Tenis

Carla Suárez: "Quería que la gente me recordara en la pista, no en una cama de hospital"

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Carla Suárez durando lo entrega de premios Woman Sport

BarcelonaBajo la mascarilla se intuye una sonrisa de oreja a oreja. Ni las dificultades, ni el adiós a las pistas, ni siquiera una enfermedad han conseguido robarle la alegría a Carla Suárez (Las Palmas de Gran Canaria, 1988). La extenista, que hace años que está instalada en Catalunya, atiende el ARA para recordar cómo ha vivido un último año que le ha cambiado la vida, cómo afronta la vida una vez materializada su retirada del tenis profesional y cuáles son sus nuevas fortalezas después de superar un linfoma de Hodgkin.

La primera pregunta es obligatoria. ¿Cómo te encuentras? 

— Me encuentro bien físicamente y estoy muy tranquila.

Has recibido el premio Woman Sport a la superación. ¿Qué significa para ti ser un referente? 

— Durante toda mi carrera he tenido que pasar por instantes delicados, pero es verdad que el año pasado con el covid y la enfermedad viví momentos realmente difíciles. Es un orgullo que piensen en mí después de tantos años de carrera, de todo lo que ha pasado. Me hace sentir muy orgullosa, puesto que creo que hay muchísimas mujeres a quienes podrían dárselo. 

2020 ha sido uno de los años más duros de tu vida. Ahora, habiendo dado por acabada tu carrera como tenista, ¿qué sientes? 

— El año pasado se torció todo muchísimo y de repente nos cambió la vida a todos. La pandemia nos afectó a todos y después, cuando parecía que las cosas volvían a la normalidad, me diagnostican el linfoma de Hodgkin. Se paró todo de golpe y fui consciente de que todos los planes que tenía en la cabeza no los podría hacer de la manera que quería o en el tiempo que deseaba. Lo acepté con mucha naturalidad. Son cosas que pasan en el día a día, hay muchas familias afectadas y decidí afrontarlo con optimismo. Por suerte, todo salió muy bien y fue muy rápido. Tenía unos objetivos deportivos en la cabeza que pude cumplir. Competí en Roland Garros, en Wimbledon, en los JJ.OO. de Tokio y disfruté como nunca. Ha sido una despedida que ni yo misma me imaginaba.

¿La disciplina del deporte te ha ayudado a sentirte fuerte en estos momentos en los que todo tambalea? 

— Totalmente. El deporte te ayuda a ser fuerte y el tenis incluso más. Es un deporte individual, en el que estás tú sola en la pista y tienes que tomar tú sola las decisiones. Esto te hace muy fuerte. Yo creo que me benefició mucho porque al final era una lucha más, otra batalla. Estaba acostumbrada a sufrir, a nivel deportivo, así que no fue especialmente diferente. Obviamente hay momentos duros, de debilidad, pero no había ninguna otra opción que salir adelante. Los días van pasando y por suerte solo fueron cuatro meses que pasaron relativamente rápido. 

Tu objetivo durante el tratamiento era volver a la pista. ¿Cómo fue el momento de volver a pisar la tierra batida? 

— Me costó. El cuerpo no era el mismo y no reaccionaba del mismo modo que antes de la enfermedad. Me cansaba muy rápido, era como empezar de nuevo porque pierdes toda la forma física. Tenía el objetivo de volver, pero sí que es cierto que no quería volver de cualquier manera. Yo quería estar en cierto nivel y tuve que hacer muchos esfuerzos. De hecho, hasta dos semanas antes del torneo no sabía si podría competir. No lo veía nada claro y mis compañeras me ayudaron mucho y me dieron fuerzas. Fue tan especial... Todo era diferente y con palabras es complicado describir lo que sentí. La superación personal que me marqué la conseguí y es una cosa que libera.

Una de las compañeras que más apoyo te ha dado en este proceso es Garbiñe Muguruza. 

— Me ayudó muchísimo durante la enfermedad. Fue de las primeras personas a quien dije que tenía que parar un tiempo sin saber si podría volver a las pistas. Teníamos la ilusión de poder jugar juntas una última vez y hablábamos mucho de los JJ.OO. de Tokio. El día en el que perdimos fue duro por todo lo que comportó. Tuvimos bola de partido, sabíamos que era el último que jugaríamos juntas, perdíamos la experiencia de poder ganar una medalla... Sabíamos que era difícil, pero lo vimos tan cerca... Siempre tienes la ilusión y más sabiendo que nuestros caminos se separarían un poco y nos veríamos menos de lo que acostumbrábamos. Aquel día explotó todo. 

¿Qué tienen de diferente la Carla de hoy con la de hace un año? 

— La Carla de hace dos años hacía planes o se marcaba objetivos a largo plazo y la de ahora disfruta mucho más del día a día y vive más el presente. Creo que aquí está la clave. Hay cosas que yo ya valoraba antes, no tenía por qué estar enferma para valorarlas. Lo más importante y en lo que más he cambiado es en el vivir el presente y disfrutar del camino, y considero que deportivamente lo he podido hacer bastante [ríe].

¿Cómo es Carla Suárez sin el tenis? 

— Por suerte he tenido mucha suerte por mentalizarme y cambiar la rutina diaria que tenía. Estoy muy tranquila porque me tenía que despedir de las pistas en 2020 y pasó todo y lo pospuse hasta este año. No quería que la gente me recordara por una enfermedad o en una cama de hospital. Estoy muy tranquila porque el tenis me ha dado muchísimo más de lo que me habría imaginado. Estoy muy contenta de empezar una etapa muy diferente. 

¿Mentalmente eres más fuerte? 

— Después del último torneo me vacié y noté una liberación. Me ha costado reengancharme un poco, puesto que me costó volver a empezar desde cero. Ahora, una vez acabe, a desconectar y descansar, que mi cabeza lo necesita. 

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