Al socio no se le puede engañar

En Catalunya no sabemos lo que tenemos

31/10/2023
2 min

Una noruega, una americana y dos catalanas. No es ningún chiste. Es la realidad del fútbol femenino de hoy. Desde que en 2018 France Football otorgó el primer Balón de Oro a la mejor jugadora del mundo, Catalunya se ha llevado tres de los cinco posibles. En la edición inaugural fue para la delantera Ada Hegerberg, al año siguiente para Megan Rapinoe y tras un paréntesis de un año por culpa del covid, dos trofeos para Alexia Putellas y ahora el turno de Aitana Bonmatí.

Todavía no somos conscientes de lo que supone esto. En un deporte en crecimiento sostenido, que ha avanzado a un ritmo frenético en la última década, conseguir estos resultados tiene un mérito absoluto. No es una seta que sale por azar y te aferras a ello con todo. Es producto del trabajo bien hecho. Son dos jugadoras que hablan catalán, y hablan sobre todo una misma forma de entender el fútbol.

El éxito de Aitana y Alexia es consecuencia de la apuesta decidida del Barça por el fútbol femenino. Si algo han hecho bien los últimos presidentes del Barça, si en algo se les puede amnistiar a todos, es creer de forma decidida en el femenino. Joan Laporta es quien empezó a poner sus bases, con la incorporación de Xavi Llorens y la consolidación del Barça en la Superliga. Con Sandro Rosell, el femenino se convirtió en un equipo ganador. Y con Josep Maria Bartomeu se produjo el salto adelante: el Barça pasó a ser referencia mundial. Seguramente el mejor legado de Bartomeu es este. Porque, además, no se creó un grupo ganador a base de fichajes sonados, sino que hay una planificación detrás que permite sacar a jugadoras de casa año tras año. Y esto no se improvisa. Esto viene de muy lejos.

El Barça tiene futbolistas como Alexia y Aitana, que entienden la idiosincrasia de la institución como nadie. Que saben qué fútbol se juega en Barcelona. Que aman el club porque lo han disfrutado y sufrido desde pequeñas. Identificación y liderazgo de los de casa, un atributo que debe recuperarse en el masculino, que poco a poco ha ido perdiendo todos nuestros referentes. Las lágrimas de Gavi al terminar el clásico son la mejor muestra de que esto se está revirtiendo. Es el camino.

Pero es que, además, Aitana es probablemente quien mejor simboliza lo que es el Barça. Jugadora con personalidad, comprometida fuera de los terrenos de juego, que se posiciona por las causas justas, y con el balón ahora mismo es la futbolista profesional de toda la entidad que mejor representa la manera de jugar que ha hecho grande a esta institución. Nadie entiende el fútbol que importó Johan Cruyff y sublimó Pep Guardiola como ella.

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