Si para ser feliz debe ir a 'El hormiguero'...: los apuntes en caliente del Girona-Barça

BarcelonaGoleada voraz del Barça en Gerona. En Montilivi, el escenario que sentenció Xavi Hernández, el equipo de Hansi Flick ha demostrado mano de hierro para continuar como líder en solitario de la Liga con lleno de victorias después de cinco jornadas. La cosa comienza a prometer. Sobre todo si Lamine Yamal sigue demostrando que puede marcar una época. A continuación, unos apuntes en caliente.

Un pedacito de Girona para merendar. Sufrimos por los problemas de su padre en Rocafonda, fruncimos en la nariz porque admira más a Neymar que a Messi y no nos gusta que conceda entrevistas a programas de televisión que blanquean la extrema derecha. Tiene sólo 17 años y será el mejor futbolista del Barça (y en breve del mundo) hasta que él quiera. Por eso el club dedica personal y dinero las 24 horas para que nada condicione esa voluntad en negativo. No hay mayor prioridad que acompañar a Lamine Yamal en su proceso de maduración mientras devora a rivales y decide partidos con una superioridad que asusta. A ese paso, agotará los adjetivos antes de la mayoría de edad.

Pícaro, oportuno y talentoso. Todo bien con este Lamine Yamal si la contrapartida es que visite a Pablo Motos antes que Ricard Ustrell, Jordi Basté o La Sotana. Todo bien porque ante tan bestia fenómeno, los defectos –que existen, hay que aceptar– pasan mejor. En Montilivi esperaba una prueba de fuego para evaluar el libreto de Flick, y el joven extremo mataronense ha asustado a cualquier fantasma en dos acciones diferentes en la forma –una pelota robada y un golpeamiento con mucha calidad– pero no en el fondo –va muy sobrado –. Mención especial a la acción del 0-1, en la que ha presionado a todo un senior como David López antes de batir al portero. Correr sin pelota con ese espíritu callejero no puede ser más bonito.

Un fichaje que tapa bocas. Tras la Eurocopa que realizó, la explosión definitiva de Lamine Yamal era previsible. Sin embargo, el impacto supera las expectativas de tal forma que queda en segundo plano que Dani Olmo haya entrado tan bien en el universo azulgrana. Y no sólo porque lleva tres dianas en tres apariciones en la Liga, sino también porque da la sensación de que está haciendo evolucionar su fútbol a las órdenes de Flick. Lo que era un futbolista notable en el Leipzig puede convertirse en uno de los mediapuntas más dominantes del panorama europeo. Tiene una química indiscutible con Lamine y Pedri y su relación con el gol hace tiempo que no se veía en un centrocampista del Barça. Tiene menos flow que Nico Williams, pero más cimientos. Bravo por la apuesta, Deco.

A favor del criterio del VAR. La única oportunidad que tuvo el Girona para competir por los tres puntos fue un penalti señalado por manos de Iñigo Martínez antes del descanso. El árbitro de campo le vio muy claro, pero cuando Abel Ruiz se preparaba para buscar el 1-2, desde el VAR observaron que la infracción del central vasco no era suficiente para silbar los 11 metros. En la Liga se han penalizado acciones como esta, pero es bueno para el fútbol que se ponga freno a los penaltis que vienen de manos cometidas a ciegas y después de un rechace –sea de un compañero o de un rival–. Cuando los colegiados aciertan es justo que nos hagamos eco.