Apuntes en caliente

Dembélé y diez más no sirven para nada: los apuntes en caliente del Barça-Cádiz

El primer equipo se suma a la crisis social e institucional posterior al partido contra el Eintracht

Ousmane Dembélé fallando una ocasión contra el Cádiz.
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BarcelonaEl Barça perdió en casa contra el Cádiz y dice adiós a la Liga. Un gol de Lucas Pérez en la segunda parte confirma el mal momento de los de Xavi Hernández y enrarece todavía más el ambiente en el entorno barcelonista, en depresión después de la eliminación europea del pasado jueves. A continuación, los apuntes en caliente del partido.

Tendencia a la crisis multifactorial. A la derivada social e institucional del desbarajuste de las entradas contra el Eintracht de Frankfurt, y al ya conocido desastre económico, la gente del Barça recupera la preocupación por la vertiente deportiva, que parecía reencaminado después de la llegada de Xavi al banquillo del Camp Nou. En cuatro días, el equipo ha caído en la Europa League, ha confirmado que la Liga será imposible y comprueba que, jugando así, ir a la Liga de Campeones la próxima campaña quizás se complica más de la cuenta. Hace una semana decíamos que la Xavineta necesitaba una revisión y contra el Cádiz ha acabado de gripar el motor.

Dembélé y 10 más no sirven para nada. El Camp Nou, medio lleno y sin los animadores de siempre, asistió al clásico partido que, sin plan de juego, acostumbraba a resolver el genio de Messi. Sin el 10, y con la misma nebulosa colectiva, Dembélé fue el único que inquietó en un ataque con Ferran Torres fuera, Memphis lento y fuera de lugar y Aubameyang sin el aura que lo acompañaba hace unas semanas. Pero el Mosquito, solo, no es suficiente para rescatar un equipo irreconocible. Como tampoco el aclamadísimo Luuk de Jong, que estuvo a punto de salvar un empate en casa, ni Ter Stegen, al que las paradas milagrosas sirven de poco.

Expediente Lenglet. Había una vez un central que causó sensación. Le llamaban Clément. Apuesta del infalible Monchi, fichó por el Sevilla a medio curso, procedente del modesto Nancy, y jugó tan bien que despertó el interés del Barça. En época de abundancia, Bartomeu hizo lo que más le gustaba: gastar millones de euros. 35 apoquinó el expresidente culé por Lenglet, que se adaptó a la perfección, ocupando el lugar del lisiado Umtiti y se mereció una renovación. Lo que ha pasado con el francés desde aquella firma es para llorar. Ha ido a traca por aparición y ha caído en desgracia a pesar de tener solo 26 años. Ni Xavi, que por perfil lo tendría que valorar, se ha visto capaz de recuperarlo. La pérdida es considerable, aunque no haga ruido.

Una bestia negra. El Cádiz –y no el Real Madrid, el Valencia, el Athletic o el Sevilla– es el peor rival posible hoy en día para el Barça en la Liga. Así lo demuestran, como mínimo, los números de los dos últimos cursos, en que los azulgranas no han conseguido ninguna victoria en los cuatro duelos disputados contra los andaluces. El fútbol ya lo tiene, esto. Hay rivales que se resisten. O que sencillamente aparecen, incómodos y necesidades, para estorbar en momentos de debilidad. El Cádiz es uno de estos. Lo único positivo que ha hecho en clave azulgrana los últimos meses es no ser suficiente reclamo para ue Luuk de Jong cambiara Barcelona por la Tacita de Plata.

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