El Girona vuelve a tropezar y entrega en bandeja de plata el segundo puesto al Barça

GIRONAEn Montilivi han pasado muchas cosas en este curso histórico. Algunas de estelares, como la clasificación para la Champions después de marcar tres goles en nueve minutos en el Barça. Otras cardíacas, como la victoria en el tiempo de descuento ante el Atlético de Madrid. Casi todo, de hecho, ha sido positivo, porque en el estadio pocos rivales han conseguido rascar las migajas: el Madrid (la única derrota, hasta ayer, databa de septiembre), el Athletic y la Real Sociedad (dos empates). El resto, una fiesta continua, con remontadas, goleadas, un juego precioso y un estado de placer permanente. Pero lo que aún no se había visto era empezar un día y acabar otro; algo que se vivió ante el Villarreal, un duelo fijado para el martes que duró hasta el miércoles. Los visitantes asaltaron el fortín rojiblanco (0-1) y el Girona, que pincha por segunda vez consecutivo, entrega en bandeja de plata el segundo puesto al Barça, que tiene un punto más y un partido menos.

Dice la Liga que hace lo que puede para fomentar la asistencia de público a los estadios. Que estimula la presencia de las familias a unirse a su comunidad, en directo, ofreciéndole el mejor producto del mundo. En definitiva, que piensa en las personas. Supongamos que las brillantes mentes que dirigen el campeonato se tomaron el día libre para fijar el Girona-Vila-real un día laborable entre semana a las 22 horas. Menos mal que las propuestas de ambos equipos invitan a levantarse del asiento y no a bostezar, que eso ya lo harán los que acudieron al campo mañana a sus respectivos puestos de trabajo.

Tsygankov fue la cara amable de un Girona decidido a agotar todas las opciones de acabar segundo, pese al tropiezo contra el Alavés. El ucraniano fue el primer faro que iluminó el ataque de los de Míchel, que tan sólo estuvieron algo amodorrados en los primeros minutos, en los que Sorloth, Guedes y Traoré pudieron adelantar a los amarillos. Mención especial para Baena, uno de los héroes del ascenso a Tenerife en el 2022 y ovacionado por la afición. Y también para Savinho, que apareció menos que Tsygankov porque el Villarreal quiso encerrarle en una jaula. El brasileño, un alma libre, cada vez que salió adelante recordó que vale la pena pagar una entrada por él aunque sea tan tarde.

Cuando más reducido tenía el Girona el Villarreal y parecía que el 1-0 caería por inercia, tal y como ha ocurrido tantas veces, Traoré se encontró un balón suelto en el área, fruto de la falta de contundencia de una defensa enganchada a contrapié, para hacer el 0-1 con un disparo colocado. Tocaba levantarse. Tuvo el empate Tsygankov con un cacao en el larguero. Montilivi empujaba, más cuando los gerundenses tuvieron una triple oportunidad que nadie sabe cómo no acabó dentro. Es parte del encanto de un Girona que lo intentó aunque no se rendirá hasta que la Liga llegue al final, dentro de dos jornadas.