PRIMERA DIVISIÓN

El Girona descarta un exilio traumático por jugar la Champions

El club lo ha confirmado a través de un comunicado, aunque esto suponga renunciar a parte del aforo porque no se pueden utilizar las gradas supletorias

GIRONAEl Girona tiene un problema, y ​​gordo. Porque la brillante clasificación para la Champions ha dejado al descubierto las carencias de Montilivi, que no está preparado para afrontar la competición europea. La UEFA no permite ocupar las gradas retráctiles y, aunque la intención del club era hacer entrar las grúas en el estadio a partir del 27 de mayo, desmontar las de gol norte y preferente y construir de obra nueva con una inversión de 20 millones, meditaba echarse atrás y se planteaba el exilio: compartir estadio con el Barça en Montjuïc o irse al RCDE Stadium eran las alternativas. La gran virtud de la propiedad del Girona era haber conseguido que en la ciudad sólo se hablara de fútbol, ​​después de décadas discutiendo de deudas e impagos. Pero cuando se ha logrado la excelencia deportiva, se ha hablado de todo menos del balón. El entorno estaba que trinaba, hasta que este viernes el club, a través de un comunicado, confirmó que no hará falta marcharse de Girona para ver partidos de la máxima competición europea.

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Casualidades de la vida, este viernes el equipo de Míchel visita el Alavés (21 horas, DAZN), cuyos aficionados protestarán antes porque se niegan al hecho de construir un nuevo estadio y dejar Mendizorrotza. "Defenderemos la casa de nuestros antepasados", aseguran. Valores y principios promovidos por las personas que pagan el carné. Los mismos que defienden a los socios del Girona, que se niegan a abrazar nuevas tendencias que alejan el fútbol de sus gentes. "El Girona, en Girona", dice el hashtag que utilizan en X, donde expresan todo el malestar.

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"La solución no creo que sea jugar a cien kilómetros, a las 21 horas, en un estadio frío y apartado del aficionado. El exilio conlleva la pérdida del empoderamiento del aficionado y una sensación de carencia de empatía ", resalta la Federación de Peñas del Girona. "Lo paramos hace seis años y lo volveremos a hacer, es la única opción", pian miembros de Jovent Gironí, recordando que quienes mandan en Girona ya querían dejarlos sin el derbi catalán del 2019 y llevarlo a Miami . Imaginarse el 4-2 del otro día en Estados Unidos y no en Montilivi dan ganas de romper el abono.

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¿Pero por qué razón no se hacen las mejoras que el estadio necesita para que todos sus abonados puedan ver la Champions en directo? "Nos gustaría jugar en Montilivi, claro, pero la UEFA pide requisitos muy importantes que conllevan una inversión igual de importante. Y tenemos un proyecto de estadio nuevo. Quizás no tiene sentido hacer unas cosas que no servirán ni para cuatro días" , razona el presidente Delfí Geli, después de que fuera Pere Guardiola quien abriera la caja de los truenos insinuando de marcharse de la ciudad: "Haremos todo lo posible para jugar en el estadio, pero la UEFA no nos deja utilizar las gradas supletorias. L otra opción es buscar un estadio superior e implica irnos a Barcelona".

En ningún momento nadie habla de los resultados de los estudios realizados en referencia a las gradas de obra nueva, que por la singularidad del estadio requieren más tiempo de lo habitual, lo que podría imposibilitar que entraran dentro de los plazos previstos. Pero la respuesta es un misterio. Sí se sabe que el discurso ha cambiado, porque no hace mucho el propio presidente afirmaba, sin discusión ni ambigüedades, que en Montilivi "se podría jugar en las condiciones actuales".

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Sin gradas retráctiles, el aforo de Montilivi pasaría de los 14.600 espectadores a unos 9.000. A éstos deben restarse las entradas para compromisos, sean de la UEFA, patrocinadores o entradas, y para el sector visitante. Esto haría que tan sólo unos 7.000 abonados entraran en el estadio (hay 9.700 y 16.000 socios). El club tampoco está preparado, por ahora, para acoger a los medios de comunicación, ni dispone de salas de trabajo suficientes ni cumple con las localidades VIP que la competición estipula. Argumentos que también quieren justificar el traslado, como si la normativa hubiera cambiado de un día para otro. De hecho, la previsión, en vez de adecuar el estadio, ha sido realizar una ronda de consultas para averiguar quién cumple los requisitos y dónde ir, en caso de necesitarlo. Los mandatarios rojiblancos han hecho las gestiones oportunas y, de momento, han tanteado a Montjuïc con conversaciones con el Ayuntamiento de Barcelona y el Barça, y el RCDE Stadium (piden un alquiler muy caro). El club concreta que son consultas y no la activación de ningún plan B.

Diferencias con la cúpula deportiva

Incluso el alcalde de la ciudad, Lluc Salellas, ha dicho la suya: "Los gerundenses queremos que la Champions se juegue en Girona. Nos refuerza el sentimiento de comunidad, identidad y orgullo. Nosotros hemos trabajado con el club, pero ahora son ellos quienes deben decidir". Pero lo que más repentina es ver cómo los líderes del proyecto deportivo, el entrenador Míchel Sánchez y el director deportivo Quique Cárcel, no se alinean con quienes mandan y proclaman que ellos quieren vivir el sueño junto a la gente con quien han materializado y no en un sitio sentimentalmente apagado.

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"La Champions debe jugarse en Montilivi. Es una lástima que quizá haya gente que no podrá entrar, pero necesitamos jugar y escuchar el himno de la Champions en nuestra casa. Si la queremos luchar, competir y disfrutar, el sitio es Montilivi", valora Míchel. "No es una situación fácil para el club, pero he dicho a los propietarios que el mejor escenario es Montilivi. Si queremos hacer una buena Champions, debemos jugar en Montilivi", refuerza Cárcel. De hecho, si el Girona hubiera vivido ese momento tan especial lejos de Montilivi, parte de la magia se hubiera perdido por el camino.