El Messi más Messi en la madre de todos los reencuentros

BarcelonaLeo Messi contra el Real Madrid, pero vestido por primera vez con una camiseta que no es la del Barça. Poca broma con el punto de partida de este martes (21 h, Movistar Liga de Campeones) en el Parque de los Príncipes, sede de la ida de los octavos de final de la Champions. Cuando la pelota empiece a rodar, quizás los focos se los llevan Kylian Mbappé, probable futuro jugador blanco; Vinícius Júnior, estrella emergente del equipo de Carlo Ancelotti, y Neymar, que reaparecerá en el terreno de juego, ya con 30 años en la espalda, después de casi tres meses fuera de juego. Pero el protagonismo indiscutible de la previa es para el atacante argentino, que se reencontrará con su ex eterno rival defendiendo los intereses del París Saint-Germain. Será así porque el club francés sí le pudo hacer sitio en su masa salarial el verano pasado. El Barça, en cambio, no reunió gestos en este sentido. Es más, Gerard Piqué y compañía solo accedieron a que les tocaran el bolsillo cuando Messi ya lucía el dorsal 30 a las órdenes de Mauricio Pochettino.

Según apuntan desde su entorno, el ex astro culé llega a la cita con el Madrid "en el mejor momento desde que se marchó". Cuando aterrizó en la capital francesa tardó semanas en gestionar el impacto emocional de verse lejos de casa. No se lo esperaba, no lo quería así. Ni él ni su familia se adaptaron al hecho de vivir en un hotel situado en el centro de París, en un marco más propio de una estrella de rock que de un futbolista acostumbrado a recluirse cerca del mar. Por eso aceleró los trámites para alquilar una casa a las afueras de la ciudad, en el mismo barrio donde residen Ángel di María y Leandro Paredes, dos compañeros de equipo y de selección. El cambio de aires no se tradujo en continuidad en el césped hasta finales de noviembre. De hecho, entre falta de rodaje y contratiempos físicos y anímicos, Messi solo participó en cinco de los primeros doce partidos de la Ligue 1, en los que no marcó goles ni hizo asistencias. La estabilidad en la competición estatal la encontró en el último tramo antes de Navidad, con cinco partidos completos consecutivos, a pesar de que con cifras discretas (1 gol y 5 asistencias).

El PSG no ha necesitado la mejor versión de Messi para dejar la liga sentenciada. Trece puntos de ventaja tienen los de Pochettino sobre el Olympique de Marsella. En cambio, en la Champions el argentino sí ha rendido de manera decisiva, con 5 goles en 5 partidos disputados contra rivales de entidad como el Manchester City de Guardiola y el Leipzig de Dani Olmo. Sin su aportación, el equipo francés habría sufrido más de la cuenta para pasar a octavos, donde el sorteo lo encuadró primero con el Manchester United y después, en la reedición válida, con el Madrid. Una vez más, la suerte fue arisca con el PSG, favorito en las apuestas a pesar del discurso respetuoso de su entrenador. "Este club [en referencia al PSG] hace cincuenta años que intenta reinar en Europa y vuelve a ser aspirante. Pero, más allá del esfuerzo económico que hicimos en verano, el hábito de ganar lo tiene el Madrid. No es ir de víctima, sino hablar de realidades", decía en la previa Pochettino, que nunca ahorra palabras de elogio al club blanco, en la agenda del cual ha estado varias veces.

Sergio Ramos, el gran ausente; Benzema, tocado

En la lucha para empezar a ganarse el billete para los cuartos de final, el PSG no podrá contar con Sergio Ramos, ilustre ex madridista inmerso en un auténtico calvario de lesiones. En el equipo español, Ancelotti mantendrá la duda hasta última hora de Karim Benzema, que ha viajado a París sin estar al 100%. Quien no negociará su presencia es Messi, que debutó en el Parque de los Príncipes en septiembre, llega a febrero con casi todo el repertorio por reestrenar y tiene deudas pendientes con la Champions por resolver. A pesar de las catástrofes acumuladas en Roma, Anfield y Lisboa, él se imaginaba volviéndola a disputar con el Barça, el club de su vida, pero no por este motivo desaprovechará el contexto ganador que le brindan en París para superar traumas del pasado. El primer paso hacia la gloria, este martes contra el viejo y temido Madrid, contra el que ha jugado 45 veces, ha marcado 26 goles y ha repartido 14 asistencias. A esta hora, Casemiro ya piensa la manera de poder parar a Messi, que espera volver a sonreír en Europa.