Joan Laporta: los privilegios de un presidente en precampaña
El dirigente azulgrana cambia de hábitos para aumentar la popularidad a pocos meses de unas elecciones que todavía no tienen fecha fijada
BarcelonaLos elogios de Hansi Flick hacia Joan Laporta sacudieron la precampaña electoral del Barça. El técnico alemán no sólo habló del actual presidente con tono positivo. También vino a decir que en el Barça estaba tan a gusto trabajando con los actuales gestores que no había que tocar nada. Mientras Laporta sonreía por debajo de la nariz, la oposición fruncía las cejas, consciente de que el presidente había sumado un aliado a su causa. Y no alguien cualquiera: un entrenador que se ha ganado el respeto de la afición. Uno le fichó, el otro le da las gracias.
Quien más quien menos, todo el mundo entendió las palabras de Flick en clave electoral. En las oficinas del Barça, todo el mundo piensa también. Otra cosa es que, cuando se pregunta directamente a los actuales gestores del club, hagan como quien siente llover. Por el momento, no hay fecha fijada para los comicios, que según los estatutos deben estar entre el 15 de marzo y el 15 de junio. De todas formas, las fuentes consultadas creen que será entre finales de marzo y mediados de abril, y que la fecha se acabará de decidir a finales de enero, pasada la Supercopa de España y terminada la fase liga de la Champions.
Cambios en el Barça pensando en las elecciones
Al igual que en el 2021, en el que Laporta partía como favorito, esta vez el abogado vuelve a tener muchos números de salir victorioso. La diferencia es que ahora es él quien gobierna, con los privilegios que esto supone, puesto que cuando él habla es con la condición de presidente. No es casualidad que hayan cambiado muchas cosas desde el verano, empezando por el director de comunicación.
Hoy Laporta tiene más presencia mediática, se deja ver más a menudo en el Palau Blaugrana –donde la sección de baloncesto ha enderezado el rumbo con el fichaje de Xavi Pascual– y se acerca más a la masa social participando en una serie de charlas y encuentros que costaban ver en sus primeros años de mandato. Una de ellas, en Sant Cugat, después de una reunión itinerante de junta, que fue muy criticada por la oposición, que acusaba a Laporta de hacer campaña con dinero del club. La respuesta por parte azulgrana fue que el presidente "no estaba haciendo campaña, sino conociendo las inquietudes de la masa social por gobernar mejor al Barça".
Las apariciones del presidente no son aleatorias. "Ni debe hablar siempre ni debe hablar cada día. Tiene que aparecer en momentos puntuales y, a poder ser, para dar buenas noticias", apunta una de las fuentes consultadas, que pone de ejemplo dos momentos clave referentes a la reapertura del Camp Nou. A finales de septiembre, cuando se realizó una visita con periodistas, el club sabía que el Ayuntamiento todavía no daría permiso para volver al estadio, así que la conferencia de prensa posterior corrió a cargo de la vicepresidenta Elena Fort y del director de operaciones, Joan Sentelles. Por el contrario, en el entrenamiento de puertas abiertas de noviembre, la conferencia de prensa estaba prevista, pero sin saber quién la haría, si el presidente o la vicepresidenta. Como todo fue como una seda, salió Laporta, sin límite de preguntas, y respondió a todo durante media hora.
El Barça niega utilizar dinero del club para costear la campaña electoral de Laporta
Somos un Clam, la plataforma opositora que tiene como cara visible a Joan Camprubí Montal, fue más allá y denunció que el club estaba haciendo llamadas a los socios "presionando e incidiendo con su voto". El Barça respondió con un comunicado en el que negaba los hechos, decía que "no se estaba haciendo campaña electoral" y que en ningún caso "se estaba realizando ninguna encuesta de opinión entre este colectivo del club, ni de forma interna ni externa". Sin embargo, y según ha podido comprobar el ARA, sí que se han hecho algunos sondeos a los socios para preguntar sobre aspectos del club. Uno de ellos, realizado el 11 de diciembre a través de correo electrónico, preguntando sobre la Oficina de Atención al Barcelonista (OAB), que terminaba con una pregunta sobre "el grado de satisfacción global con el club".
Víctor Font, segundo en las elecciones del 2021, ya ha confirmado su precandidatura. También Xavier Vilajoana, ex directivo y precandidato en el 2021. El otro aspirante es Marc Ciria. Los tres llevan semanas trabajando de hormiguita, reuniéndose con socios y tratando de seducir a las peñas para recoger apoyos. Toda una serie de actos, de mayor o menor formato, que deben abonar con dinero de su bolsillo. Laporta, de momento, se ahorra este paso hasta que las elecciones estén convocadas.
Además, a la oposición le cuesta encontrar espacios mediáticos en un Barça que juega cada tres días y en el que, últimamente, el balón entra. Además, saben que el socio azulgrana es históricamente conservador: desde que hay elecciones con sufragio universal, ningún presidente ha perdido nunca la reelección. Los cambios sólo se han producido (Gaspart en 2000, Laporta en 2003, Rosell en 2010 y Laporta en 2021) cuando el anterior presidente no se presentaba.
Es por toda esta suma de factores que en la junta directiva, en general, se respira un clima optimista. Pero prefieren no hablar de las elecciones de puertas para no alimentar el debate. Y es que el último privilegio implica gestionar el calendario electoral, que quiere mantenerse como un secreto de estado hasta que llegue la hora de anunciarlo. Desde que se convocan los comicios hasta que se vota pasan entre 35 y 40 días, y tan sólo hay siete días hábiles para recoger los más de 2.500 apoyos para convertirse en candidato a las urnas. La oposición asegura que "hay partido", pero Laporta y los suyos ya tienen el cava en la nevera.