El Barça termina el trabajo en medio del caos arbitral
El Mallorca termina con nueve hombres antes del descanso, cuando ya perdía ante una buena versión del equipo de Hansi Flick
BarcelonaEl bono de Hansi Flick lo tendrá complicado para conseguir detener la euforia en Can Barça (0-3). Su equipo ha vuelto al trabajo con la misma idea con la que acabó el curso anterior, enchufado y ambicioso. Ahora Flick también lo tendrá complicado para evitar que los rivales no le echen cara las numerosas polémicas del partido de Mallorca. Un partido que duró apenas 30 minutos, hasta que estalló el caos tras las decisiones de José Luis Munuera, que pasará a ser persona non grata en Mallorca. En apenas cinco minutos dio por válido un gol de Ferran y expulsó a dos jugadores locales, e hizo perder los nervios en la parroquia local. Las tres decisiones, unidas, dolían al Mallorca. Pero analizadas por separado parecen tres aciertos del colegiado.
Cuando Muriqi vio la segunda roja cuando casi le arranca una oreja a Joan Garcia, el partido acabó. Con 0-2 y otros dos hombres, el Barça sólo tenía que dosificarse, dejar pasar el tiempo e intentar no tomar daño. Raphinha no supo leer el guión y cometió una falta que pudo ser una roja. Solo fue amarilla. Y el mallorquinismo tuvo más razones para quejarse. Pese a ese susto, el Barça acertó en sus decisiones. No acertó tanto cara a portería, donde perdonó muchas ocasiones hasta que Lamine Yamal hizo el tercero en la última jugada del partido.
Todo había empezado con un monólogo azulgrana. Una primera media hora buena del Barça. Un proyecto ligeramente mejorado, aún más maduro que hace unos meses. Un equipo que juega de memoria, con fondos de armario y futbolistas con hambre. Si Flick pedía a sus competir sin excusas, el primer partido oficial de la temporada sirvió para ver a un señor equipo, en el que los jugadores muerden a los rivales y siempre buscan marcar más goles. Decía Cruyff que el segundo año de un proyecto es más difícil que el primero. Una de esas sentencias que han servido, con el paso de los años, para poner en alerta a técnicos como Flick. El alemán no quiere excusas, quiere ver a un equipo ganador que haga temblar al enemigo. De hecho, al final del partido estaba cabreado, ya que su equipo "ha jugado al 50%". Él quiere que los rivales salgan al césped medio asustados, pensando que si cometen un error les caerá un capazo de goles. Jugar contra el Barça debe costar, cuando ya sabes de qué son capaces estos chicos.
En Mallorca se vio al propio Barça pero con pequeñas novedades. Horas antes del partido, Joan Garcia descubrió que Laporta había logrado inscribirlo. Y pudo debutar bajo los palos con una buena actuación en la que hizo siempre lo necesario. Sin Iñigo, Araujo era central. Y Eric Garcia se situaba de lateral por delante de Koundé en un equipo en el que el tiempo se detenía cuando Lamine Yamal tocaba el balón. Con el 10 en la espalda, cada vez que entraba en acción hacía de las suyas. Él daría la asistencia del primer gol, un centro remate por Raphinha de cabeza.
El segundo gol sería el que abriría la puerta de la polémica. Un disparo de Lamine Yamal, por supuesto, que sacó a Raíllo de cabeza. El central local se dejó caer y fingió dolor, pero el árbitro no detuvo el juego. Y Ferran lo aprovechó para hacer el 0-2 con un buen disparo cuando más de un jugador local daba para que el juego se detendría. No fue así y el gol fue validado, y Morlanes vio la amarilla por protestar. Argumentaba que cuando alguien recibe un golpe en la cabeza es necesario parar el juego. El árbitro le dijo que despejar un balón no es suficiente para fingir una conmoción. Y tenía razón, aunque también es cierto que el lenguaje corporal del colegiado, que se había puesto el silbato en la boca, confundió a más de un mallorquinista. Morlanes, que iba caliente, vio la segunda amarilla justo después al intentar detener a un Lamine Yamal imparable. Un nuevo golpe emocional para un Mallorca que acabó de desmoronarse cuando Muriqui, luchando un balón, levantó demasiado la pierna y puso los tacos en la cara de Joan Garcia.
El partido había terminado. Los niños del Mallorca lloraban en la grada y el Barça tenía que mantener la calma para certificar el primer triunfo del curso. Flick sacó a Fermin para dar minutos a Olmo, un jugador más adecuado para mantener el control. Y el Mallorca se limitaba a sobrevivir sin ceder más goles, para evitar que el estropicio fuera mayor. Los discípulos de Arrasate tuvieron suerte de la falta de puntería azulgrana en un partido en el que Jofre Torrents debutó en Primera en el lateral el mismo día que Rashford, el primer inglés en el Barça en 40 años. No tuvo tiempo para hacer mucho en un partido extraño en el que la guinda la puso Lamine Yamal al hacer el tercero en el último segundo. Recibió el balón rodeado por tres rivales, los burló y encontró espacio para chutar como chutaba Messi cuando el argentino llevaba el 10. Ahora le lleva Lamine Yamal. Y da miedo a los rivales.
- Mallorca: Roman, Morey (Mascarell, 46'), Valjent, Raíllo, Mojica (Toni Lato, 91'), Morlanes, Antonio Sánchez, Asano (Mateo Joseph, 46'), Pablo Torre (Dani Rodríguez, 46') y Darder (Jan Salas, 86'). Entrenador: Jagoba Arrasate.
- Barça: Juan García, Eric García, Araujo, Cubarsí (Gavi, 68'), Balde (Jofre Torrents, 68'), De Jong, Pedri, Fermín (Dani Olmo, 46'), Lamine Yamal, Ferran Torres (Rashford, 68') y Raphinha (Kounde, 7). Entrenador: Hansi Flick.
- Goles: 0-1 Raphinha (7'), 0-2 Ferran Torres (23') y 0-3 Lamine Yamal (94').
- Árbitro: José Luís Munuera.
- Tarjetas amarillas: Morey (9'), Morlanes (24 y 26'), Arrasate (26'), Torre (42') Raphinha (47').
- Tarjetas rojas: Morlanes (26') y Muriqi (39').
- Estadio: Son Moix.