Caso Rubiales

Rubiales prohibió un partido de la selección catalana femenina

El presidente de la Federación Catalana de Fútbol (FCF), Joan Soteras, canceló el amistoso por petición del entonces presidente de la Federación Española (RFEF)

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Soteras acompaña a Rubiales en su primera visita a la FCF

BarcelonaEl 22 de septiembre de 2022 está señalado en rojo en el calendario porque marca el inicio del conflicto entre la RFEF y buena parte de las jugadoras internacionales. Ese día, el buzón de la Federación recibió un puñado de correos idénticos procedentes de quince futbolistas de la selección española en los que anunciaban que estaban afectadas emocionalmente por la situación que estaban viviendo y que, mientras no se revirtiera, renunciaban a jugar con la selección española. La RFEF respondió con vehemencia, afirmando que no permitirían que las jugadoras cuestionaran la continuidad de Jorge Vilda y su cuerpo técnico. La guerra fría entre Rubiales y las quince rebeldes se había convertido en conflicto público.

Ese mismo día, la Federación Catalana de Fútbol (FCF) anunciaba el regreso de la selección femenina después de 3 años de ausencia. Joan Soteras, presidente de la FCF, confirmaba que Venezuela sería la rival de las catalanas y que el partido estaba previsto que se celebrase en la primera quincena de noviembre. Aquel período coincidía con las fechas FIFA destinadas a las selecciones absolutas y España tenía programados dos partidos contra Japón y Argentina. Soteras también comunicó que el partido contra la selección sudamericana no sería el único: Catalunya disputaría otro amistoso de cara al segundo trimestre de 2023.

El pucherazo de las elecciones de la FCF como excusa para esconder la orden de Rubiales

El 11 de octubre, la FCF sorprendió a todo el mundo cancelando el Catalunya-Venezuela. Soteras argumentó que "las circunstancias del contexto" no permitían "la celebración del partido". Entonces, la Federación Catalana estaba a la espera de que el Tribunal Catalán del Deporte (TCE) resolviera si las elecciones del 26 de mayo de 2022 eran válidas, porque Àlex Talavera y Juanjo Isern, los otros dos candidatos, denunciaron múltiples irregularidades el día de las votaciones.

La excusa de Soteras no tenía relación alguna con el fútbol femenino, pero su justificación fue definitiva. La realidad, en cambio, era distinta. Luis Rubiales, entonces presidente de la RFEF, tenía una patata caliente: las quince amotinadas se mantenían firmes en sus demandas, pero él no estaba dispuesto a dejar de lado a su amigo Jorge Vilda. En esta coyuntura, el partido entre Catalunya y Venezuela era un dolor de muelas porque Xavi Llorens, seleccionador catalán, habría convocado a Aitana Bonmatí, Andrea Pereira, Laia Aleixandri, Leila Ouahabi, Ona Batlle y Claudia Pina.

Rubiales no podía permitirse que estas seis futbolistas jugaran con la selección catalana cuando habían rechazado hacerlo con el combinado español y se movió con celeridad. Contactó con Joan Soteras, su vicepresidente en la RFEF, para instarle a cancelar el partido. Y Soteras, la mano derecha de Rubiales durante todo su mandato, priorizó los intereses de la Federación Española en detrimento del regreso de la selección catalana. El sabadellense eligió complacer a Rubiales, que no estaba dispuesto a dar el permiso FIFA necesario para la celebración del partido, y borró al Catalunya-Venezuela del mapa para evitar una imagen que habría sido hiriente para los intereses de la RFEF. Del partido que Catalunya tenía que disputar en el segundo trimestre de 2023 ya no se supo nada más.

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