Barça

Xavi se cansa de hacer de poli bueno: Dembélé, excluido del Athletic-Barça

Mateu Alemany insta al francés, que no quiere renovar, a salir del club antes del 31 de enero

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Xavi Hernández, al inicio de la rueda de prensa

BarcelonaLa paciencia en Can Barça con Ousmane Dembélé se ha acabado. El club, harto de esperar una respuesta de un futbolista que juega al gato y al ratón, y de ver cómo su agente se ha dedicado a subastar al jugador por medio Europa, ha decidido plantarse. El mensaje es claro y unánime, hasta el punto que el técnico Xavi Hernández, que hasta ahora se había mostrado como el poli bueno, alabando a su jugador en las salas de prensa, ha cambiado radicalmente el discurso. “O caja o faja. O renueva o se va”, decía ayer el egarense. Una respuesta que tiene que ser inminente porque el Barça depende de Dembélé para poder hacer alguna operación complementaria en este mercado de invierno.

La primera consecuencia de todo esto que el normando ha caído de la lista de convocados para viajar a Bilbao para jugar el partido de Copa del Rey de esta noche contra el Athletic Club. La decisión es de club, tal como ha explicado el director de fútbol azulgrana, Mateu Alemany: "Hace seis meses que iniciamos las negociaciones con sus agentes. Les transmitimos que queríamos que Ousmane continuara. Les hemos presentado varias ofertas. Es tiempo más que suficiente para tomar una decisión sobre el futuro. Ahora estamos a 11 días para el cierre del mercado de invierno. Entendemos que después de todo este proceso ha decidido no seguir. Le hemos explicado que queremos futbolistas comprometidos y que tiene que salir, por el bien de él y del Barça, cuanto antes posible. La decisión de Xavi es coherente con la posición del club. No ir convocado es la consecuencia lógica de una negociación que ha acabado con la voluntad del jugador de no continuar".

Tampoco viaja a Bilbao Memphis, que tiene molestias en la espalda y en los isquios. En cambio, Martin Braithwaite vuelve a una lista de convocados cinco meses después. El danés ya se ha recuperado de la lesión en la rodilla y tiene números para volver a competir a las órdenes de Xavi.

El Barça tiene mucha prisa para encontrar una salida al conflicto Dembélé. De hecho, para esta semana se espera una nueva reunión, posiblemente el viernes, para intentar desencallar unas negociaciones que empezaron hace más de medio año. Hasta ahora el club había aguantado el pulso con paciencia y profesionalidad, pero ahora que el tiempo se les echa encima han optado por endurecer el discurso hacia un jugador que acaba contrato el 30 de junio.

“Lo que puedo decir es que estamos en una situación compleja y difícil. El club ha decidido que si no se le renueva hay que tomar ya una decisión con él. No es fácil, pero hace cinco meses que Mateu Alemany [el director de fútbol del Barça] negocia con su representante y no podemos esperar más. O renueva o tomamos una decisión”, apuntaba Xavi. Más adelante, añadía: “He sido muy honesto con él. No es una situación fácil, pero hay que tomar una decisión. O caja o faja. Que quede claro que lo primero son los intereses del club”.

La influencia del agente

Muy posiblemente, la gota que hizo derramar el vaso fueron las declaraciones de su agente, Moussa Sissoko, a Radio Montecarlo, donde cargó a diestro y siniestro contra el Barça. El martes aseguraba que “los dirigentes del Barça están perdiendo ellos solos a Dembélé”, consideraba que tenía más razón que un santo cuando pedía un salario anual de 40 millones brutos y acababa acusando a la cúpula deportiva de lanzar “amenazas” como dejar a Dembélé en la grada estos últimos seis meses de contrato. “Esta táctica quizás funciona con otros agentes, pero no conmigo. Estoy aquí para defender los intereses del jugador, y defenderé sus derechos hasta donde sea necesario”, dijo.

Xavi, que apelaba a la “responsabilidad” del extremo francés, fue inflexible en la sala de prensa. Aseguró que Dembélé no se sentará en la grada como castigo. Que esa opción “no se estaba contemplando” y que las únicas vías posibles eran la renovación o la salida. También explicó que Dembélé le decía en privado que quería renovar, y reconocía que “no entendía” el motivo por el cual se estaba alargando tanto la negociación.

El Barça, mientras tanto, y al ver que la renovación se encallaba, ha ido hablando con otros clubes para buscar una cesión –o venta– del jugador a media temporada, pero el agente, una y otra vez, ha ido cerrando la puerta a cualquier opción que suponga dejar el Barça este mes de enero. De hecho, su postura no se movía ni un milímetro y emplazaba al Barça a continuar las negociaciones una vez se cierre el mercado de invierno. Pero para el Barça, claro, ya sería tarde.

Cambio de discurso

El cambio de discurso en el Camp Nou se explica, en parte, porque el tiempo se les echa encima. Pero los últimos días también ha empezado a crecer la sospecha que, en realidad, el agente de Dembélé está dilatando las negociaciones y sigue sin cerrar del todo la puerta al Barça porque no encuentra en Europa ningún club que pueda satisfacer sus exigencias económicas –al Barça le pide 40 millones brutos por temporada y una prima de renovación de 40 millones adicionales–. De hecho, en los despachos nobles han llegado a considerar como “extraño” que algún equipo se comprometiera a pagar estas cifras a un jugador que tiene un historial de lesiones como el de Dembélé.

Es por este motivo que, últimamente, ha crecido el optimismo en el Barça sobre una renovación a la baja. Pero, como saben bien, tratándose de Dembélé, de la mano a la boca se pierde la sopa.

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