"El fútbol me ayudó a salir del armario"

BarcelonaCuando tenía 17 años, Elena Ribera se sentó con sus padres y les explicó que le gustaban las chicas. Era el paso final del proceso de salir del armario, que había empezado un año antes, cuando ella fue consciente de su orientación sexual y la comunicó a sus amistades más cercanas. "Entonces ya jugaba en un equipo de fútbol, el Can Baró, y el ambiente del vestuario me ayudó. Allí, por el hecho de ser chicas que jugábamos al fútbol y muchas de nosotras éramos homosexuales, había más tendencia a tener la mente abierta. Sí, el fútbol me ayudó a salir del armario", explica al ARA la actual futbolista del CF Sant Just.

En un vestuario de fútbol, Elena, que ahora tiene 25 años, no solamente encontró un espacio seguro, sino también amigas que la introdujeron en el mundo de los locales de ambiente, donde pudo vivir su sexualidad con mayor libertad. "Mi primera novia fue una compañera de equipo –dice–. El ecosistema del fútbol me hizo sentir cómoda a la hora de salir del armario. La homosexualidad allí era algo habitual y se veía como normal. Otras compañeras se han dado cuenta de su orientación sexual mientras estaban en un equipo", añade.

Pero ser una chica que juega al fútbol también le ha acarreado problemas. El peor lo vivió cuando iba al instituto y un compañero de clase intentó hacerle la vida imposible por el simple hecho de ser una chica que juega al fútbol. "En el patio yo era una de las tres chicas que jugaban al fútbol. El resto no lo vieron como un problema, pero un chico de mi clase, sí. Le molestaba que yo fuera buena jugando y él no", expone.

Decenas de futbolistas mujeres han salido del armario

El caso de Elena es un ejemplo de una chica futbolista amateur que no tiene ningún reparo en hacer pública su homosexualidad, como también se encuentran decenas de otros casos en el fútbol profesional. Por ejemplo, el de la jugadora del Barça Mapi León, que en 2018 fue la pregonera del Orgullo LGTBI en Madrid. O el de otra futbolista azulgrana, Irene Paredes, que a menudo comparte fotografías en sus redes sociales con su pareja. También ellas han sufrido discriminaciones por su condición sexual. "En la selección española hubo una época en la que, incluso, el entrenador quería erradicar el lesbianismo. Era Ignacio Quereda [el seleccionador anterior a Jorge Vilda]. Yo tenía 17 años, era una niña y me hacía sentir que estaba haciendo algo que no tenía que hacer", explicó Vicky Losada, ex del Barça y actual futbolista del Roma, en una entrevista en la revista Cosmopolitan. Otras futbolistas mediáticas que han mostrado sin problemas su condición sexual son Megan Rapinoe, Pernille Harder y Sam Kerr.

¿Por qué no ocurre lo mismo entre los futbolistas hombres?

"El mayor estigma para un hombre es ser maricón y para una mujer es ser puta. Es un parámetro patriarcal", asegura en este diario Eugeni Rodríguez, presidente del Observatori contra l'Homofòbia. "El deporte es un mundo masculinizado y, si es competitivo, aún más. El fútbol es el máximo exponente de esto. El primer bullying que recibe un hombre LGTBI habitualmente se produce en el patio de la escuela por no querer jugar al fútbol. Desde pequeños, se asocia jugar al fútbol igual a hombre y no hacerlo igual a maricón", sigue respondiendo Rodríguez a la pregunta de por qué hay muchas más mujeres que hombres que han dado el paso de salir del armario en el mundo del fútbol: "En el ámbito de las mujeres, ser lesbiana no ha sido un estigma, se ha vivido de una forma mejor que ser gay en el de los hombres", añade. Al Observatori contra l'Homofòbia llegan "casos escalofriantes de homofobia en el fútbol masculino juvenil de nuestro territorio y nunca pasa nada porque la Federación Catalana de Fútbol (FCF) y los clubs miran hacia otro lado".

La lista de hombres futbolistas profesionales que han salido del armario acaba deprisa. En toda la historia de la Primera División española masculina de fútbol únicamente existe un jugador que públicamente ha dicho que es homosexual. Y cuando lo hizo en febrero del 2023 estaba cedido al Sparta de Praga. Es el internacional checo Jakub Jankto, que perteneció al Getafe. "Fue un momento muy importante para todos los futbolistas y muchos me escribieron para darme las gracias", explicó Jankto posteriormente en la BBC. "Recuerdo que con 18 o 19 años estaba en el vestuario y no quería abrir el WhatsApp porque temía que algún compañero viera los mensajes o alguna foto de un hombre".