Un ruego desesperado por tierra, mar y aire: los apuntes en caliente del Sevilla-Barça
El club azulgrana se juega el futuro en el mercado de invierno más importante de los últimos años
BarcelonaEmpate del Barça en el Sánchez Pizjuán en un partido en el que jugó ratos de buen fútbol y volvió a acusar la falta de argumentos en ataque. A continuación, los apuntes en caliente de la última actuación de los azulgranas este 2021.
Intenciones sin frutos. Alba sirve faltas al lado del área rival por primera vez en nueve cursos. Araujo, marcador central específico, tiene que jugar de lateral derecho. Xavi critica la normativa que le impide poner a tantos jóvenes como él querría. Son tres ejemplos del Barça precario de finales de 2021, un equipo eliminado de la Champions y que malvive en la séptima posición de la Liga. Con la llegada del nuevo técnico las intenciones son sólidas y prometedoras, pero sin recursos a la altura se corre el riesgo de que la materia se quede en las raíces y no dé los frutos esperados. Pocos mercados de invierno tan decisivos como el que está a punto de abrirse.
Curiosos revulsivos. Xavi pide fichajes por tierra, mar y aire. Hace evidente la urgencia en las alineaciones, con los mensajes en rueda de prensa y con los cambios que hace incluso en escenarios propicios como el que se encontró en Sevilla después de la expulsión de Koundé. Su equipo necesitaba revulsivos para buscar un triunfo en un campo difícil y la única sustitución convencida que hizo fue Nico, que relevó a Jutglà en el 73. Lenglet entró casi a la vez porque Eric se lesionó y Luuk de Jong fue un recurso de última hora. Ni rastro de Riqui Puig, que sigue coleccionando suplencias, ni de Coutinho, lujo carísimo cronificado en el banquillo.
No al derroche de factores. Cinco de los siete goles que ha recibido el Barça de Xavi en la Liga han sido a pelota parada. En el Pizjuán, cuando mejor jugaban los azulgranas, Papu Gómez hizo el 1-0 en un córner ensayado. Mérito de los andaluces, que ejecutaron la pizarra con precisión. Solo un defensa pegado al palo de Ter Stegen –tradición perdida en el fútbol moderno– habría evitado el gol. La estrategia salvó al Sevilla de un mal inicio y, minutos después, instaló la justicia antes del descanso, cuando Araujo voló para rematar un centro de Dembélé. Es un factor más, y el Barça no está para desatenderlo. Tanto en ataque como en defensa.
Por debajo del nivel. Sea como sea, el Barça acaba el año a una distancia asumible de la zona Champions y con unos fundamentos esperanzadores. Entre el lastre que pueda quitarse de encima, lo que pueda incorporar a precio razonable y el regreso de piezas importantes como Ansu Fati, Pedri o Memphis, Xavi tendrá argumentos para, como mínimo, asegurar la plaza en la máxima competición. Ahora bien, empezará el 2022 con una asignatura pendiente: extraer jugo de Frenkie de Jong, a quien ha sustituido dos veces seguidas en la segunda parte. Del neerlandés y de Dembélé –si es que acaba renovando– se espera que rindan al nivel de sus emolumentos.