ayuda a digerir la dureza del tema. Con la vehemencia argumental del cómic activista suavizada por el sentido del humor del feminismo pop actual, la obra de Casillas y Garay destaca por su habilidad a la hora de trasladar su discurso político al lenguaje de la historieta.

Extinciones es un buen ejemplo de como el cómic de no ficción puede incorporar estrategias de la ficción para conseguir sus objetivos. La historia de los dos periodistas que filman un equipo científico que estudia el cambio climático en Heyerdahl Island es tan ficticia como esta isla inventada del ártico, pero sirve al biólogo Jean-Baptiste de Panafieu y al dibujante Alexandre Franc para compartir de una forma amable y divertida sus conocimientos sobre las diversas extinciones masivas que se han producido en nuestro planeta: las cinco anteriores y la sexta en que nos encontramos inmersos ahora mismo. Una obra modélica y astuta de divulgación en viñetas.

El autor catalán que primero y mejor esculpió su vida en viñetas, Ramón Boldú, cambia de tercio en Bat Alan. Biografía de un asesinato social para explicar la vida de Alan, un chico trans que después de sufrir bullying en la escuela se suicidó a los 17 años. A pesar del giro hacia el cómic de denuncia, Boldú se mantiene fiel a su estilo fresco y naturalista cogiendo el ambiente familiar y la personalidad del chico con el trazo vivo y la empatía de siempre, sin caer nunca en el tremendismo. Es el mejor homenaje que podía hacerle a Alan: celebrar su vida.

Premio Eisner al mejor cómic de no ficción y mejor novela gráfica del 2020 según el New York Times, Kent State recrea con escalofriante exhaustividad la escalada de tensión que se produjo el 1970 en la Universidad de Kent y que culminó con la Guardia Nacional abriendo fuego contra manifestantes pacifistas. Resultado: cuatro muertos, ochenta y nueve heridos y una nación en choque. Más ambicioso que en Basura o Mi amigo Dahmer, Derf Backderf hace un trabajo increíblemente documentado –solo hay que ver las 25 páginas de notas que incluye al final– para reconstruir el día en que los Estados Unidos perdieron la inocencia. La obra se puede leer en catalán gracias a la Editorial Finestres, que también en su catálogo tiene un maravilloso long-seller de la no ficción moderna: Els ignorants, de Étienne Davodeau, que La Cúpula había publicado antes en castellano.

Uno de los autores a seguir del periodismo gráfico actual es el británico Darryl Cunningham, que después de investigar el origen y las evoluciones ideológicas de los magnates Jeff Bezos, Rupert Murdoch y Charles y David Koch en Multimillonarios (Panini, 2020) estudia ahora el ascenso al poder de Vladímir Putin desde su infancia en el Leningrado soviético hasta la presidencia (vitalicia?) de Rusia. Un recorrido panorámico y documentado que presta atención a los escándalos, crisis y guerras del régimen de Putin para ofrecer un retrato aterrador de uno de los personajes claves de lo que llevamos de siglo XXI.