Barça

Hablar con Alexia y Aitana desde la cama del hospital

Pol y Joyce, dos robots del Barça, ayudan a la recuperación psicológica de jóvenes hospitalizados

BarcelonaCarlota (nombre ficticio) acaba de conocer a las futbolistas del primer equipo del Barça desde una cama en el Hospital de Sant Pau. otras jugadoras azulgranas, supone una inyección de alegría en su rutina. Después de la visita, la joven pasa las horas confeccionando una pulsera personalizada para cada una de ellas. y de la salud del área de pediatría y hematología clínica del Hospital de Sant Pau. Según Tobajas, los tratamientos de quimioterapia producen inmunodepresión y obligan a los niños a dejar la escuela.

El proyecto Robot nació en 2017 con el objetivo de acercar "la experiencia Barça" a niños y niñas hospitalizados que no se pueden desplazar a las instalaciones azulgranas. Gracias a esta iniciativa, los niños se conectan telemáticamente a lugares como el Museo del Barça. en el exterior", comenta la psicóloga. La tecnología actúa como un elemento distractor que reduce la ansiedad y mejora el estado de ánimo de los niños. "El hecho de que el niño esté psicológicamente bien favorece su recuperación", declara Tobajas.

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Awabot, la empresa que cede estos robots a la Fundación Barça, asegura que a menudo los niños se sienten excluidos de su familia y los robots permiten que sigan conectados con los suyos durante la hospitalización. Tal y como afirman desde la empresa, los padres ven un impacto positivo en el bienestar psicológico de sus hijos. Además, los profesionales sanitarios observan que "el niño puede alegrarse al ver su entorno". Según la Fundación Barça, el 100% de los usuarios se ha sentido importante durante la interacción telemática.

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Un instante de desconexión y euforia en la rutina de los niños

Durante los momentos previos a la conexión con las futbolistas, los niños se muestran entusiasmados. "Los jugadores del primer equipo del Barça suelen visitar el Hospital Sant Pau únicamente en Navidad, los niños y niñas suelen ver más las caras de las futbolistas del Barça femenino". Las futbolistas participan en encuentros presenciales esporádicos y firman alguna fotografía o pelota a los jóvenes. Incluso, en ocasiones, niños y futbolistas se intercambian cartas. "Sobre todo les gusta que las jugadoras se refieran a ellos por su nombre, tienen la sensación de que salen de la habitación por un instante", declara la psicóloga.

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"Los robots hacen sentir especiales a los niños enfermos porque los compañeros de la escuela no disfrutan de esta experiencia". Las experiencias vividas gracias a Pol y Joyce, nombre de los dos robots de la Fundación Barça, se convierten en temas de conversación con el resto de compañeros de clase. "Además, en un futuro pueden tener un buen recuerdo de su estancia en el hospital", añade Tobajas. En cuanto al seguimiento del deporte entre los pacientes, algunos adolescentes jugaban al fútbol antes de la hospitalización y disfrutan especialmente de los encuentros con sus ídolos. Otros no siguen el mundo del fútbol pero se emocionan a la hora de hablar con jugadoras del Barça.

"Los niños y niñas pasan muchas horas en las habitaciones y debemos garantizar que todas sus necesidades estén cubiertas". Para cumplir esta labor, en el Hospital de Sant Pau disponen de una maestra en el centro que se encarga de continuar con la escolarización de los niños. También cuentan con otros profesionales que velan por que sigan teniendo ratos lúdicos. En esta labor de inclusión social y educativa, según Awabot, seis mil personas ya han accedido a grandes eventos deportivos gracias a la tecnología.

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