Barça

El mercado ideal de Deco

El director deportivo azulgrana encuentra una oportunidad en el 'no' de Nico Williams

BarcelonaCuando el Athletic Club comunicó la renovación de Nico Williams el pasado viernes por la mañana, el presidente ejecutivo del Barça, Joan Laporta, entendió la magnitud de la institución vasca como rival en los despachos del fútbol. Porque si Félix Tainta, el representante del extremo navarro, pidió garantías de inscripción antes de firmar definitivamente el fichaje, fue porque el presidente del conjunto vasco, Jon Uriarte, previamente se había informado en la sede de la Liga sobre las limitaciones azulgranas en materia de fair play financiero. A partir de esta visita a Madrid se entienden las reticencias de Tainta, que el pasado verano también hizo entender a Nico que no era prudente acudir al Barça si la inscripción no estaba garantizada en un papel.

Antes de las dudas que supuso la renovación de Williams hasta el 2035 a cambio del sueldo deportivo más alto de la historia del Athletic, Tainta ofreció al jugador al director deportivo del Barça, Anderson Luís de Souza, Deco, en una reunión a mediados del mes pasado en Barcelona. Aunque el ejecutivo azulgrana recibió el interés con gusto, fue Laporta quien dio el paso decisivo para fichar al mejor amigo de Lamine Yamal en la selección española. Sabedor de la gran ilusión que el fichaje generaba a los barcelonistas, el mandatario dejó atrás el enfado por las calabazas del 2024 y activó la maquinaria para pagar la segunda cláusula de rescisión del verano después de la de Joan Garcia. En consecuencia, Deco, acompañado por Bojan Krkić, se desplazó a Ibiza para comunicar estas intenciones a Hansi Flick, quien aceptó la jugada con deportividad alemana.

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Pero ni el entrenador ni el director deportivo eran genuinamente partidarios de fichar a Williams. De hecho, tal y como reconocen en la Ciudad Deportiva Joan Gamper, la negativa del navarro se ha convertido en una oportunidad sobre todo para Deco, que lleva meses repitiendo internamente la necesidad de que este Barça ganador se refuerce con futbolistas que se encuentren en el punto ideal de madurez. No tan veteranos como Robert Lewandowski (36) o Iñigo Martínez (34), pero tampoco tan jóvenes como Lamine Yamal (17), Pau Cubarsí (18), Pedri (22) o el propio Nico (22). Por eso, en paralelo a la lucha económica para alcanzar la norma 1:1 del fair play financiero, el fin del serial Williams abre un escenario más calmado para negociar por Luis Díaz con el Liverpool un traspaso como los de siempre. Con tira y aflojas por el precio, un agente jugando a dos o tres bandas en busca de las mejores condiciones y, importante, con aún más de un mes de margen para que la competición oficial comience.

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Raphinha y Olmo, la excepción de los últimos veranos

El extremo colombiano era la primera opción tanto de Deco como de Flick para reforzar un ataque corto de efectivos y los acontecimientos de los últimos días no han hecho más que recolocar las fichas en la casilla de salida. Sin embargo, desde el Barça se admite que la operación es "complicada" porque el Bayern de Múnich también juega su partida para incorporar a un futbolista que en enero cumplirá 29 años y que, efectivamente, cuadra con la apuesta por el rendimiento inmediato que dos de las figuras más importantes en la planificación deportiva azulgrana defienden desde hace meses.

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Díaz no costará menos de 60 millones, querrá cobrar como un delantero top que acaba de ganar la Premier League y también pedirá alguna garantía de inscripción. Ante estas exigentes condiciones, el club prevé la vía de Marcus Rashford, con quien el Manchester United no cuenta. También tiene una ficha alta pero podría llegar cedido a Barcelona. Además, su edad –hará 28 años en octubre– encaja con la carencia que Deco y Flick notan tener la plantilla del Barça. El extremo inglés rindió a buen nivel al Aston Villa la segunda parte del curso pasado y, si llega de préstamo, la apuesta es de bajo riesgo.

Sea como fuere, descartado por completo el joven Williams, Deco puede explotar por fin su mercado ideal. Jugadores de entre 25 y 30 años con la barriga vacía, energía para un lustro y al mismo tiempo suficiente experiencia acumulada. Son los más caros, el tuétano de proyectos consolidados y el Barça, en estos últimos años de crisis económica, sólo los ha podido incorporar con cuentagotas y en condiciones especiales. Libres bisiestos, como Memphis Depay (27), Franck Kessie (26) y Andreas Christensen (26), o procedentes de clubs de segunda línea, como Raphinha del Leeds (25) y Dani Olmo del Leipzig (26).

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