La dura respuesta (preliminar) de Competencia en la opa del BBVA
El organismo cree que la operación afectará negativamente a empresas y particulares, que puede provocar también exclusión financiera
BarcelonaCompetencia dijo no el día 12 de noviembre en la opa del BBVA sobre el Banc Sabadell. En concreto, la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) envió la operación a fase 2, lo que equivale a realizar un estudio más en profundidad, ya que no quedó convencida de la bondad de una opa que llevaría a la desaparición del cuarto banco de España y de la cuarta empresa por ventas de Catalunya. La fase 2 era un duro golpe para el BBVA porque alarga la operación unos meses más (ya la entidad presidida por Carlos Torres el tiempo le va en contra) y porque abre la puerta a que diferentes actores (como patronales o el asociación de accionistas minoristas del Sabadell) digan la suya.
Lo que no había hecho Competencia hasta este miércoles por la tarde era explicar qué problemas veía en la operación. Las conclusiones son duras y suponen un duro golpe para BBVA y un refuerzo para Banco Sabadell y sus posibilidades de seguir existiendo en solitario.
La CNMC ha hecho público un documento de nueve páginas en el que dedica tres a detallar los efectos potenciales de la operación. Las conclusiones son contundentes.
"El análisis en primera fase de la CNMC no permite descartar riesgos potenciales para la competencia derivados de la operación de concentración notificada en los mercados que a continuación se exponen", arranca el capítulo 4. La exposición arranca por la banca minorista, la que afecta a los clientes particulares. En este ámbito ya hace una advertencia: "La concentración supone la creación de una entidad líder en varios ámbitos" que, dice, "superan los umbrales recogidos por la Comisión Europea por considerar que los efectos de una concentración son potencialmente problemáticos". El análisis preliminar añade que esto no comportaría ningún monopolio, pero sí la existencia de un duopolio (todo el mercado en manos de dos operadores) en cincuenta municipios.
Es por ello que en este ámbito la CNMC ve riesgo en tres cuestiones: el empeoramiento de las condiciones comerciales para particulares y pymes (es decir, un incremento de precios), el riesgo de exclusión financiera, que afecta sobre todo personas mayores y pymes (hay ocho municipios donde solo están o el BBVA o el Banc Sabadell) y el riesgo de caída de crédito (que es uno de los grandes argumentos de las patronales por estar radicalmente en contra de la operación; Pimec , por ejemplo lo cifró en 54.000 millones menos a disposición de los negocios).
El análisis de la CNMC aborda no sólo la banca minorista, sino también los medios de pago y los cajeros automáticos. Respecto a los medios de pago, ve un riesgo del empeoramiento de las condiciones comerciales (de nuevo, una subida de precios), con cuotas de mercado superiores al 30%. Por lo que respecta a los cajeros automáticos, especialmente importantes en colectivos con riesgo de exclusión financiera, también avisa de un riesgo de empeoramiento en las condiciones de acceso a los cajeros.
Los compromisos del BBVA
BBVA ha querido responder a la publicación de estos detalles explicando cuáles son los compromisos (en la jerga financiera, los remedios) que ofreció a toda prisa al saber a finales de octubre que la operación iría a fase 2. La entidad se comprometió ante el organismo de competencia a adoptar medidas en los cuatro ámbitos. Así, por ejemplo, se comprometía a no cerrar oficinas que estén a más de 300 metros de la más cercana. También, en una medida habitual en estos casos, anunciaba que no abandonaría los municipios en los que haya menos de tres competidores.
En cuanto a los precios para particulares y empresas, la entidad que preside Carlos Torres anunciaba que mantendrá las condiciones del Banc Sabadell allí donde haya menos de cuatro competidores. También manifestaba el compromiso de no cerrar ninguna oficina de atención a empresas de las que tiene el banco catalán. Los compromisos en materia de mantenimiento de crédito no son tan rotundos y tienen una duración de dieciocho meses: el BBVA anunciaba que mantendrá durante año y medio las líneas de circulante de las empresas y que mantendrá durante estos dieciocho meses todo el volumen de crédito a todas aquellas empresas que no tienen otro banco que no sea ni el Sabadell ni el BBVA.
Con todo, es importante insistir en que el BBVA anunció estos compromisos quince días antes de que Competencia hiciera pública su resolución sobre la fase 1, en la que pedía más tiempo para estudiar la operación que haría que en España se pasara de cuatro grandes bancos a sólo tres.