El catalán y el banquillo del Girona: quince ejemplos y una excepción
De los últimos 16 entrenadores en la LFP, tan sólo uno no entendía el idioma oficial de Cataluña
GIRONACon sólo tres puntos en cuatro jornadas, si el Girona quiere seguir soñando en clasificarse para la siguiente eliminatoria de la Champions League, está obligado a ganar en la visita al Sturm Graz de este miércoles (18.45 horas, Movistar+) . Jugará reforzado tras la goleada en el Espanyol. Y lo hará en catalán, un rasgo distintivo en Montilivi desde hace años y cerraduras.
Ya se ha normalizado del todo que las ruedas de prensa de su entrenador, Míchel Sánchez, nacido en Vallecas, estén en el idioma de Catalunya. Míchel, cuando fichó por el Girona en el 2021, tuvo el propósito de dominar la lengua. Lo consideraba clave para integrarse lo mejor posible. “Por cómo me han educado mis padres, tenía claro que quería aprender catalán. Es importante conocer la cultura y las tradiciones del lugar en el que vives. Soy mejor persona ahora que antes, sin duda. No veo lo que puede tener de malo. Quizá sea difícil expresar mis sensaciones, porque no lo controlo del todo; pero prefiero cagarla que no hacerlo”, ha dicho en alguna ocasión. El estadio le demuestra su cariño cantándole 'Míchel catalán'.
Míchel, que se movía por la ciudad con el Google Translate en la mano, pidió a los trabajadores, especialmente al jefe de comunicación, David Torras, ya los periodistas, que en todo momento le hablaran en catalán. Ahora le defiende en Girona y en los desplazamientos, incluidos los de la Liga de Campeones. Habló en catalán en París, Eindhoven y ahora en Klagenfurt. También lo hará en Milán.
La excepción lingüística
Que el entrenador del Girona entienda al catalán es habitual. Lo era cuando el club se movía por la Segunda B y la Tercera División, con personas criadas en Santa Coloma de Farners (Domènec Torrent), Esparraguera (Pep Moratalla), Monistrol de Montserrat (Joan Carrillo), Barcelona (Josep Maria Nogués) o Besalú (Pere Gratacós). Y lo es desde el aterrizaje en la liga profesional, en el 2008, pese a la diversidad de lugares de origen de sus integrantes. En las últimas 17 temporadas, el banquillo del Girona ha estado ocupado por 16 técnicos. Catalanes, sólo ha habido cinco: Terrassa (Miquel Olmo), Girona (Narcís Julià), Vilassar de Mar (Joan Francesc Ferrer, 'Rubi') y Barcelona (Javi López y Juan Carlos Moreno).
Fuera de Cataluña ha habido 11. ¿De dónde? De Mequinenza, Zaragoza (Raúl Agné), Zaragoza (Javier Salamero), Priego de Córdoba (Cristóbal Parralo), Gijón (Josu Uribe), Oviedo (Ricardo Rodríguez), Soria (Pablo Machín), La Seca , Valladolid (Eusebio Sacristán), de Orkoien, Navarra (Juan Carlos Unzué), Palma (Pep Lluís Martí), Almería (Francisco Rodríguez) y Madrid (Míchel Sánchez). No todos le hablaban, pero aceptaban que los periodistas lo utilizaran, esforzándose por intentar entenderlo. De entre todos ellos, sólo uno priorizó el castellano. Hablamos de Josu Uribe, que estuvo en el cargo de enero en marzo del 2012. Ni le entendía, ni tuvo tiempo. De diez partidos solo ganó un par y le despidieron.
Pocas polémicas, pero sonadas
En todo este tiempo el hecho de utilizar el catalán no ha supuesto casi ningún problema. Sólo faltaría. Pero sí se recuerda algún capítulo sonado, como en un desplazamiento a Huesca de febrero del 2011. En la rueda de prensa posterior, el entonces entrenador, Raül Agné, estaba contestando en catalán a un periodista desplazado desde Girona cuando los periodistas locales interrumpieron, pidiendo que contestara en castellano para todos. “Contesto una en catalán y entonces a ustedes en castellano, ningún problema”, respondió educadamente. Hasta que le calentaron, porque no cedían. “Si fuera inglés, ¿podría hablar en inglés?”, les cuestionó. "No lo entiendo, no lo entiendo". Por último, cuando le intentaban hacer ver que lo dejara estar, se levantó de la silla verbalizando que “no es igual, no es igual. No hay rueda de prensa”. Y Agné se marchó de la sala.
Bajo el reinado de Míchel, las polémicas también han sido escasas. Aunque es cierto que el técnico ha recibido alguna crítica por hablar en catalán. “No lo veo como algo excepcional, aprender el idioma debería ser natural. Me da igual que me critiquen, me gusta lo que hago. A quien lo critica, yo le llamo incultura y encerrados de mente”. Si el Girona gana en Austria, el madrileño todavía tendrá opciones de seguir presumiendo de catalán por Europa.