Barça

Cuando los árbitros cobran de los clubes

La Fiscalía investiga los pagos del Barça a la empresa de Enríquez Negreira, que asesoraba al club mientras era vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros

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Neymar, Messi y luís Suárez protestando al árbitro david Fernández Borbalán durante una partitr de Copa, contra la Atletic Club de Bilbao, la temporada 2017-18

BarcelonaEn los últimos años, y sobre todo desde que el fútbol se ha profesionalizado hasta el extremo, es habitual que los árbitros tengan una relación directa con los clubes, hasta el punto de llegar a estar en nómina una vez han colgado el silbato. Es, por ejemplo, lo que hizo el Real Madrid con Carlos Mejía Dávila, que se incorporó a la plantilla del club blanco una vez se retiró del arbitraje. Son colegiados que hacen tareas de asesoramiento a los clubes, desde analizar los partidos para recurrir las posibles tarjetas a estudiar a los árbitros y preparar a los futbolistas para saber cómo se tienen que comportar en el terreno de juego. La mayoría de grandes clubes europeos cuentan con este tipo de figura –que no necesariamente hace un antiguo árbitro de primer nivel–. El Barça, también. Actualmente el club gestiona este análisis arbitral a través de Ricardo Segura, un antiguo colegiado que se incorporó al área de fútbol en 2018. Pero hasta entonces, y como mínimo desde 2001, cuando el presidente era Joan Gaspart, esta tarea la hacía José María Enríquez Negreira. El caso es que mientras el antiguo colegiado de Primera facturaba del Barça a través de su empresa Dasnil 95 también ocupaba el cargo de vicepresidente del Colegio Técnico de Árbitros (CTA). Un ente que, por ejemplo, se encarga de las designaciones arbitrales.

Ahora la Fiscalía está estudiando los pagos que emitió el Barça a la sociedad de Enríquez Negreira en el periodo 2016-2018, durante el cual el club abonó 1,4 millones de euros. Una investigación que ha avanzado la SER y que ha hecho encender todas las alarmas, tanto en el club como en el estamento arbitral. Si bien el Barça ha reconocido que existió esta relación contractual, desde el club azulgrana desmienten categóricamente que fuera a cambio de ningún favor arbitral y sostienen que se trataba simplemente de las tareas de asesoramiento. Ahora bien, lo que ha generado sorpresa son las cantidades: "Esta es una práctica habitual en Europa, sí. Pero no con estas cantidades", apunta Joan Fàbregas, periodista y árbitro de fútbol. "Hace 30 años quizás no había tantas garantías, pero hoy en día es impensable comprar un árbitro. Y si alguien lo promete, está tomando el pelo a la gente", añade, desmintiendo los fantasmas sobre supuestos favores arbitrales. De hecho, el Barça, en su comunicado, ha llegado a amenazar con acciones legales "contra quien perjudique la imagen del club con posibles insinuaciones contrarias a la reputación de la entidad que se puedan producir a raíz de estas informaciones".

El servicio se dejó de prestar en 2018

El caso arranca precisamente en 2018, año en el que Enríquez Negreira deja su cargo en el CTA. Aquel mismo año el Barça cancela la relación con Dasnil 95 –que, según consta en las facturas del club, existía al menos desde 2001–. A partir de aquel momento, y como el conjunto azulgrana era su principal cliente, la sociedad deja de facturar y recibe una inspección de Hacienda. Según ha podido saber el ARA , Enríquez Negreira deja perplejos a los investigadores cuando les contesta que él "cobraba pero no hacía nada". En realidad, quería decir que quien se encargaba de hacer el trabajo era su hijo, que también se llama José María. De este modo, el padre era el titular de la sociedad pero el hijo era el administrador único. En cualquier caso, Hacienda decide enviar el caso a la Fiscalía, que empieza la investigación. Las diligencias son las número 194/22 y fueron prorrogadas en noviembre de 2022, confirman fuentes de la Fiscalía. 

Vista panorámica del Camp Nou.

El ARA se ha puesto en contacto con Josep Maria Bartomeu, presidente del Barça entre 2014 y 2020, que ha aclarado que este servicio ya estaba en marcha mucho antes de que él se hiciera cargo del club. De hecho, sostiene que estaba vinculado al área deportiva y que solo tuvo conocimiento de ello cuando, en 2018, y a propuesta de Òscar Grau (CEO) y Pep Segura (director deportivo), proponen hacer recortes en el área de fútbol y deciden prescindir de sus servicios. "Eran unos informes de cada partido donde se analizaba la actuación arbitral. También eran los encargados de hacer los recursos cuando había una tarjeta a partir de las pruebas de vídeo", comenta el expresidente, que ya ha declarado ante la Fiscalía. Las facturas iban en aumento y en 2017 llegaron a ser de 541.752 euros, detalla la SER. En 2018, el servicio llega hasta junio y el Barça abona en total 318.200 euros. También aquel verano se constituye un nuevo CTA y Enríquez Negreira deja de ser el número dos de los árbitros españoles.

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