No hay quien detenga este desaguisado: los apuntes en caliente del Bruges-Barça
Empate azulgrana en un partido muy desordenado en el campo del Bruges
BarcelonaEmpate del Barça en el campo del Bruges en la Champions (3-3). Lamine Yamal salvó a los azulgranas de una noche aún peor en la máxima competición continental. A continuación, unos apuntes en caliente.
El resultado rayo. El Barça acabó empatando, pero podría haber perdido –gracias, VAR– y también podría haber ganado –lástima de los palos–. El equipo de Flick se ha entregado al azar en un contexto marcado por lesiones y deficiencias que convierten el plan infalible del pasado ejercicio en una burda réplica de Ali Express. Los azulgranas combinan elementos para resolver a su favor cualquier contexto de caos con pecados que les condenan en un santiamén. Más allá de la derrota del clásico, ganaron contra el Girona y el Elche dos partidos que podrían haber empatado; firmaron ante el Olympiacos la goleada más engañosa del siglo, y no se rehicieron en Bélgica, de donde estuvieron a punto de irse con cero puntos. Sin Pedri ni Raphinha, hay que poder resistir de otra forma.
Normal que Flick se enerve. La falta de tensión sin balón de este Barça es alarmante. Con muy poco, el Bruges, un equipo normalito, le marcó dos goles en sólo 17 minutos. Cuando los pasadores rivales tienen tiempo para pensar, la defensa adelantada es un caramelo. Y si la primera falta cometida llega pasada la media hora, todo es aún más difícil. Se hará muy larga, la supervivencia sin hombres vitales, si Flick no es capaz de revertir síntomas tan preocupantes como el 2-1, obra de Forbs tras un córner favorable. Solo un futbolista azulgrana vigilaba la posible transición de los belgas. El resto lo miraba a unos metros de distancia.
Driblar la pubalgia. Puede decirse sin tapujos –Flick también lo reconoce– que Lamine Yamal juega mermado a fútbol. Con una pubalgia supraabdominal diagnosticada desde hace semanas y una edad (18 años) que todavía indica crecimiento muscular y óseo, no sería lo recomendable que salga siempre de titular y, encima, las exigencias del guión le obliguen a sumar todos los minutos. Pero el joven del Maresme es excepcional también en eso. En Brujas, en un partido marcado por el desorden, no solo volvió a jugar con molestias, sino que fue un arma de destrucción masiva imposible neutralizar. Ante el desaguisado colectivo, la individualidad más brillante salvó al Barça del ridículo.
No cabe duda con el central del futuro. En partidos con el rival en bloque bajo como el planteado por el Bruges, sirve mucho más un central con buena salida de balón como Cubarsí que un marcador contundente como Araujo. Flick tuvo que dejar al de Estanyol en el banquillo porque todavía arrastra las molestias que ya le apartaron del equipo ante el Elche. No está al mismo nivel que el año pasado, en parte porque echa de menos a Iñigo Martínez cerca, pero es potencialmente el central mejor preparado de la plantilla, y con más futuro. Por tanto, cuando esté al 100%, fuera dudas con Cubarsí, que debe ser el líder de la defensa durante la próxima década.