El Barça se proclama campeón de Liga: Lamine Yamal comienza la rúa en Cornellà-El Prat

Cornellá de LlobregatEl Barça vuelve a ser campeón de Liga, dos años después, de nuevo gracias a un triunfo en Cornellà-El Prat. la eficacia. No hubo sardana, pero sí una tímida celebración azulgrana sobre el césped que acortaron aspersores y los jugadores del Espanyol, que junto a Hansi Flick pidieron a los azulgranas que se marcharan a los vestuarios a la Liga con la RCDE Copa y Supercopa de España.

La primera Liga de Hansi Flick se recordará por un buen puñado de mecanismos colectivos, pero también una serie de individualidades capaces de decantar la balanza con genialidades solo al alcance de los genios. hecho, fue bastante discreta gracias al acertado marcaje de Romero, que contó con la ayuda permanente de Puado.

Tras el naufragio en Butarque, el Espanyol necesitaba recuperar la versión más sólida y seria, la que había mostrado durante buena parte de este 2025. Defendiendo en bloque bajo concedió pocos espacios entre líneas. Las ayudas eran permanentes y parecía un muro inexpugnable. Flick, desde la banda, se impacientaba viendo cómo el Barça más horizontal de la temporada debía masticar duro cada jugada para intentar hacerle cosquillas en el ordenado entramado defensivo local. Lamine Yamal, sin desequilibrio, parecía dosificarse. Tampoco Raphinha, ni el devuelto Lewandowski, generaron grandes problemas en una primera parte en la que todos los ataques visitantes nacían en las botas de Pedri y De Jong. Todo su juego empezaba en la sala de máquinas, pero siempre con pausa y pocos movimientos delante. No había espacios en los que filtrar la pelota.

En el conjunto blanquiazul, el plan del partido era el opuesto. Pocos toques y mucho vértigo, velocidad y verticalidad. La misión era clara: atacar la espalda de dos centrales, Araujo y Christensen, con poco ritmo de juego y no especialmente rápidos. Así llegaron las ocasiones más claras del primer tiempo, dos mano a mano de Urko primero y Puado después de que no terminaron en gol de milagro. El centrocampista vasco, poco acostumbrado a pisar el área rival, no encontró portería, mientras que el punta barcelonés se topó con un inspirado Szczesny. El gran pecado del Espanyol fue, precisamente, no encontrar la eficacia de cara a alfarería que le había acompañado hasta ahora. Sin embargo, el equipo no se desanimó con los errores. No lo permitió la grada de Cornellà-El Prat, que registró una asistencia récord el día en que su equipo podía certificar matemáticamente la permanencia.

Lamine Yamal desactiva al Espanyol

El Barça, que en toda la primera parte no había sido demasiado lúcido en ataque, decantó el derbi con una genialidad de Lamine Yamal. El extremo de Rocafonda, que había pasado bastante desapercibido en una discreta primera mitad, dirigió un disparo enroscado a la escuadra, inasumible incluso para el portero con más paros de la Liga. Un gol estratosférico que resume a la perfección su magnífica temporada, y que desactivó al Espanyol.

Los blanquiazules, que en el primer tiempo habían logrado acercarse a la portería de Szczesny con bastante peligro, perdieron el colmillo en la reanudación. El empuje blanquiazul fue difuminándose con el paso de los minutos, especialmente cuando, a diez minutos para el final, Cabrera lanzó un codazo en el estómago de Lamine Yamal. El VAR advirtió a Soto Grado, que tras revisar la jugada en la pantalla expulsó al central uruguayo. Con diez, el tramo final fue un trámite para el Barça, que supo resolver el partido en el tiempo añadido con un gol de Fermín. Esta vez sí subió. El Barça celebra, el Espanyol tendrá que esperar al menos al domingo para cerrar una permanencia que sigue teniendo al alcance. Le bastará con sumar dos puntos contra Osasuna y Las Palmas o bien esperar un obstáculo del Leganés, que juega contra los canarios y contra el Valladolid.