La fábrica de palabras
En un hábitat en el que cada vez es más complicado vivir en catalán, leer cada día un diario en catalán es un espacio de libertad idiomática. Los medios somos seguramente los mayores productores de lenguaje verbal, y por todo ello tiene todo el sentido de que el debate lingüístico ocupe el primer lugar de las comunicaciones que recibe el Defensor del Lector.
El estatus institucional del catalán, que debe compartir oficialidad con la cuarta lengua más hablada del mundo, y la desventaja que esto supone en cuanto a reconocimiento internacional y reclamo de las fuertes oleadas migratorias, desarrolla un componente de resistencia sociolingüística que incentiva aún más el debate.
Hoy presento pues dos cuestiones lingüísticas nuevas, y los anuncio por lo pronto que tengo otra en la nevera. En primer lugar, la profesora de matemáticas Lucía Bayo me recuerda una queja relativa al juego Carrera de sinónimos. Al definirse bellísimamente como "ciudadana numérica", aflora la apasionante y ancestral relación entre las letras y los números que ha hecho el álgebra y la cábala, y escritores matemáticos que han despegado la literatura con tres premios Nobel (Echegaray, Soljenitsin, Coetzee) Alicia en el país de las maravillas y Drácula; poder descender estas alturas en la "tierra baja" de un diario es un lujo.
Me escribe la profesora Bayo: "He jugado al juego de los sinónimos por primera vez. A la solución del juego, probable y cierto se consideraban sinónimos.
"100% probable = cierto, pero sólo probable puede estar bastante alejado de cierto.
"Ejemplo: compro el 60% de los números de un sorteo. Es más probable que me toque que no me toque, pero no diríamos que me va a tocar seguro.
"Es más, aunque en el lenguaje común se considere a menudo probable = bastante probable, esto todavía no equivale a cierto.
"Si compras el 90% o el 95% de los números de un sorteo es probable que te toque, pero no tienes la certeza de que así va a ser.
"Si un medicamento cura alrededor de un 90% o un 95% de los enfermos, no se puede decir que curará a todos los enfermos. Esto se pone de manifiesto si lo convertimos en cantidad de personas: si fueran 100.000 los enfermos, alrededor de unos 5.000 - 10.000 no se cura.
"Está claro que el juego de los sinónimos es un juego, un juego de palabras que lleva de una primera palabra a una última que difícilmente será un sinónimo suyo. El juego hace valer que hay palabras homónimas con significados diferentes, obviamente, para conseguir estas cadenas graciosas. Sin embargo, probable no significa cierto en ninguna acepción.
"Como profesora de matemáticas y ciudadana numérica, me gustaría que el diario ARA, que tan preocupado se muestra a veces por el nivel de matemáticas, colaborara mostrando rigor cuando se trata de utilizar conceptos matemáticos básicos. Reclamo el mismo cuidado con el tratamiento de los conceptos matemáticos que con el uso de la lengua".
Hace unos meses, atendí al suscriptor Daniel Gamper sobre la aplicación a personas del verbo abatir. Aunque en este caso me libera de publicar su opinión, me hago caudal por su interés humano.
Dice Gamper: "[...] Hoy en la web he visto al titular que le indico en la imagen adjunta ["Una tarde a la caza de reincidentes por el centro de Barcelona"]. Además, al estar justo al lado de su sección, todo ello me ha hecho pensar de nuevo. El asunto es el mismo del uso del verbo abatir: ¿los policías cazan personas?, ¿los multirreincidentes son animales que deben ser cazados?, ¿por qué motivo no se habla de "detenciones"?, ¿es sensacionalismo para atraer a lectores?
Se trata de preguntas retóricas, por supuesto. Me gustaría pensar que gran parte de los lectores del diario prefieren leer un diario en el que se presta más atención a este tipo de cosas”.
He trasladado estas cuestiones al profesor Josep Lacreu, jefe de la Unidad de Recursos Lingüístico-técnicos de la Academia Valenciana de la Lengua. En las coordenadas de inestabilidad a las que me he referido respecto a la "maltratada lengua" (cito Raimon porque hace del todo al caso), me ha parecido oportuno disfrutar de la unidad de idioma que proclaman tanto el IEC como la AVL, y doy la voz pericial deauctoritas a uno de sus miembros más especializados. Josep Lacreu es lingüista y lexicógrafo, fue profesor de la Universidad de Valencia y jefe del Servicio de Asesoramiento Lingüístico y Traducción de la Generalitat Valenciana, con un amplísimo catálogo de publicaciones.
Escribe Lacreu: "Respeto al uso decazaraplicado a personas, debe hacerse constar que en el Diccionario Normativo Valenciano está perfectamente recogida esta acepción: «Perseguir y capturar (una persona, un avión o una nave)». Se trata evidentemente de un sentido figurado de la primera acepción, que recoge el uso tradicional de este verbo, referido a animales. Pero este uso decazarya se documenta desde antiguo: «No debe ir el presbítero a cazar las fieras, pero debe cazar almas», decía san Vicente Ferrer en uno de sus sermones, fechado en 1410.
"Modernamente, también se han creado algunas palabras compuestas a partir de la raízcaza-, que tienen por objeto personas, comocazarecompensasocazatalentos, que refuerzan la expansión de este sentido figurado del verbocazar. También es destacable en este mismo sentido el filme dirigido por Arthur Penn en 1966, protagonizado por Marlon Brando, Jane Fonda y Robert Redford, titulado en inglésThe Chase, y traducido al catalán, de manera muy significativa, comoLa caza del hombre.
"En cuanto a las palabrasciertoyprobable –continúa Lacreu–, creemos que, tal y como apunta la lectora que se ha dirigido a su diario, tienen, efectivamente, una dudosa equivalencia. No son conceptos antitéticos, pero difícilmente pueden sustituirse uno por otro sin más. Cuando calificamos un hecho que todavía no ha tenido lugar comoprobable, se excluye precisamente que podamos considerarlocierto. La probabilidad se proyecta sobre el futuro o sobre un pasado desconocido que reinterpretamos a partir de indicios, y por tanto siempre con un determinado grado de incertidumbre, que puede ser mayor o menor, pero nunca podemos tener la plena seguridad de que será tal y como prevemos".
A modo de conclusión, el Defensor del Lector recoge la crítica de la profesora Bayo y recomienda que se hile muy delgado en los juegos lingüísticos, un territorio con función docente en el que no puede que el ARA no enseñe suficientemente bien el catalán. A partir de la reflexión del doctor Gamper, entiendo que vale la pena tomarlo en consideración y afinar con exigencia alta –con exceso de celo, si es necesario– el vocabulario de temas sensibles, porque el humanismo lingüístico que emplea el profesor de filosofía nos es necesario en un mundo político que, contra la gramática, ha tenido que recurrir al genocidio.
Agradezco mucho la contribución de los profesores Bayo, Gamper y Lacreu, un plus intelectual que debe ayudarnos a mejorar la lengua nuestra de cada día que ponemos negro sobre blanco en la cotidiana proeza de una fábrica de palabras. Termino con un homenaje estético a las matemáticas y invito a descifrar el enigma:
El Defensor del Lector presta atención a las dudas, sugerencias, críticas y quejas sobre los contenidos del diario en sus ediciones digital y en papel, y cuida de que el tratamiento de las informaciones sea conforme a los códigos deontológicos.
Por contactar con el Defensor del Lector puede enviar un correo electrónico a eldefensor@ara.cat o grabar un mensaje de no más de un minuto al número de WhatsApp 653784787. En todos los casos, es necesaria identificación con nombre, apellidos y número de DNI.