Hansi Flick durante el partido del Barça en Newcastle.
19/09/2025
2 min

BarcelonaEl Newcastle fue todo lo que Hansi Flick había previsto y el plan de partido le salió redondo. El triunfo de St. James Park es importante para él porque entiende que es un paso adelante en lo que se refiere a la madurez que requiere querer aspirar a todo. La lección de San Siro no sólo cuece en el vestuario, sino que sirve como punto de partida para crecer y soñar con el éxito más preciado. Por eso es relevante ver cómo los jugadores aprenden a reaccionar ante las dificultades, como por ejemplo, el gol inglés en contra antes del tiempo añadido: esto es hacerse mayor y es en lo que se fija el alemán. No le interesa levantar cabeza porque el mes de mayo ahora es tan lejano como Júpiter. "Step by step", "no excusasy las cosas claras. Flick es, probablemente, el mejor entrenador que ha tenido el Barça desde Pep Guardiola.

La afirmación, después de una temporada y cinco partidos, puede calificarse de exagerada, pero en términos futbolísticos y de discurso quizás no lo sea tanto. La personalidad segura, transparente y carismática de Flick tiene el magnetismo para convencer a la plantilla de seguirle al final del mundo, incluso cuando ha sido necesario matizar malos síntomas de un inicio de curso turbio. Enemigo de los egos, ha sabido encontrar el equilibrio entre los futbolistas de clase mundial y los gregarios en beneficio del bien común. Un caso paradigmático de lo que es capaz de transformar con la mirada es el de Gerard Martín. No es que los haga mejores a todos, es que los lleva a una pantalla superior y desconocida. Todo el mundo sabe lo que debe hacer. Lo que diferencia a un buen entrenador de un entrenador excelente es precisamente eso. No sólo se trata de imaginar el fútbol que quieres, sino de saber transmitirlo con mucha inteligencia, también, emocional.

Y Luis Enrique, ¿qué? Luis Enrique en el Barça no era el autor que está ahora en el PSG y, por mucho que el palmarés y el entretenimiento fueran inapelables gracias a Messi, el contexto encontrado Flick le da mucho más valor. La firma del alemán impregna todo el rectángulo del juego mientras que, además, va paliando los males de un club con problemas económicos permanentes y golpes de timón constantes con el estadio. Flick, aislado de los famosos entornos, lo toma imperturbable, como un pilar al que se abarca todo el barcelonismo. Su discurso natural, ponderado y con una sonrisa le da mucha credibilidad, también, cuando debe alzar la voz para proteger a los suyos de los horarios inverosímiles de la Liga o de la negligente gestión de minutos del seleccionador español. Aprovechémoslo bien antes de que se vaya a hacer de abuelo.

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