Fútbol

La Champions pone de manifiesto la gran contradicción del Barça de Flick

El técnico cambia cosas para que el equipo recupere el dominio de la posesión, pero sigue sin controlar los partidos

06/11/2025

BarcelonaEl ejercicio de supervivencia que afronta el Barça esta semana, con tres partidos a priori asequibles (Elche, Brujas y Celta) a la espera de retornos urgentes como Raphinha y Joan Garcia –ambos reaparecerán tras el próximo parón de selecciones, es decir, para el duelo contra el Athletic Club del sábado 22–. Sin embargo, dos duelos que dejan análisis casi contrapuestos, especialmente en defensa, la principal muleta del equipo este curso.

La diferencia de talento entre el Elche, ascendido esta misma temporada en Primera División, y el Bruges, conjunto de Champions, también influye. La principal contradicción consiste en que contra los valencianos el club cedió la posesión de balón (49% a 51% en el cómputo global del partido), mientras que ante los belgas, los azulgranas acapararon la posesión (76%), pero concedieron muchas más ocasiones claras: seis remates entre los tres palos del Bru.

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La primera síntesis es clara: acaparar la posesión de la pelota no garantiza tener el control del partido. Dominar un partido en los 90 minutos, y más en una competición como la Champions ya domicilio, es complicado. "Hay un rival que también juega. Debemos mejorar, es cierto, pero no podemos pretender dominar todos los partidos enteros", reflexionaba respondiendo al ARA Fermín López hace unas semanas, cuando la crisis defensiva ya era patente. Dominar el partido es algo, implica someter al rival; ahora bien, controlar el partido es otra y el equipo azulgrana no consigue ser regular ni en el dominio ni en el control. Además, el pasado curso, aunque también encajaba bastante, conseguía distancias de más de un gol durante los partidos, lo que esta campaña está costando mucho más de ver.

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Uno de los principales problemas de la sangría defensiva está en los ajustes de la presión. Marcus Rashford, que empezó a integrar estos conceptos defensivos especialmente en el medio curso pasado que estuvo cedido al Aston Villa, con Unai Emery, no muerde como debería ni cuando toca, lo que facilita la salida de balón a las defensas rivales. Ferran Torres es entregado en los esfuerzos defensivos, pero ante el Brujas se hizo evidente que en varias ocasiones iniciaba la presión por su cuenta. Ejercer la presión en la construcción de juego rival requiere un mecanismo que debe estar ajustado y cuando uno de los engranajes falla –es decir, alguno de los jugadores no está en el sitio o llega tarde– el entramado defensivo del equipo puede caer como un castillo de naipes porque el Barça juega con la línea defensiva muy avanzada.

Eric Garcia duda contra el Celta

Analizando el partido, Flick lo expuso de forma meridiana: "No hemos sido capaces de presionar la salida del balón, hemos perdido muchos duelos, era importante defender a los jugadores tan rápidos que tienen". Ante el Brujas, el Barça ganó 27 de los 56 duelos terrestres que se produjeron a lo largo de los 90 minutos. Dos menos que los locales. El capitán del conjunto belga, Hans Vanaken, era el hombre que conseguía quedar liberado para activar los contragolpes que Carlos Forbs y Nicolò Tresoldi se encargaban de ejecutar. Los rivales tienen estudiado al Barça y no dudan en buscar la espalda de una defensa que, para el domingo ante el Celta, puede perder a Eric Garcia. El central tiene la nariz fracturada después de una disputa con Romeo Vermant.

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La cuestión principal es presionar mejor a los pasadores rivales, no dejarles pensar con facilidad. Flick no prevé "traicionar su ADN" y retrasar la defensa. "No me planteo jugar en bloque bajo. No es el mejor momento del equipo, pero miro la parte positiva y podemos jugar a otro nivel. Quizás después del parón de selecciones, con Olmo y Lewandowski, en mejor forma...". El técnico ya apeló a sus propios nombres. También espera con candeletas recuperar a Raphinha y Joan Garcia.

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De hecho, en la recuperación pospérdida, un concepto clave en la idea de Flick y en el que el Barça sobresalió la pasada temporada, también está condicionado a cómo se ataca y cómo se ocupan los espacios. Todo esto se resume en una cuestión de orden, que es lo que no hubo contra el Brujas. Los belgas les castigaron con tres goles que pudieron ser más si no fuera por el VAR y porque Forbs derrochó una ocasión clara desde el corazón del área, justo antes de hacer el 3-2. "Se trata de intensidad; cuando estamos jugando sin balón, hay que estar atentos cuando ellos se nos adelantan con dos pases. No se trata solo de defender la última línea, también hay que defender en medio del campo, debemos mejorar en esto. Lo mejoraremos", concluyó Hansi Flick, quien confía en recuperar efectivos y darle la vuelta al equipo.