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Así es como el Girona 'sacó' a Hansi Flick del paro

La visita a Montilivi supone un test muy serio para el Barça

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Dovbyk supera a Araujo en una acción del Girona-Barça.

BarcelonaEl Barça de Hansi Flick, con un expediente inmaculado en la Liga después de cuatro jornadas esperanzadoras, se examina este domingo (16.15 h, Movistar LaLiga) en Montilivi ante un Girona en clara progresión ascendente. Parece un partido más porque el nuevo calendario futbolístico apenas se ha desprecintado y el más caliente está en el fregadero. Pero la realidad es una prueba vinculante para dos equipos que necesitan certificar que sus respectivos procesos de cambio van por el buen camino. Por un lado, los rojiblancos, que mantienen su ideólogo, quieren comprobar si son capaces de seguir tuteando a los galácticos del continente aunque haya muchos apellidos nuevos en el césped. Y, por otra, los azulgranas, continuistas en cuanto a la composición de la plantilla, quieren seguir confirmando que cambiar de entrenador puede ser tan poderoso cómo llenar el vestuario de estrellas.

No es nada atrevido concluir que sin los estragos derivados del doble enfrentamiento contra el Girona del curso pasado, Joan Laporta no habría sacrificado a Xavi Hernández para apostar por Flick. Míchel Sánchez, entrenador de los de Montilivi, supo explotar como nadie los defectos del plan del ya ex preparador barcelonista en dos partidos que terminaron 2-4 y 4-2. Por eso el reencuentro es tan importante para evaluar al nuevo Barça. Es un examen parcial preparado con el recuerdo fresco de dos derrotas que abrieron heridas que nunca se han curado.

El Barça-Girona, disputado el último día del puente de la Purísima del 2023, hizo saltar por los aires la confianza acumulada después de dos alegrías consecutivas en Montjuïc. 10 días antes los culés habían celebrado una victoria importantísima ante el Oporto en la Champions (2-1), que cerraba la clasificación para los octavos de final. Y el 4 de diciembre habían cantado otro triunfo de prestigio ante el Atlético de Madrid (1-0), en el que Joao Félix, ex colchonero, pudo cobrarse la factura correspondiente. La derrota contra el Girona (2-4) pinchó el globo y encendió las alarmas tanto por el qué como por el cómo. Significaba ver al líder a siete puntos de diferencia en la jornada 16, pero sobre todo evidenciaba que había un equipo en la Liga que, con menos presupuesto, plasmaba en el césped mejor que el Barça un plan de juego basado en la posesión, la posición y la presión.

Caras de manzanas agrias y una lista alterada desde arriba

"Les hemos hecho correr hacia atrás. Hemos demostrado que estamos preparados para todo", aseguró Míchel tras una victoria en la que destacó el polifacético Miguel Gutiérrez. Por su parte, Xavi achacó la derrota a la falta de puntería y de determinación: "Nos ha faltado contundencia defensiva en los goles del Girona y contundencia ofensiva porque sólo hemos marcado dos goles en 31 intentos". Efectivamente, Gazzaniga, el guardameta del Girona, hizo uno de los mejores partidos que se le recuerdan: nueve paradas. Sin embargo, las explicaciones del entrenador terrassense no convencieron ni al vestuario –Pedri, sustituido, abandonó el estadio con cara de manzanas agrias– ni en el palco. De hecho, unos días más tarde, aún caliente por el descalabro, Laporta intercedió para que Xavi rehiciera la convocatoria para disputar un trámite europeo en Amberes. El presidente no aceptó que Lewandowski, Gündogan y Araujo no estuvieran y les hizo subir al avión. Pero ni así: el Barça, con el polaco en la alineación, perdió en Bélgica (3-2).

Un mes y poco después de esa secuencia, en la rueda de prensa posterior a una nueva decepción ante el Villarreal (3-5), Xavi anunció que plegaba a finales de temporada. Sin embargo, tanto Laporta como otros responsables azulgranas, viendo que la decisión del egarense coincidía con una mejora de las prestaciones del equipo, le animaron a que se lo replanteara, algo que finalmente hizo, pese a la cruel eliminación en la Champions contra el PSG (y las presiones internas de no pocos detractores). Así, en una cena con sushi en casa del presidente, y antes de verse de nuevo las caras con el Girona en la Liga, Xavi fue ratificado.

"Esto no puede ser, esto no puede ser"

Pero toda la confianza demostrada a finales de abril se volvió porosa a principios de mayo después de una nueva (y contundente) derrota ante el único oponente catalán de la Liga. Montilivi celebró el acceso matemático del Girona a la Champions gracias a una exhibición de 45 minutos que Portu convirtió en dinamita para el vulnerable sistema defensivo del Barça. "Después de una primera parte brillante, nos ha vuelto a matar la falta de efectividad y los errores flagrantes que no corresponden a este nivel de jugadores ni de club. No puede que regalemos los partidos", manifestó Xavi en la rueda de prensa. Mientras, Laporta, que había sido testigo directo en el palco, discutía con sus aláteros. "Esto no puede ser", repitió varias veces, alimentando la posibilidad de dar la vuelta y prescindir del entrenador, algo que acabó ocurriendo después de que pesos pesados ​​del vestuario, que se oían señalados por el técnico, levantaran la voz internamente . Así es como el Girona, en 180 minutos, va ayudar a sentenciar a Xavi. Así es como el equipo rojiblanco hizo que Flick dejara de estar en paro.

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