Mudos y en la jaula!
BarcelonaHasta hace poco, cuando el Barça fichaba a un jugador, se organizaba un acto de presentación en el que, además de firmar el contrato y hacerse fotos con el presidente, hablaba de sus aspiraciones. Incluso había un tiempo en el que se podían hacer preguntas periodísticas a los protagonistas: no sólo al futbolista, sino también a los responsables de la política de fichajes. Por eso se pudo cuestionar el precio desorbitado de Coutinho al ex director de deportes profesionales Albert Soler en el 2018, o bien, en el verano del 2023, en plena gira por Estados Unidos, el ex director de fútbol Mateu Alemany dio detalles de lo que el Barça había pagado al Girona para llevarse a Oriol Romebajo coste. Ésta, la de Oriol Romeu en Los Ángeles (!), es la última presentación con rueda de prensa que el Barça ha hecho de un fichaje –Hansi Flick al margen.
Desde entonces, hemos pasado de ver a los jugadores en el césped de la Ciudad Deportiva con cuatro frases teledirigidas a acabar entrando, directamente, al apagón informativo. Dani Olmo, el fichaje estrella del pasado verano, fue presentado en un "acto privado" y con Joan Garcia pasará lo mismoLos trabajadores de los medios nos amontonaremos como pollos detrás de las barandillas del exterior de las oficinas del Camp Nou, viendo entrar y salir Laporta, Deco y el portero detrás de una pared. de un mensaje masticado. También deberíamos hacerlo mirar como gremio: en cada colada perdemos cuatro sábanas y, de tanto tragarlo todo, pronto sólo nos quedará una pinza de la ropa.
Esto, queridos lectores, no es una pataleta endogámica, es la defensa de un derecho fundamental. Los que pierden sois todos vosotros: los socios y aficionados del Barça que nos lee con ganas y, también, los que no nos soporta. Cada vez que desde un centro de poder se limita activamente el ejercicio periodístico, se pierden oportunidades de fiscalizar la gestión de sus dirigentes. No habrá preguntas sobre la toma de decisiones, ni respuestas de lo que hacen bien o mal. El relato será cada vez más uniforme y menos libre. No pueden disfrazarlo de proteger a Joan Garcia de preguntas incómodas de su transición de perico a culé, porque la tendencia demuestra otra cosa. Aún están a tiempo de corregirlo: quizás cuando llegue Nico Williams hayan redescubierto que el Barça se merece transparencia en serio.