La resistencia ucraniana del Girona sigue pensando en la guerra
Tsygankov, la única pata que se mantiene del tridente ofensivo del año pasado no olvida el conflicto que se está entregando en su país
GIRONAPese a vivir a más de 3.000 kilómetros, la distancia que separa a su querida Ucrania de Girona, la nueva casa de Viktor Tsygankov desde hace veintiuno meses, la cabeza, y el corazón, del delantero rojiblanco siguen en su país, cuya situación, inmerso en una larga y violenta guerra con Rusia, no mejora. "No me imagino cómo será el futuro. Los meses pasan y las noticias son siempre las mismas. Nada cambia, solo podemos esperar a que la guerra acabe", pronunciaba hace poco tiempo en una entrevista, con la voz dominada por los sentimientos, que le obligan a hacer pausas para no estallar a llorar. A Tsygankov le cuesta hablar del conflicto.
Lo más fácil es apoyar a los militares ucranianos enviados al frente, del que a menudo comparte imágenes en las redes sociales. El delantero rojiblanco, que este curso asume más galones porque es la última pata del gran tridente ofensivo del pasado, en el que acompañaba a Savinho y su compatriota Artem Dovbyk, también suele colgar fotografías –acompañadas de escritos emotivos– de ciudades arrasadas por los bombardeos. Unos ataques que, cuando jugaba en el Dinamo de Kiiv antes de llegar a Montilivi, le hacían refugiar al son de las sirenas de alarma. "Mi Vinnitsia nativa, ciudad tranquila donde nací. Esta es mi casa. Hoy en día hay personas que mueren aquí y se están quemando edificios destruidos por cohetes. Asesinan a los niños. Qué te hacen los niños que apenas empiezan a aprender de la vida?Y no es tan sólo Vinnitsia, son todas las ciudades de nuestro país. ¿Europa y el mundo entero creen que esto sólo se aplica a nosotros, los ucranianos? Mientras nuestra nación no se rinda, usted estará a salvo. Pero si no se detienen, entonces será el siguiente. Rusia es un país terrorista y debe detenerse!”, cita uno de sus mensajes.
El domingo se enfrentará al Barça en Montilivi (16.15 horas, Movistar), pero antes y después habrá hecho llamadas y releído la prensa para saber la última hora de un conflicto que no debería ni haber empezado. "Vivo con aprensión, dolor y preocupación. Cada día nos despertamos, empezamos a leer las noticias, a ver los vídeos, a escuchar a nuestros seres queridos, y cada día es horrible como el anterior. Desde hace meses. Para nosotros , para mis compatriotas, para el país. Así es la guerra, y deseo que se acabe lo antes posible porque es un desastre para nuestra gente".
En la primera media temporada en Girona, Tsygankov demostró sobradamente que sería un futbolista diferencial contribuyendo con tres goles a la permanencia de los de Míchel, para quien es un fijo en la alineación. El pasado año, las cifras crecieron hasta los ocho goles; y este curso ya lleva uno. El club, este verano, rechazó una oferta de unos treinta millones de euros, porque ni podía ni quería permitirse el lujo de perderlo. El jugador, producto de una arriesgada apuesta de Pere Guardiola, está comprometido con el proyecto. Pero lo está aún más con su país. "Las noticias no enseñan toda la realidad de la guerra. La realidad es que cada día puede pasar una desgracia. Quizás está ocurriendo ahora mismo. No hay ningún momento de calma", añadía, en otra comparecencia.
Sólo los que lo viven en primera persona pueden ponerse de verdad en su piel. "No creo que todo esto nos esté pasando. Pero quiero a Ucrania más que nunca y estoy orgulloso de ser ucraniano. Esta es nuestra casa y nadie nos la va a tomar. La esperanza por la victoria no se pierde. Estamos esperando ganar, los nuestros guerreros lo están dejando todo para conseguirlo. Seguro que vamos a ganar, seguro", defiende, convencido. Suele terminar sus textos con un "gloria a nuestros héroes que defienden nuestras fronteras" y "gloria en Ucrania", y asegura los golpes que hagan falta que "rendirse no tiene nada que ver con los ucranianos y tampoco me define a mí". Esto lo deja bien claro.
Celebraciones de 'Star Wars'
El pasado 4 de mayo, coincidiendo con el cumpleaños de la película Star Wars, Tsygankov conducía camino a Montilivi con una espada láser en el maletero. El ucraniano, amante de la zaga y que ha hecho famosa su celebración, quería estrenarla esa tarde, en la que acabaría siendo la goleada en el Barça (4-2) y la confirmación de un puesto en la Champions. No marcó, pero a partir de ahí siempre tiene una preparada, como se comprobó ante el Granada o, más recientemente, con Osasuna. "Es un friki de este universo, colecciona muchísimas en su casa. Nos la mujer cuando llega al estadio y nosotros lo escondemos en un lugar que nos permita actuar con rapidez si marca, para que la pueda enseñar", cuentan desde el club. "Me encanta Anakin Skywalker", confiesa el delantero, que volverá a tenerla a punto en el nuevo derbi catalán de este fin de semana.