Usher hace de Ken en la Super Bowl de Taylor Swift

Pocas cosas que ocurrieron el domingo en Las Vegas se quedaron en Las Vegas. Pero es justamente esa voluntad de show lo que mueve uno de los eventos más esperados del año, donde todos los famosos de ámbito musical, cinematográfico, deportivo e, incluso, empresarial, se aglutinan para celebrar un día de superestrellas repartidas entre el campo, las gradas y las redes . Este año, además, la 58 Super Bowl tenía la anomalía de que no eran dos los espectáculos que se esperaban, el partido y el concierto, sino tres. Aparte de la actuación de Usher que logró captar toda la atención con un despliegue de artificios visuales de un cuarto de hora que sonó como un deja-vuno al personaje de Ken de Barbie, ayer también se esperaba en candeletes la presencia de la pareja nacional, Taylor Swift y Travis Kelce, que salió como triunfadores deportiva y sentimental de la noche.

Si bien las cámaras de la CBS tienen fácil apuntar a uno de los objetivos que generan más rédito comercial en la NFL, Taylor Swift, cuyas 165 cámaras desplegadas en el estadio no daban abasto para cubrir la sobrepoblación de famosos repartidos por los asientos de las zonas vip. Leonardo DiCaprio, Lady Gaga acompañada de su pareja Michael Polansky, Paul McCartney, LeBron James y Musk, rodeado de hombres que parecían recién salidos de las oficinas de Tesla o SpaceX, fueron algunos de los espectadores que asistieron a la sudada victoria de los Kansas City Chiefs.

Pero, inevitablemente, Taylor Swift tuvo un papel destacado en la retransmisión del partido. Esto se debe a que la cantante y el tight end estrella de los Chiefs, Travis Kelce, son la pareja del momento. Aún así, la duda estaba en si Swift podría llegar o no a la Super Bowl, ya que su gira la comprometía a realizar cuatro conciertos del Eras Tour en Tokio horas antes de la final. La estrella del pop ha terminado llegando y ha sido una de las protagonistas de la noche.

Pero una de las imágenes del partido ha sido durante la celebración, donde se ha podido ver un abrazo y un beso entre la pareja. Antes de la final, había un clímax tenso entre quienes la defendían y sus detractores. Esto ha hecho que la primera vez que han enfocado a la cantante en el videomarcador las reacciones hayan sido totalmente opuestas: de los gritos de celebración a los silbidos de desaprobación.

Usher supera las (pocas) expectativas

Si la Super Bowl es uno de los eventos deportivos más grandes del mundo es en gran parte gracias al show que cada año se hace en el descanso. Cada año actúa un artista de talla mundial, y es visto para muchos como el mayor escenario que existe. Este año el escogido ha sido Usher. La elección ya fue discutida para muchos, puesto que consideraban que el cantante no era merecedor de esa oportunidad.

La ejecución del showpareció sacada de una escena musical demasiado larga de la película de Barbie. No faltaron momentos románticos entre el tejano y una Alicia Keys espléndida luciendo un mono agarrado de color rojo e incrustaciones de diamantes para cantar My boo. En una escena más de Usher haciendo de Ken, el cantante apareció con patines acompañado de una gran multitud de patinadores que daban vueltas en torno a Will.i.am, en una coreografía en homenaje a Michael Jackson. Al igual que el esfuerzo que hacía el pretendiente de Barbie en la película, Usher también lo dio todo. El artista estuvo a la altura de todas las pruebas que el espectáculo le ponía delante, incluso deslizándose elegantemente por debajo de las piernas de Will.i.am, haciendo cambios de vestuario en segundos y mostrando los fibrados pectorales delante de todo el estadio. Todo esto sin apenas desafinar.

El partido, reñido hasta la prórroga

El espectáculo, que superó todas (las pocas) expectativas, logró aguantar la atención empezando con los acróbatas del Cirque du Soleil y terminando con cientos de músicos dibujando el nombre de "Usher" en el largo campo de la NFL. Pero los doce minutos de actuación recordaron más la época dorada de Usher, alrededor del 2010, cuando el canto de Turn down for what –que interpretaron también anoche– sonaba como himno en cualquier pasillo de instituto. Pero en el 2024, con la masculinidad en supuesta deconstrucción, los trajes de piel simulando abdominales y bíceps quedaban más cerca de la ironía de Barbie que de un espectáculo serio.

Patrick Mahomes está llamado a convertirse en el mejor jugador de todos los tiempos. O, como mínimo, a entrar en la conversación de los llamados GOAT, siglas de greatest of all time (lo mejor de todos los tiempos). Esta madrugada el quarterback ha liderado a su equipo, los Kansas City Chiefs, hacia su tercera Super Bowl en los últimos cinco años. Lo ha hecho en un partido que ha ido de menos a más. En el primer cuarto, las defensas se impusieron y, en el cambio de campo, el marcador seguía 0-0. El segundo cuarto inició con un fuerte dominio de los San Francisco 49ers, que se llegaron a avanzar 10-0. Sin embargo, antes del descanso, los Chiefs anotaron un disparo que les colocó 10-3.

De esta forma, los de San Francisco han llegado al descanso ganando. Los 49ers son un equipo muy completo, con dos de los mejores atacantes ligueros en su respectiva posición, Christian McCaffrey y George Kittle. En defensa también destaca la presencia de Nick Bosa. Sin embargo, en el inicio del segundo tiempo no han podido mantener la ventaja y los Kansas City, bajo la batuta de Mahomes, han anotado un disparo a palos y uno touchdown con su respectiva conversión. De esta forma el partido quedaba 10-13 con el último cuarto por delante.

Los últimos quince minutos del tiempo reglamentario han sido un ir y venir constante: primero los 49ers anotaban un touchdown después de un pase de Brock Purdy. El quarterback de los muñecos es carne de película de Hollywood: ha pasado de ser escogido último del draft de la NFL, y por tanto de recibir el apodo de Mr. Irrelevante(como se llama la última elección de cada año), a liderar a su equipo hasta la Super Bowl en tan sólo dos años. Cabe decir que, normalmente, los jugadores que caen hasta estas posiciones del draft no suelen triunfar en la NFL y, de hecho, extrañamente llegan a saltar nunca al césped de un partido oficial. Tras la anotación de los de San Francisco le siguieron dos disparos de los Kansas City y una más de los 49ers. Así, el tiempo reglamentario ha terminado con el marcador 19-19.

La prórroga en el fútbol americano funciona de la siguiente manera: si un equipo anota un touchdown, se termina. Por tanto, empezar atacando te da una ventaja muy grande respecto al rival. En cambio, en caso de que el equipo no pueda anotar y acabe su ataque en un disparo a palos, el rival tiene una oportunidad para anotar un touchdown o igualar el field goal. Tras el sorteo, los de San Francisco empezaron el tiempo extra atacante. Han empezado avanzando por el campo, pero el touchdown se les ha resistido. Han optado por chutar y confiar en su defensa para intentar quedarse con el título. Pero en estas situaciones es cuando las estrellas brillan. Patrick Mahomes ha mantenido la calma que le caracteriza, y poco a poco los Kansas City han ido avanzando por el césped. Una jugada entre él y Travis Kelce les ha dejado a unas pocas yardas de la anotación y un último pase ha dado la victoria a los Chiefs. Patrick Mahomes, tras lanzar 333 yardas de pase y dos touchdowns, se ha llevado el MVP de la final.