Los bancos centrales actúan rápido y con contundencia para evitar la crisis

El sector exportador, puntal de la recuperación, ve con mucha incertidumbre el segundo semestre

Barcelona“Incertidumbre con mayúscula”. Así define la situación económica Joan Tristany, director general de Amec, la asociación de empresas exportadoras. “El pesimismo gana terreno”. Es como empieza su análisis de la situación para el Círculo de Economía el director de economía española de CaixaBank Research y colaborador del ARA, Oriol Aspachs. Las nubes de tormenta amenazan la evolución de la economía mundial, mientras organismos como el Banco Mundial o la OCDE van revisando a la baja las previsiones de crecimiento y los bancos centrales maniobran por, en unos casos, evitar una espiral inflacionista–en Estados Unidos o el Reino Unido– o por, en otros casos, evitar una nueva crisis de la deuda –en la zona euro.

Aspachs enumera los riesgos actuales: la guerra de Ucrania, la política covid cero en China y las expectativas de inflación al alza. Durante la última semana se ha visto cómo los principales bancos centrales han actuado, con celeridad e incluso con contundencia en comparación con la anterior crisis, para evitar que la desaceleración que se está produciendo en la recuperación pospandemia acabe estancando totalmente la mejora y desemboque en una nueva crisis. Así, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) –el banco central de este país– decidió el miércoles aumentar en 75 puntos básicos los tipos de interés, en una maniobra clara para intentar frenar el aumento de los precios. El peligro, sin embargo, es que el encarecimiento del crédito acabe frenando el consumo y la inversión, y, por lo tanto, el crecimiento, en un país donde los datos del PIB del primer trimestre ya mostraban debilidad.

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PIB
Variación del trimestre anterior

En el Reino Unido, al día siguiente el Banco de Inglaterra seguía el mismo camino, con una nueva subida de los tipos de interés para frenar la inflación, a pesar de que en el mes de marzo la economía británica ya vivió el punto de inflexión de la baja, a pesar de que en el conjunto del primer trimestre todavía se anotó un pequeño crecimiento.

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También en la zona euro ha habido movimiento esta última semana. Cuando el jueves de la semana pasada, en su reunión ordinaria, el consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) anunció que dejaba de comprar deuda y que en julio subirá los tipos, la reacción de los mercados fue inmediata: la prima de riesgo de algunos países periféricos, como España, Italia o Grecia, se disparó. Pero, a diferencia de lo que pasó en la anterior crisis de la deuda, en 2012, esta vez el BCE ha reaccionado rápidamente y el miércoles su presidenta, Christine Lagarde, convocó una reunión de urgencia. El BCE anunció que estudiará medidas para evitar una fragmentación del mercado de la deuda, un anuncio que sirvió para calmar los mercados.

Exportaciones récord

Las nubes de tormenta en las diversas economías amenazan con romper la recuperación en Catalunya y España. Una recuperación que tenía en el sector exterior una de sus principales palancas. Si los países clientes se frenan, la economía catalana y la española también se frenarán.

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Comercio exterior de enero a abril
Datos en millones de euros

Desde Amec, Joan Tristany explica que el primer semestre ha sido “espectacular” para las empresas exportadoras –se han superado los niveles prepandémicos–, con un volumen de pedidos inédito –a pesar de que se tendrá que ver si finalmente se traducen en ventas efectivas y facturadas–, pero cree que hay sombras provocadas por el cambio de paradigma económico, por la crisis energética y por la inflación, justo cuando se empezaban a superar cuellos de botella como la crisis logística o el encarecimiento de las materias primas. Ahora, explica, el principal cuello de botella son los componentes electrónicos.

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Coincide en esto, en parte, Kilian García, responsable de internacional de la patronal Fomento, que cree que ahora “los cuellos de botella no son tan importantes”, pero “se nota la falta de microchips”. Para este gran problema, García explica que “Europa tiene su plan” para lograr el 30% de la producción mundial en 2030. Por eso, dice, es tan relevante el PERTE de los microchips y se tiene que aprovechar el buen posicionamiento del Barcelona Supercomputing Center.

El directivo de Fomento destaca la importancia de las exportaciones para las economías catalana y española, pero ve una amenaza en el contagio de la escalada de precios en la inflación subyacente (el aumento de precios sin tener en cuenta la energía y los alimentos).