Fútbol - La Liga

Araujo desata la locura de un Barça descosido

El uruguayo, que acaba jugando como delantero de urgencia ante el Girona, marca el tanto del triunfo en el tiempo añadido en Montjuïc (2-1)

ARA
22/10/2025

BarcelonaUn Barça descosido, fracturado, débil en defensa y sin ideas en ataque salvó los muebles ante el Girona gracias a un remate con el pie, pero que pudo ser con el corazón, de Ronald Araujo en el tiempo añadido (2-1). El alud de bajas sacude a un equipo que tiene muchos deberes por hacer, pero que logra volver a la senda del triunfo en la Liga después de haber sido desnudado en Sevilla antes del paro de selecciones. La versión gris del Barça de Flick continúa, pero la remontada contra el Girona permite tomar un poco de aire antes de recibir al Olympiacos el martes y visitar el Santiago Bernabéu el próximo domingo. El marcador lo había iniciado Pedri y Witsel le había empatado. Hansi Flick ha acabado expulsado por un Gil Manzano que ha sacado de quicio a los azulgranas.

En contraste con un inicio tímido y silencioso de la afición en Montjuïc, el Barça empezaría enchufado. Los primeros aplausos los arañaría a Rashford, con un disparo de falta tan potente como centrado que no pondría con problemas a Gazzinaga, ya Lamine Yamal, superando con una picada al primer toque a su defensor y haciendo una diagonal que acabaría con un disparo desviado. Poco a poco parecía que la afición se iba desvelando, como si despertara de la siesta, mientras el Barça tenía un dominio abrumador. Marc Casadó, que volvía al once, se encargaba de inscturstarse entre los centrales, permutando su posición con Pedri. El canario era, como de costumbre, la brújula de los azulgranas, mientras que sin Dani Olmo y con Fermín saliendo de una lesión, el centrocampista que más se aproximaba a la mediapunta era De Jong.

Cargando
No hay anuncios

El Barça iba encerrando en su área a un Girona superado y los azulgranas no tardarían ni un cuarto de hora en empezar el marcador. Una presión alta de un Kounde que iría preocupante de más a menos acabó con el francés asociándose con Pedri, éste con Lamine Yamal, que le devolvería el balón al 8 para que condujera por el área del Girona como si fuera su casa y enviara un disparo blando, pero ajustado, que lamería el palo antes de convertirse en el primer gol. Los de Flick parecían dispuestos a dejar atrás las críticas con un gran inicio de partido, pero todo se giraría como un calcetín para los azulgranas. El Girona pasó de ser un rival que parecía que iba a salir escaldado de Montjuïc para convertirse en un duro rival ante un Barça que cada vez se iría desdibujando más y más. Sobre todo a partir del empate de los gerundenses.

Los de Míchel empezaron a sacar la cabeza de la cueva gracias a un par de excursiones del joven Joel Roca, con pasado en la cantera azulgrana y el único gerundense de la plantilla rojiblanca. Un saque de esquina provocado por él-aunque Kounde reclamó manos porque el balón impactó en el brazo de Roca, pero Gil Manzano no lo consideró suficientemente acabó con Witsel haciendo un golazo medio de chilena medio de tijera. El empate desorientó a los azulgranas, que acumularían un par de pérdidas comprometidas en los siguientes minutos que desembocarían en contras. En la primera, incomodado por Cubarsí, Vanat -seguramente en posición de fuera de juego- se topó con un buen parón de Szczesny. En la siguiente, casi seguida, es Eric que persigue a un Portu que acaba rematando al palo después de que el guardameta azulgrana lograra desviar de forma crucial el disparo. El Barça reaccionaría con un remate de De Jong que chocaría con un gran parón de un Gazzaniga.

Cargando
No hay anuncios

Con la igualdad en el marcador, el partido se convertiría en un intercambio de golpes. Rasfhord enviaría un cacao -nuevamente de falta- al larguero. De los tres de enfrente, sólo le faltaba buscar portería a Toni Fernández, ubicado de nuevo ante las bajas de Ferran y Lewandowski. El esforzado jugador del filial, de hecho, había asistido a De Jong en la ocasión más clara del neerlandés, y se mostraba voluntarioso en los desmarques y jugando deprisa a los compañeros, pero le faltaba morder de cara a barraca. Como contra el PSG, el Barça se fue deshaciendo desde unos buenos primeros minutos iniciales, y los atacantes del Girona encontraban con mucha facilidad la espalda de la defensa. La gran diferencia era que la delantera de los parisinos tiene más talento que la gerundense y Bryan Gil, primero, y Witsel, después, enviaron fuera dos remates francos antes del descanso y que empezara a llover duro en Montjuïc.

El Barça cerró la primera mitad exhibiendo una debilidad que preocupa especialmente a sólo una semana de visitar el Bernabéu. En la reanudación, Fermín salió al rescate y su electricidad no tardaría en aparecer, con un par de remates, el segundo en el palo, para enchufar a sus compañeros. De Jong también tendría una oportunidad clara, pero remató de forma muy defectuosa desde el corazón del área. Los de Flick, sin ningún tipo de control, amenazaban y la sensación es que acabarían ganando por insistencia, pero seguían siendo un equipo débil en el que el Girona podía activar las salidas al contragolpe. Casi encuentra portería a Roca, tras un descuido de Kounde, pero Szczesny volvió a ser providencial.

Cargando
No hay anuncios

Cubarsí, por fin, encontraría el gol, pero Gil Manazo -sospechoso habitual contra los azulgranas y abucheado en Montjuïc- le anularía al considerar que había una falta previa de Eric. Los de Flick luchaban contra su propia inoperancia y contra las decisiones arbitrales. Gazzaniga seguiría haciendo imposible el gol a Rashford, que haría de 9 desde la entrada de Fermín. La ocasión del británico llegaría ya sin los pesos pesados ​​en el campo: a la hora de partido Flick -por una gestión de cargas- dio descanso a Pedri en Lamine Yamal y entraron Christensen y Roony. El inglés volvería a ser protagonista, porque reclamó un penalti, pero el contacto estuvo fuera del área y Gil Manzano no quiso silbar ni falta a favor del Barça. El tiempo pasaba y el Barça se apagaba, blando detrás y sin ideas delante, con Araujo como delantero de emergencia en los últimos minutos. Entre los nervios que disparaban las pulsaciones de la afición, el invento acabaría funcionando. Araujo desataría la euforia, pero queda mucho trabajo por hacer.