La Ciudad Deportiva del Girona se impone a las denuncias por irregularidades

GeronaGrúas y camiones desfilan ya por Vilablareix, donde el Girona ha comenzado, tras un largo tiempo de espera, la construcción de la primera fase de su futura Ciudad Deportiva. La semana pasada, el Ayuntamiento dio el visto bueno a las obras. La decisión llegó un año más tarde del anuncio del club gerundense, que espera trasladar a él su primer equipo en verano, en una temporada llena de cambios. No sólo dejará La Vinya, el centro de entrenamiento actual, ubicado en el PGA de Caldes de Malavella, sino que transformará a Montilivi para cumplir las exigencias de la UEFA, que no permite ocupar las gradas retráctiles en sus competiciones. "Es un paso estratégico para el crecimiento de nuestra entidad, en un lugar privilegiado, en el que todos nuestros equipos y jugadores dispondrán de las mejores condiciones para el desarrollo de su talento", explica orgulloso el presidente, Delfí Geli. La dirección del proyecto ha sido confiada a la arquitecta Olga Felip, del reconocido despacho gerundense Arquitecturia, con la colaboración del también gerundense NEXXO Project Management.

Pero el proceso no está siendo fácil. A los retrasos acumulados por el papeleo hay que añadir la oposición de la Asociación de Naturalistas de Girona y de otros colectivos, como Salvem Vilablareix Rural y Unió de Pagesos, que no se han quedado de brazos cruzados y continúan en la carga, denunciando irregularidades. De hecho, la última acción ha sido presentar un recurso de alzada ante la consellera de Territori, al considerar que "el proyecto no cumple con la normativa".

La primera fase de las obras en el Pla de la Massana incluye la construcción de dos campos de fútbol de césped híbrido para los entrenamientos del primer equipo, a los que hay que sumar los equipamientos correspondientes, como vestuarios, gimnasio y despachos. El proyecto es que la Ciudad Deportiva tenga siete campos de fútbol, ​​uno con gradas, para todos los equipos de la cantera, incluidos el femenino y el Genuine. También habrá la nueva sede institucional del club, en una masía del siglo XVI que será restaurada. Todo ello significará una inversión aproximada de 25 millones de euros (el precio de los terrenos, no revelado, va aparte), de los que un 70% provienen del Plan Impulso, el fondo CVC de la Liga. El Girona se gastará otros 20 millones en Montilivi, en la obra nueva en el gol norte y en preferente que tendrá lugar durante el verano. En total, el club gerundense se gastará cerca de 45 millones de euros para mejorar su patrimonio.

Retrasos, protestas y la sequía

"Hemos pedido a la consejera Ester Capella que anule la aprobación definitiva del proyecto del Girona en Vilablareix por defectos de forma, vulneración del derecho de participación ciudadana en cuestiones urbanísticas e incumplimiento de la Ley de espacios agrarios", asegura Raúl Domínguez , técnico de defensa del territorio de la ANG, en un escrito enviado a los medios de comunicación, cuarenta y ocho horas después del inicio de unas obras que están generando más quebraderos de cabeza de los previstos en el club. De hecho, los hombres de Míchel deberían estar ya, en Vilablareix, porque la intención inicial era hacer entrar la maquinaria en septiembre para tenerlo todo listo en enero. Pero no pudo ser.

En el Girona no están preocupados por las continuas quejas y protestas (el tema también está en manos del Síndic de Greuges), porque defienden que no han hecho nada mal hecho y que todo ha seguido los pasos correctos. La ANG lo ve diferente y denuncian "la fragmentación del proyecto", "las deficiencias en el análisis de alternativas" ("le invalidan directamente; el Plan de la Massana está protegido por su alto valor agrícola y se vulnera la normativa" municipal y la ley de espacios agrarios", mantienen) y "la necesidad de aplicación de la moratoria por sequía".

La ANG recuerda que el pasado 28 de febrero se aprobó el Decreto Ley 1/2023, por el que se establecen medidas extraordinarias y urgentes para hacer frente a la situación de sequía excepcional y que prevé una moratoria a todos los proyectos nuevos que puedan verse afectados por las restricciones. "El proyecto del Girona plantea el consumo de 200.000 litros diarios para hacer funcionar las instalaciones que quiere construir. Sólo para el riego de ambos campos, calculan que necesitarán 100.000 litros al día. Este desperdicio de recursos es intolerable", expresan, añadiendo que siguen estudiando el caso con abogados para determinar si presentan un recurso contencioso administrativo para proteger el poco suelo agrícola que queda en el Pla de Girona y hacer cumplir la normativa urbanística. Sea como fuere, las obras de la Ciudad Deportiva del Girona son ya una realidad.