Apuntes en caliente

Primera ración de carnaza a raíz de una lipotimia sospechosa: los apuntes en caliente del Mallorca-Barça

Cómoda victoria azulgrana en un enfrentamiento marcado por la polémica arbitral

BarcelonaVictoria cómoda del Barça en el primer partido de Liga. Los azulgranas tuvieron suficiente con un buen comienzo para imponerse al Mallorca en un partido marcado por un gol polémico y dos expulsiones locales (0-3). A continuación, unos apuntes en caliente.

Gasolina que no es necesario suministrar. El Barça ya tenía encarado el duelo cuando Raíllo, un gato viejo de la Liga, cayó aturdido tras rechazar un disparo potente de Lamine Yamal. Sus compañeros pidieron que se detuviera el juego y el árbitro se llevó el silbato a la boca, pero no le hizo sonar. Ferran Torres, centrado en continuar la jugada, recogió el balón y lo envió a la red de un Leo Román que ni se estiró. 0-2 y polémica servida. Mientras los mallorquinistas denunciaban falta de deportividad, los barcelonistas se escudaban en que Munuera no había detenido el partido, lo que debería haber hecho siguiendo lo que dice el reglamento sobre los golpes en la cabeza (si bien es cierto que Raíllo se levantó rápidamente para protestar). Sea como fuere, sin embargo, un Barça tan superior no necesita verse en medio de la carnaza que tanto gusta en Madrid.

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Lágrimas contra aciertos. Contrariado por ese desenlace desafortunado –ni el árbitro ni el VAR podían anular un gol que llegó con el balón en juego–, el Mallorca acabó de perder sus opciones en dos jugadas (ahora sí) bien resueltas por el equipo arbitral. Nada que decir sobre la primera expulsión, la de Morlanes, que estaba amonestado por una protesta previa y se mereció la segunda amarilla por cazar a Lamine Yamal a la altura de la canela. Y también justa la roja directa para Muriqi, que estuvo a punto de enviar a Joan Garcia al hospital con una patada voladora. Son Moix encauzó la rabia con lágrimas y gritos poco edificantes que parecieron exagerados para una primera jornada de Liga.

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Lo mejor, los tres primeros puntos. Polémicas aparte, el partido no tuvo mucha más historia. Pocas lecturas pueden realizarse a mediados de agosto, con la pretemporada todavía reciente y media Liga haciendo malabarismos financieros para inscribir a los fichajes. De la visita del Barça a Mallorca se extrae continuismo en líneas generales, con especial atención a una presión alta que dará muchas alegrías, y un progreso lógico de Lamine Yamal, que con el 10 a sus espaldas no hará otra cosa que ampliar su repertorio de travesuras. Regaló el 0-1 de Raphinha con un centro que habría firmado Messi, se estrenó con el lanzamiento de faltas e hizo un golazo para reaccionar a las provocaciones de sus rivales. Es casi medio Barça, pero eso lo sabíamos.

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Incoherencias textiles. Merecen un apunte aparte dos curiosidades relacionadas con la indumentaria que lució el Barça en Palma. De entrada, los azulgranas tuvieron que competir en Son Moix con la tercera equipación de la pasada temporada. Tiene narices que no sirvieran ninguna de las tres flamantes camisetas que Nike ha diseñado para el curso presente. Pero aún más raro fue ver a los de Flick vistiendo una sudadera en los prolegómenos del partido. En el túnel de vestuarios, Lamine Yamal esperó hasta el final para ponérsela, mientras que Raphinha lo hizo sin la cremallera abrochada. En plena ola de calor, quizás no era necesario complicar más las cosas.