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Renacimiento emocional azulgrana: los apuntes en caliente del Nápoles-Barça

El conjunto de Xavi Hernández ha hecho uno de los mejores inicios de partido de la temporada en la ida de los octavos de final de la Champions League

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Gündogan ha tenido una clara ocasión de gol en el primer tiempo en Nápoles.

BarcelonaEmpate del Barça (1-1) ante el Nápoles en la ida de los octavos de final de la Champions League tras un gol de Robert Lewandowski en el segundo tiempo que fue igualado por Victor Osimhen. De todas formas, el conjunto azulgrana ha hecho uno de los mejores inicios de partido del curso. A continuación, los apuntes en caliente.

El equipo de Xavi vuelve a emocionarse. Es difícil quedarse indiferente cuando suena el himno de la Champions League si te gusta mínimamente el fútbol. Los odios hacia la UEFA acumulados por la parroquia culer son insuficientes para ocultar los recuerdos intensos que esta solemne melodía despierta en la mente. Sobre todo si vuelves a disputar una eliminatoria de la máxima competición europea después de dos cursos sin hacerlo. El fútbol, ya saben, es emoción. Y la Champions ha provocado que el Barça haya mostrado en Nápoles una virtud que apenas se le había visto este curso: la pasión.

El Barça ha salido a atacar. El recuerdo queda un poco lejos, pero por si algún aspecto había destacado en las últimas participaciones el equipo catalán fuera de casa cuando llegaba la hora de la verdad en la Champions era por hacer planteamientos de partido basados en verlas venir. Así llegaron los batacazos ante el Liverpool, el Juventus de Turín y el Roma, entre otros. Por el contrario, hoy en los primeros 20 minutos el Barça ha tenido tres claras ocasiones de gol fruto del dominio del juego: Lamine Yamal, Lewandowski y Gündogan. Xavi ya tiene la excusa para decir que, según los datos de goles esperados, el Barça debería ir líder en la Liga y, además, haberse llevado una ventaja del partido de ida de la eliminatoria europea frente al Nápoles.

La resaca del ataque a los supuestos enemigos. La rajada desnortada y a destiempo que Frenkie de Jong hizo contra la prensa en la previa del partido más importante hasta ahora de este curso para el Barça (estaría bien que el departamento de comunicación azulgrana dedicara más tiempo a evitar estos incendios nacidos de los intestinos del club que a buscar supuestos enemigos en todas partes) podía acabar siendo positiva si el neerlandés era capaz de transformar la energía surgida de la rabia en una actuación en Nápoles más convincente que su promedio del curso. Sin sobresalir, Frenkie de Jong ha sido uno de los culpables del firme inicio de partido del Barça pese a que se ha visto condicionado por la tarjeta amarilla que ha recibido en el minuto 15.

El momento en el que Frenkie de Jong ha recibido una tarjeta amarilla.

La experiencia gana a la juventud. El central de diecisiete años Pau Cubarsí llevaba cuatro partidos seguidos como titular con un notable rendimiento. Pero, ante el Nápoles, Xavi ha preferido apostar por la experiencia de un central que casi le dobla en edad: Iñigo Martínez. Los oportunistas pueden sugerir que al de Terrassa le desaparece el atrevimiento cuando se encuentra ante un cara o cruz, pero en la banda derecha del ataque ha optado por un chiquillo de dieciséis años llamado Lamine Yamal. Iñigo Martínez ha acabado saliendo en la foto del gol de Osimhen. El de Ondarroa no ha medido bien los tiempos a la hora de cubrir al delantero nigeriano y ha estropeado el trabajo de una de las versiones más sólidas en defensa del Barça de Xavi.

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