Practicar esquí de fondo... a 35 grados y en una de las comarcas más áridas de Cataluña
El equipo catalán prepara la temporada en Tarrés, en Les Garrigues, practicando el 'rollerski' por carreteras secundarias y en una semana de calor sofocante
TarrésUn calor sofocante que esta semana ha rozado los cuarenta grados de temperatura en el Pla de Lleida, cielo despejado, un sol radiante y lluvias inexistentes. Éste es el panorama con el que sorprendentemente se entrena desde el martes el equipo catalán de esquí de fondo. Un grupo de una decena de esquiadores y tres preparadores técnicos han elegido este verano el pueblo de Tarrés, en Les Garrigues, para organizar una de las cuatro concentraciones de su pretemporada.
Cada verano, para sus entrenamientos, los técnicos de la federación suelen elegir ubicaciones del Pirineo, sobre todo en el Alt Urgell y el Vall d'Aran, pero también en la Catalunya Nord. Pero este año se han desplazado a una de las comarcas más calientes y áridas de Ponent, precisamente en una semana en la que los termómetros han subido considerablemente.
La pretemporada obviamente la hacen siempre sin nieve, practicando el rollerski (esquí sobre ruedas), una disciplina deportiva que simula al máximo los movimientos del esquí nórdico. En algunos lugares, como en Font Romeu (en la Alta Cerdanya), en Candanchú (Huesca) y sobre todo en el centro y norte de Europa, hay habilidades circuitos exclusivos para esta especialidad, pero en el Principado de Cataluña sus practicantes lo deben hacer siempre por carreteras secundarias y poco transitadas, con un desnivel suave y un firme en buenas condiciones. Manteniendo distancias de seguridad y en hilera, los esquiadores catalanes recorren tramos de hasta treinta kilómetros para esquiar sobre ruedas en sesiones de unas dos horas.
“En esta concentración en Les Garrigues hemos tenido que avanzar al máximo las salidas matinales con rollerski para evitar las horas de máximo calor”, reconoce Joan Arola, director técnico del equipo. Las montañas de Prades y algunas carreteras que unen pueblos como el Vilosell, la Pobla de Cérvoles y, en la Conca de Barberà, Vallclara, Vilanova de Prades, Ulldemolins y el Monasterio de Poblet son algunos de los recorridos que los deportistas catalanes esquiarán hasta la clausura de su concentración (el 16 de julio). "Si estamos satisfechos con la experiencia es posible que volvamos a Les Garrigues en septiembre", asegura Arola.
Cada veinte minutos los esquiadores deben parar para hidratarse, y en momentos de máximo calor optan por realizar ejercicios de musculación, coordinación y equilibrio, y senderismo y bicicleta en zonas boscosas de Tarrés.
El equipo catalán de esquí de fondo está formado por jóvenes deportistas de entre dieciséis y veinte años (los que llegan a la categoría senior ya pertenecen a la federación española). Los integrantes de este verano vienen de diferentes partes del territorio, desde Girona hasta la Seu d'Urgell, pasando por Solsona, Manresa, Terrassa y Lles. Guim Gabarró, un joven esquiador de 16 años del Espelt (un núcleo de Òdena), lleva tres participando en estas concentraciones veraniegas de pretemporada. Ha recorrido carreteras de los Alpes en Livigno (Italia) y Bessans (Francia), y también a menudo por los Pirineos catalanes, pero nunca lo había hecho en el Pla de Lleida. "Me sorprendió la decisión -asegura Gabarró-, pero la clave de esta zona es que tiene muchísimas carreteras secundarias, con buen firme y poco tráfico, y eso está siendo ideal".
El calor les afecta, obviamente. "Quizás es de los pocos factores que lo diferencian de la práctica real del esquí de fondo durante la pretemporada", admite Gabarró. Pero el equipo catalán reconoce que no existe otra opción. “Si quisiéramos frío en verano deberíamos irnos a glaciares de los Alpes, y eso es inviable”, concluye el esquiador.
Apuesta por dinamizar la comarca
¿Pero por qué han escogido esquiar precisamente en Les Garrigues? Pues porque trabaja Òscar Balsells, gestor y dinamizador del Sindicato de Tarrés, un espacio desde el que, además de ofrecer comida y alojamiento, también promueve el turismo y la actividad cultural del pueblo bajo la marca Caminos de Piedra.
Se da la circunstancia de que Òscar Balsells, que ahora tiene 60 años, fue a finales de la década de los ochenta miembro del equipo estatal de esquí de fondo durante cuatro años. Esto le permitió realizar una enorme red de contactos con otros esquiadores, entre ellos Joan Arola, con quien ha mantenido la amistad.
Responsable de una consultoría de empresas, Balsells es ahora el encargado de dinamizar la actividad económica de Tarrés. Aparte del negocio de restauración, ha asumido la señalización de caminos municipales para la práctica del senderismo, organiza actividades deportivas, culturales y ambientales y promueve el patrimonio para atraer al máximo de visitantes al pueblo. Y, entre todo esto, se le ocurrió invitar al equipo catalán de esquí de fondo, como parte de su dinamización turístico-deportiva.
La invitación iba acompañada de un programa completo de actividades para los esquiadores y Balsells incluso ha asesorado al equipo técnico para elegir las mejoras rutas para practicar el rollerski. Eso sí, sin poder evitar el clima tórrido de la comarca.