El Girona teme pagar la novatada de la Champions

Gerona"Los partidos de Champions acaban el mismo día. No los analizaré en profundidad. Lo que nos ocupa es la Liga, este es el foco. Europa es para disfrutar". Son palabras de Míchel Sánchez, que aparcó rápidamente la derrota en París, la más feliz de la historia del Girona, pero no la de Mestalla. Allí, de hecho, emitió su preocupación. Contrariamente a lo que se pueda pensar, las quejas no señalan el estresante calendario de los rojiblancos, sino la falta de fútbol que les ha llevado a acumular tres derrotas consecutivas sumando la del derbi contra el Barça. "En cuanto a puntos, es una mala semana. Y, en cuanto al juego, estoy preocupado. Nuestro ritmo es lento. En Valencia tuvimos el 70% de la posesión, pero no generamos suficiente peligro. La circulación de pelota no duele a los rivales y eso me tiene intranquilo. No superamos las presiones, no somos capaces de cambiar de lado con velocidad para generar superioridades. . Estamos lejos de nuestra idea, actualmente", confesaba en caliente.

Pero lo cierto es que el técnico madrileño está haciendo manos y mangas para equilibrar las cargas de sus hombres, que encadenarán tres semanas jugando cada tres o cuatro días. "Intentamos controlarlo, especialmente el aspecto anímico y el físico, aunque debemos hacerlo sobre la marcha. Tenemos herramientas e información para saber cómo se siente cada uno, y estamos muy atentos a cómo se encuentra todo el mundo, pero tengo que 'evitar riesgos para no perder a nadie. Nos condiciona, pero creo que tenemos plantilla suficiente para escoger bien', admite Míchel. Entre Barça y PSG, hizo cinco cambios en la alineación; entre el PSG y el Valencia, ocho. ¿El resultado? Los automatismos cuestan de ver, y las conexiones son nulas.

En la misma línea se mueve Cristhian Stuani, que en París cumplió un sueño con el club de su vida. "Es la nueva realidad, sí. Sabíamos que tarde o temprano llegaría. Hace dos domingos el Barça, el pasado miércoles en París, el sábado hacia Mestalla... Lo tenemos que gestionar bien, pero estamos preparados. No es fácil, pero nos estamos dejando todo lo que tenemos. Por eso saco pecho de ese vestuario, porque es increíble", opina el uruguayo, que también se pronuncia respecto a la posible huelga de futbolistas, un tema abierto a debate estos días. "Es muy importante que podamos recuperarnos, para nosotros y por el juego. Nos gustaría notar que esto se tiene en cuenta y que estamos protegidos. Hay que cuidar el fútbol". Míchel, claro, le da la razón. "El calendario está saturado. Para mí, el espectáculo siempre está por encima del dinero. Porque el fútbol es para la gente y hay que pensar en ellos".

Un inamovible y las lesiones

La cadena de partidos infinitos ha provocado que todos los jugadores de campo del Girona hayan tenido ya minutos. El último, Juanpe, protagonista en negativo en Valencia en las desafortunadas acciones de ambos goles. Los equilibrios de minutos colocan a Bryan Gil como el único futbolista de campo que ha participado en los siete partidos (seis de Liga y uno de Champions). El otro es Paulo Gazzaniga bajo palos.

La mayoría se mueve entre las seis participaciones (Miguel, David López, Blind, Romeo, Iván Martín, Solís, Portu y Abel Ruiz) y las cinco (Arnau, Francés, Yangel Herrera, Asprilla, Tsygankov y Stuani). Aunque haya un once tipos más o menos definido, las variables están impidiendo que tome regularidad, con lo que el proceso colectivo se ralentiza. Y después, obviamente, las inoportunas lesiones: la última, la de Portu, ausente en Valencia pero ya recuperado.

Para evitar males mayores, ganar es infalible. Es lo que intentarán en la visita del Rayo Vallecano al estadio de este miércoles (19 horas, Movistar), en el que un nuevo resultado adverso podría generar una inquietud aún mayor. Porque todo el mundo sabe que jugar la Champions es un acontecimiento histórico y un hito precioso pero, si no se controla, puede tener consecuencias desastrosas. El Girona no sería el primer club que paga la novatada. "Necesitamos los tres puntos para volver a sentir que hacemos las cosas bien. Tenemos que coger algo de seguridad y estabilidad, alejarnos de los altibajos en los que nos movemos actualmente. Tenemos un problema grave: no podemos hacer rutina de eso. La gente espera al Girona del año pasado, pero ya no lo somos. Nos hemos acostumbrado a que ganar en Primera División es fácil, y no lo es. finaliza Míchel.