La gran obsesión norteamericana en las pistas de atletismo
Después de años de dominio jamaicano, Estados Unidos quiere mandar a los 100 metros masculinos y femeninos
Enviado especial a ParísEl centro de atención de los Juegos se traslada de la piscina de La Défense al estadio de Saint-Denis. De la natación al atletismo. Este sábado llega la final de los 100 metros femeninos y el domingo, la prueba masculina. Para la delegación de Estados Unidos, ver a uno de los suyos ganando esta prueba se ha convertido en una especie de obsesión, después de años de dominio jamaicano. Hace tres años, en Tokio, cuando ya sin Usain Bolt parecía que un estadounidense ganaría de nuevo, sucedió lo impensable: se impuso el italiano Marcell Jacobs, que llega sin hacer mucho ruido a París para ver si defiende su corona.
Este fin de semana, atletas como Noah Lyles, Sha'Carri Richardson, Kenny Bednarek, Gabby Thomas o Fred Kerley deben demostrar que los atletas de velocidad estadounidense han vuelto con fuerza. En los dos últimos Mundiales, en 2022 y 2023, han dominado. Así que son más favoritos que nunca. "Si ha mirado los últimos dos campeonatos del mundo después de Tokio, Estados Unidos ha tenido un fuerte dominio –explicaba Noah Lyles en rueda de prensa–. Hemos ganado. Hemos ganado medallas de oro. Es lo que se supone que debemos hacer: somos Estados Unidos", añadía desafiante. Les toca olvidar el pasado reciente, que duele.
Tras los Juegos de Tokio, el propio Carl Lewis habló sobre la situación del atletismo de velocidad de Estados Unidos y afirmó "Es inaceptable, nos han hecho sentir vergüenza". Desde que en 1912 un grupo de estadounidenses tomó un relevo por primera vez, sólo habían pasado dos cosas: o ganaban la medalla de oro o eran descalificados porque les caía el relevo. O gloria o descalificación. Pero en el 2021 terminaron sextos en una semifinal, por detrás de chinos, italianos, ghaneses, canadienses y alemanes. Campeones del relevo 4x100 en los Juegos Olímpicos en 15 ocasiones, los estadounidenses no ganan esta prueba desde el año 2000.
En las pruebas individuales, lo mismo. Usain Bolt, el mejor velocista de todos los tiempos, trasladó el eje de la velocidad de Estados Unidos al Caribe ganando el oro en 2008, 2012 y 2016 en los 100 metros. Los atletas estadounidenses habían ganado la prueba reina 16 veces antes de la llegada de Bolt, pero ni sin el jamaicano han recuperado el trono, ya que el italiano Marcell Jacobs fue el más rápido. A los 200 metros, lo mismo. Si los estadounidenses habían ganado 17 medallas de oro de 1896 a 2004, tras los tres oros de Bolt en 2008, 2012 y 2016, vieron cómo el canadiense Andre De Grasse los dejaba con un palmo de narices en el 2021. Y con los relevos, peor aún. Cuatro juegos olímpicos consecutivos sin ganar medallas de oro en velocidad. En categoría femenina el escenario es similar. En los 200 metros, por ejemplo, de 1996 a 2021 sólo una mujer estadounidense ha ganado la prueba, Allyson Felix en 2012. A los 100 metros, no ganan la prueba desde el oro de Gail Devers en 1996. La única prueba en el que los estadounidenses resistieron es el relevo 4x100 femenino, prueba que ganaron en 2012 y 2016.
"Los estadounidenses se sienten favoritos pero, si los plantas cara, les pilla el pánico", comentó en el pasado Usain Bolt. Así que los estadounidenses tuvieron que ponerse las pilas. Tras la decepción general en Tokio, en la que sólo los equipos de relevos de 4x400 metros masculinos y femeninos ganaron el oro, la federación se marcó en rojo la cita de París. Debía ser la de la reconquista. En el 2022, en los Mundiales hechos precisamente en la meca del atletismo estadounidense, Eugene (Oregón), los atletas locales volaron. Kerley terminó primero en los 100 metros, Lyles en los 200 metros, Michael Norman hizo lo mismo en los 400 metros. En los 110 metros vallas, Grant Holloway logró el oro, al igual que el equipo de relevos 4x400. En categoría femenina no fue tan bien, pero reaccionaron en el 2023, cuando al fin pasaron por delante de las jamaicanas. Lo logró Sha'Carri Richardson, que busca la redención después de haber dado positivo por marihuana justo antes de los Juegos de Tokio. Ella es la gran favorita, después de haber logrado una marca de 10,65 segundos este año. "Tengo una mejor comprensión de mí misma. Tengo un respeto y una apreciación más profundos por el don que tengo para el deporte, así como mi responsabilidad con las personas que creen en mí y me apoyan", ha explicado ya en París .
El adiós de una veterana atleta olímpica
La explosión de Richardson ilusiona a los estadounidenses con un triunfo este sábado por la noche. Ante él, intentará hacer frente a la veterana jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce, dos veces campeona olímpica. Sin embargo, a los 37 años en teoría no debería poder con una chica más joven. "Esta es mi última presencia en unos Juegos. Me he preparado a fondo, vamos a luchar", decía la Pocket Rocket (pequeño cohete, en catalán), apodo por el que se la conoce. Ahora la jamaicana llega con molestias en un muslo. Sin embargo, a las series de clasificación se le ha visto bastante en forma.
En categoría masculina, la gran esperanza de Estados Unidos es Lyles, el vigente ganador del campeonato del mundo de 100 metros, que recientemente marcó 9,81 en la reunión de la Diamond League en Londres. Además, quiere ganar también los 200 y el relevo 4x100, logros que conseguía Bolt. Pero un jamaicano quiere evitarlo. En París, quien intentará defender el orgullo jamaicano será Kishane Thompson, que de hecho tiene el tiempo de 100 metros más rápido del mundo este año, después de haber logrado un 9,77 en las pruebas de Jamaica hace un mes. Su compañero de equipo Oblique Seville superó a Lyles en una carrera en mayo, con un tiempo de 9,82 segundos.
Sin embargo, Lyles quiere ser uno de los grandes nombres de los Juegos y valora participar también en el relevo 4x400, para intentar conseguir cuatro oros en unos solos Juegos, logro conseguido sólo por Jesse Owens (Berlín, 1936) y Carl Lewis (Los Angeles, 1984). El atleta de Florida, que esta temporada ha firmado un contrato millonario con Adidas y trabaja con una agencia creativa asociada a marcas como Omega o Visa, quiere que todo el mundo hable de él, en la ciudad de las luces. Quiere ser el nuevo héroe estadounidense.