El Espanyol supera un duelo de Primera sin pena ni gloria

BarcelonaEl Espanyol y el Leganés se repartieron los puntos en un partido que pudo ser decisivo pero que acabó sin goles. La polémica arbitral marcó la jornada, con un penalti anulado sobre Nico Melamed y la expulsión de Manolo González. El duelo enfrentaba al primero y al segundo clasificados. El Leganés era líder desde la jornada 12, con una regularidad notable en medio de una categoría muy igualada. El Espanyol, después de meses de dudas y de una temporada peñosa, tenía la oportunidad de dar un golpe sobre la mesa y de demostrar que definitivamente confía en volver a ser un club de Primera. Ninguno de los dos impuso su voluntad.

El primer reto de los de Manolo González era encontrar la forma de agujerear la portería del equipo menos goleado de la categoría. El técnico alineó a una delantera titular inédita: el joven Gastón Valles acompañaba a Braithwaite. El segundo reto era no dejarse intimidar por el ambiente espectacular de las gradas de Butarque, llenas para ese enfrentamiento de lujo. El tercero, llenar los huecos que dejaban Aguado y Puado, jugadores clave que no estaban disponibles por sanción.

La defensa blanquiazul tuvo que apresurarse para sacar del área un buen puñado de balones, mientras el Leganés se refugiaba detrás de su contundente defensa y buscaba hacer daño en el contragolpe con pases largos. El Espanyol tuvo a tocar la oportunidad de adelantarse a los 30 minutos, cuando el portero local derribó a Nico Melamed y el árbitro pitó penalti. Pero tras revisarlo en el VAR, Trujillo Suárez cambió el veredicto ante las protestas insistentes del conjunto catalán.

El de Leganés era un partido de seis puntos, una tarde para soñar, un duelo que podía determinar si se volvía a competir en la élite. Nadie quiso arriesgarse a cometer errores infantiles. En ataque, ninguno de los dos equipos estaba acosando a su rival. Portillo envió un remate de cabeza al palo, pero en el descanso aún no se había visto ningún disparo a portería. Braithwaite demostró su espíritu goleador en varias ocasiones probando suerte de lejos, pero no estuvo suficientemente acertado.

En la reanudación, el partido reavivó notablemente. Portillo, con Dani Raba, volvió a asombrar a los blanquiazules, y las llegadas a las dos áreas tenían más peligro. Joan García, de nuevo cumplidor, detuvo varios remates, y Jofre y Nico Melamed trataron de abrir la lata. La tensión de un partido tan determinante y la frustración de irse a casa sin goles caldearon el ambiente en Butarque. El árbitro protagonizó una segunda polémica cuando expulsó a Manolo González, que no entendió la decisión. Sin embargo, el marcador no se movió. El Espanyol sumó un punto que no sabe a gloria pero que le deja con vida y con opciones de seguir consolidándose en las posiciones de ascenso directo.