Carreras de montaña

Jasmin Paris, la primera mujer que termina la carrera más infernal del planeta

La atleta británica superó alucinaciones, deshidratación extrema y carencia de oxígeno para completar la Barkley Marathon

Barcelona"Estaba a punto de desmayarme. Estaba desesperada. Sentí que estaba a punto de pasar la línea de llegada o que caería justo delante de ella. Solo oía un túnel de ruidos a ambos lados. Todo era un poco borroso". El relato de Jasmin Paris es estremecedor. El atleta se convirtió hace pocos días en la primera mujer que termina Barkley Marathon, la considerada carrera más infernal del planeta. Desde 1989, más de mil ultramaratonianos han intentado completar el exigente recorrido que atraviesa el parque estatal Frozen Head de Tennessee, pero sólo veinte han tenido éxito. Y hasta París, ninguna era una mujer.

La carrera tan sólo da 60 horas de margen para completar un recorrido de 160 kilómetros (100 millas) que incluye unos 16.500 metros de desnivel, el equivalente a escalar dos veces el Everest. Paris, una veterinaria e investigadora científica de la Universidad de Edimburgo, atravesó la línea de meta después de 59 horas, 58 minutos y 21 segundos. Tan sólo le sobraron 99 segundos. "El problema no es que sean tantos kilómetros, sino el terreno", explica en un reportaje en Guardian.

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Los deportistas que quieren completar el recorrido en el tiempo exigido no tienen tiempo para dormir. Paris dio una gacha de tres minutos antes del último de los cinco bucles. La falta de descanso le provocó alucinaciones. "Veía sombras negras y confundía árboles o matorrales con animales", dice.

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La británica, que es madre de dos hijos, había intentado superar a Barkley Marathon dos veces, pero no lo había conseguido. "Pensaba que no lo conseguiría, pero mi mente no paraba de decirme: 'Si no lo haces, tendrás que volver a repetirlo'. Y eso me empujó a sacar fuerzas. Estaba tan desesperada que no me detuve. Es lo más duro que he hecho nunca, me faltaba el oxígeno", confiesa. Cuando terminó la carrera, estaba deshidratada y tenía las piernas y los brazos llenos de arañazos.

Durante el recorrido, Paris se alimentó de pasta, papillas, arroz con leche y plátanos. "Los plátanos son lo único que realmente me funciona cuando hago estas carreras largas y descabelladas. También intenté mantener una mezcla de salado y dulce, incluyendo bocadillos de queso y escabeche, pizza, tortilla o barritas de chocolate. Tienes que comer lo que puedas", alerta. El éxito de París fue la culminación de meses de entrenamiento cada mañana de 5 a 7.45 h, antes de que sus dos hijos se levantaran y ella empezara a trabajar.

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Un ideólogo excéntrico

La dureza extrema no es la única peculiaridad de la Barkley Marathon, una prueba que se organiza casi de forma clandestina. El recorrido definitivo se anuncia tan sólo unas horas antes del inicio y para participar los atletas deben llevar una matrícula de coche de su país, pagar poco más de un dólar y llevar los objetos que Gary Cantrell, su ideólogo conocido como Lazarus Lake, pida para cada edición. Desde un par de calcetines hasta un paquete de tabaco. Nadie sabe cuándo se celebra y para inscribirte primero tienes que investigar cómo contactar con ese misterioso señor estadounidense, que no tiene teléfono móvil. La carrera está inspirada en la fuga de James Earl Ray, el asesino de Martin Luther King, de la cárcel de alta seguridad Brushy Mountain.

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La Barkley Marathon no es la primera heroicidad de París, porque hace cinco años ganó la Montane Spine Race, una prueba de 431 kilómetros que es considerada una de las carreras de resistencia más duras de Europa. Cuando llegaba a un punto de control, la británica aprovechaba para extraerse leche materna para su hija de 14 meses.