Competencia autoriza por unanimidad la opa del BBVA al Sabadell
El organismo que preside Cani Fernández ve "riesgos" en la operación pero considera suficientes los compromisos adquiridos por el banco vasco
MadridFumata blanca en el número 47 de la calle Alcalá de Madrid. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha autorizado con compromisos la opa del BBVA sobre el Banc Sabadell y deja ya en manos del gobierno español una operación que puede suponer la desaparición del cuarto banco del Estado. Tras una reunión frustrada por el apagón eléctrico de este lunes, los cinco miembros de la Sala de Competencia de la CNMC se reunieron de nuevo este miércoles para consensuar el veredicto final sobre la operación. En una jornada maratoniana, el organismo que preside Cani Fernández ha logrado llegar a una posición unánime en torno a la operación, tal y como ha informado el organismo este miércoles por la noche.
En términos generales, Competencia concluye que pese a detectar "riesgos" que afectan a la banca minorista (clientes particulares), las pymes, los autónomos y los medios de pago, los compromisos presentados por el BBVA "han permitido resolver los riesgos y autorizar la operación". A lo largo de su análisis, la CNMC ha detectado riesgos como un "peoramiento de las condiciones comerciales para particulares, pymes y autónomos", pero también un "riesgo en la reducción del crédito a pymes". De hecho, el organismo ha llegado a observar que "se han identificado 96 municipios en los que, en caso de prosperar la operación, se supera la cuota conjunta del 50% [...]. Como resultado, se genera una situación de duopolio en 48 de estos municipios", concluye Competencia.
Compromisos de tres años prorrogables
Ante estos riesgos, Competencia exige al BBVA que asuma una serie de condiciones, entre las que destacan las que afectan a los clientes vulnerables (BBVA deberá crear una cuenta especial con condiciones favorables) o las oficinas (Competencia le prohíbe abandonar algunos de los municipios más afectados). Pero sobresalen, sobre todo, los compromisos que tienen que ver con pymes y autónomos. Así, en algunos códigos postales "problemáticos" deberá mantener las condiciones comerciales, mientras que se ha comprometido a mantener las líneas de circulante y el volumen de crédito a pymes en casos particulares: por ejemplo, cuando una pyme reciba un 85% del volumen de crédito de BBVA o Sabadell (o conjuntamente).
La mayoría de los compromisos tendrán una duración de tres años, aunque en el caso del crédito a las pymes se podrán prorrogar dos años más, mientras que las condiciones de acceso a los cajeros son prorrogables dieciocho meses más. "La CNMC supervisará el cumplimiento y el BBVA tendrá que informar [del proceso] en el plazo acordado", se detalla en el comunicado de Competencia. "Los compromisos que asumimos ante la CNMC favorecen la inclusión financiera, la cohesión territorial y el crédito a pymes y autónomos, sobre todo en territorios como Catalunya", ha dicho el presidente de BBVA, Carlos Torres, este miércoles por la noche.
BBVA, optimista; y el Sabadell mantiene la oposición
El banco que preside Carlos Torres ha negociado los remedios o medidas que Competencia le exige para amortiguar el impacto de la operación sobre los clientes y las empresas, en particular las pymes y autónomos, que son el principal negocio del Sabadell, pero también sobre territorios como Cataluña y la Comunidad Valenciana. La visión del BBVA contrasta con la del Sabadell, que en una primera reacción ha destacado el "riesgo en la competencia" que la CNMC ha detectado durante el proceso. En un comunicado, la entidad reafirmó su "oposición" al análisis del organismo porque "no es adecuada para analizar la unión de ambos negocios". La entidad vallesana recuerda que, pese al dictamen de Competencia, serán los accionistas quienes tendrán la última palabra. El Sabadell insiste en que la operación "supone una amenaza para la competencia efectiva en determinados ámbitos del mercado de banca minorista y de servicios de pago". También subraya que, a día de hoy, la oferta del BBVA supone una prima negativa para los accionistas del Sabadell de prácticamente el 7%. Es decir, aquellos que acudieran a la opa, con los precios del cierre de hoy (por el miércoles) de las acciones de Banco Sabadell y BBVA perderían un 7%".
Precisamente, quien primero ha reaccionado a la decisión de la CNMC ha sido Pimec, la patronal catalana de la pequeña y mediana" "Estamos en desacuerdo [con Competencia]", ha manifestado la organización empresarial en un comunicado de prensa. Asimismo, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha dicho que "analizarán con rigor el informe y todos los datos y análisis para actuar con coherencia, defendiendo por encima de todo los intereses de Cataluña". Isla a través de la red social X.
Decisión en fase 2
La decisión de este miércoles llega en fase 2 después de que el pasado noviembre el ente no tuviera clara la operación. Esta fase ha permitido a la CNMC elaborar un estudio en mayor profundidad sobre una operación que también puede suponer la desaparición de la cuarta empresa por ventas de Cataluña. Aunque durante este período se permitía la participación de otros actores interesados, desde sindicatos hasta patronales, más allá de las dos entidades financieras afectadas y el resto del sector bancario, la CNMC rechazó la inmensa mayoría de alegaciones. Esto ha generado malestar en patronales, cámaras de comercio y sindicatos, pero también en el Banc Sabadell, que ha sido muy crítico con el análisis que ha realizado Competencia.
Sea como fuere, casi un año después del análisis iniciado por Competencia, ahora la operación ya pasa a la mesa del ministro de Economía. Carlos Cuerpo deberá decidir en un plazo de quince días hábiles si eleva el dictamen al consejo de ministros, lo que abriría automáticamente la fase 3. Fuentes del ministerio de Economía indicaban este miércoles por la noche que "se analizará con rigor y detalle [el dictamen de la CNMC]". "Hasta que no se tenga toda la información y se realice un análisis, máxima prudencia", indicaban las mismas fuentes.
En caso de abrirse la fase 3, el gobierno español, que públicamente se ha mostrado contrario a la operación planteada por el BBVA, podría exigir mayores compromisos al banco bilbaíno. Sin embargo, estos compromisos deberán estar vinculados a cuestiones de interés general, y no a cuestiones de competencia, tal y como establece la ley. En este sentido, Pimec ha vuelto a pedir al gobierno español que "aproveche" esta tercera fase para "defender el interés general con más medidas".
Así, aunque el BBVA haya salvado el trámite de Competencia, el hecho de que el ejecutivo central pueda aprobar compromisos mucho más duros aún no le deja respirar tranquilo. De hecho, la entidad bilbaína siempre ha reconocido que si estos pasos hacían perder valor a la operación, es decir, restan peso a las sinergias, podría dar marcha atrás. "Yo creo que no le favorecería nada [al gobierno de Pedro Sánchez] tener un banco menos", decía el presidente del Sabadell, Josep Oliu, en una entrevista con el ARA. Durante este tiempo, el Sabadell también ha jugado sus cartas: después de marcharse de Catalunya por el Proceso, este mes de enero decidió devolver la sede social a Sabadell. Un gesto que se leyó que se hacía para contentar al gobierno de Salvador Illa y, en consecuencia, al de Pedro Sánchez.
Una vez que el gobierno español diga la suya, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) deberá aprobar el folleto de la opa y abrir el período de aceptación, momento en que los accionistas del Banco Sabadell podrán votar si aceptan o no la oferta del BBVA. Si un 50,1% o más de los accionistas del banco vallesano avalan la operación y, por tanto, venden los títulos, BBVA y Sabadell quedarán integrados, pero no fusionados. En ese momento volverá a entrar en juego el gobierno español, que tendrá la última palabra en la aprobación de la fusión.