Fútbol catalán

El club de fútbol más catalán de Cataluña

Olot es un club que basa su política en un fútbol de proximidad y sostenible

OlotEn un fútbol actual en el que todo se compra con dinero, en la Garrotxa subsiste un club singular con una política muy marcada dentro y fuera del terreno de juego, basada en la sostenibilidad y la proximidad. "Es un proyecto que hace que crees un sentimiento y un orgullo propio de pertenecer a esta familia, que se transforma en vínculo, unión y rendimiento". Así describe Pedro del Campo, primer capitán, lo que significa Olot, un equipo que se caracteriza por tener sólo jugadores de los Països Catalans. "Esto genera un sentimiento de pertenencia mucho más elevado. Enseguida los nuevos fichajes entran en dinámica, conocen al club, su posicionamiento, y formamos una familia. Este punto de unión se transforma en buena sintonía en el campo y en resultados", asegura el jugador.

Aunque no está establecido en los estatutos (el Athletic Club tampoco lo tiene marcado), desde el Olot tienen muy clara la filosofía que deben seguir. "Debemos respetar nuestra identidad y nunca hacer cosas para inflar el club artificialmente y hacer entrar capitales que provengan de países con una legislación social mucho más laxa que la nuestra", remarca el presidente, Joan Agustí. Esto hace que el mercado sea más restringido que los de los competidores, pero no limitado, tal y como explica el director deportivo, Lluís Micaló. "A Segunda RFEF tienes que ir al rebote del Terrassa, del Sant Andreu, de los filiales… Ya no sólo por el tema económico, sino también por el desplazamiento. Lo normal es que una persona de Barcelona prefiera buscar un proyecto cerca de casa que a más de una hora en coche".

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Una política de club que va mucho más allá de lo deportivo. "Olot es la alternativa al fútbol lineal que se ha visto hasta ahora. La gente ve el deporte como un sistema de competición con marcadores, jugadores, traspasos y una fuerza económica cada vez más potente. Nosotros intentamos que sea un proyecto de valor social", relata el presidente. Los socios tienen un elevado porcentaje en los ingresos y, además, todos los patrocinadores son de Olot o de proximidad. "Tú estás haciendo un club sostenible en el tiempo, que seguramente si haces las cosas bien te perdurará. En cambio, el capital extranjero no suele estar involucrado, ni se siente suyo el proyecto", comenta el director deportivo. "Para nosotros es un honor, lo que hacemos, aunque ni las propias entidades a las que apoyamos se dan cuenta del esfuerzo que esto representa", confiesa Joan Agustí.

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La reivindicación del Olot

Fuera de los terrenos de juego luchan también contra las injusticias presentes en el fútbol español. Una de ellas es la composición de la Tercera RFEF: 18 grupos que condenan a los jugadores catalanes a tener una tercera parte de posibilidades de jugar en la categoría que les correspondería por nivel. "La mayor diferencia se da entre La Rioja, 8.000 licencias y una plaza de ascenso al fútbol semiprofesional, y Catalunya, 220.000 y también una única plaza –describe Joan Agustí–. Hay 150.000 licencias catalanas que se autocondenan a jugar en una categoría inferior a la que les tocaría salir al exterior", añade el máximo dirigente del Olot, que ha logrado convencer a los equipos catalanes de fútbol no profesional para que ellos sean los representantes en la asamblea de la Federación Española.

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Allí lucharán por pedir más presencia de los clubs catalanes, que actualmente son once de un total de 135. "Es un tema de entrar en la habitación del niño o la niña que tiene ilusión por ser futbolista y que tiene sólo una tercera parte de posibilidades de conseguirlo respecto a las que le corresponderían", denuncia el presidente. "Si no luchamos, somos cómplices de engañar a los niños y niñas catalanes", completa.

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Un fútbol social

Olot también colabora con diversas entidades para realizar actos sociales durante la temporada. "Nuestros jugadores, cuando acaba la competición, se dedican a llenar nuestro calendario social", explica un Joan Agustí que repasa algunos de los actos que realizan. Por ejemplo, jugar contra los interinos del Centro Penitenciario Puig de les Basses (Figueres), visitar una residencia de ancianos o jugar el partido solidario de Cáritas. "Vamos a las escuelas y promocionamos los valores del deporte. Nuestra ropa no la vende el Olot, sino que renunciamos a venderla y nosotros la compramos. Damos la actividad y el margen a la organización que aquí en la Garrotxa se ocupa de las personas discapacitadas", añade el presidente de un club que tiene equipos de fútbol inclusivo, social, femenino.

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Acciones sociales de la UE Olot 2024-25

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El futuro en el fútbol semiprofesional

El club es humilde, pero tiene hambre de logros. "El año pasado nos consolidamos en Segunda RFEF y ahora queremos ser ambiciosos, queremos devolver todo lo que nos ha dado el Olot", confiesa Del Campo. El presidente, en cambio, prefiere la cautela. "Debemos ser realistas y luchar primero para que estemos salvados matemáticamente. A partir de ahí, nos gustaría acercarnos a otras posiciones que nos permitieran mejorar los ingresos y tener más visibilidad". Sin embargo, "la suerte no es nuestra compañera de viaje", concluye Agustí.

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