Finanzas

El BCE creará un nuevo mecanismo para evitar el encarecimiento de la deuda pública

Los bonos español e italiano se habían encarecido por la eliminación de las compras masivas a partir de julio

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Detall de la sede del BCE, ubicada en la ciudad alemana de Frankfurt, este miércoles.

BarcelonaEl Banco Central Europeo iniciará la elaboración de un nuevo sistema para evitar la escalada de los intereses que pagan algunos países –sobre todo los periféricos, como España e Italia– por su deuda pública, según ha indicado el organismo en un comunicado emitido este miércoles. El coste de los bonos españoles e italianos había aumentado de manera notable desde el jueves, cuando el consejo de gobierno del BCE anunció una subida de los tipos de interés básicos y el final de los programas de compra masiva de deuda este mes de julio.

Ante la inestabilidad en los mercados estos siete días desde el anuncio, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha convocado una reunión extraordinaria la mañana de este miércoles con el objetivo de discutir qué medidas hay que tomar para frenar el encarecimiento de la deuda periférica.

¿Qué ha decidido el BCE?

En el comunicado, el BCE indica que está comprometido "por actuar contra el riesgo creciente de fragmentación". La fragmentación es la divergencia entre los intereses que pagan los países más endeudados, como España, y los del centro del continente, menos endeudados. La fragmentación en sí tiene sentido: los gobiernos de los países más endeudados tienen más riesgo de impago, por lo cual los inversores piden recibir un interés más alto a cambio de prestarles dinero. El problema es cuando, como durante la crisis de la deuda entre el 2009 y el 2012, unos estados del centro de la Eurozona se convierten en refugio y pagan un interés muy bajo y los periféricos se consideran inseguros y tienen que ofrecer un rendimiento más elevado, puesto que se produce una fuga de depósitos desde los bancos de los países endeudados hacia los bancos de los estados refugio.

Esta divergencia entre intereses se calcula con la llamada prima de riesgo, que es la diferencia entre los intereses de los títulos de deuda a diez años de un país en comparación con los mismos títulos emitidos por Alemania, que como economía más grande de la zona euro es la referencia con la cual se comparan el resto de estados miembros. Con el anuncio del BCE, los intereses de los bonos a diez años españoles y transalpinos han caído un 0,4% y un 0,5%, respectivamente, pero la mayor bajada de los títulos alemanes ha hecho que la prima de riesgo de los dos países aumentara ligeramente.

"La pandemia ha dejado vulnerabilidades duraderas en la economía de la zona euro", lo cual afecta las políticas del BCE, añade la nota. Es por eso, según indica el comunicado, que el BCE ha decidido "donar el mandato a los comités relevantes" y "a los servicios" de la institución para "acelerar la finalización del diseño de un instrumento antifragmentación para ser considerado por el consejo de gobierno".

Además, "el consejo de gobierno ha decidido aplicar flexibilidad a la hora de reinvertir" los rendimientos de todos los bonos adquiridos con el PEPP, el programa de compra masiva de deuda creada para paliar los efectos negativos de la pandemia, según el comunicado, una medida que Lagarde ya había anunciado la semana pasada, pero que este miércoles el consejo de gobierno ha reiterado. Esto significa que el BCE se reserva el derecho a comprar deuda de los varios países de manera desigual con el objetivo de evitar que la diferencia entre lo que pagan los estados sea demasiado grande.

¿Por qué toma esta medida ahora?

El BCE se encuentra en una situación comprometida. Por un lado, la guerra en Ucrania ha encarecido el gas natural y el petróleo, lo cual ha hecho dispararse también el precio de carburantes y electricidad. Estas subidas de precios han tenido un impacto directo sobre el bolsillo de los consumidores. Además, ha hecho aumentar los costes de muchas empresas, que para continuar ganando dinero han tenido que subir los precios. El resultado de todo es que se ha disparado el IPC, el índice que mide la inflación, es decir, las subidas de precios de los bienes y servicios que consumen las familias.

Ahora bien, al otro lado hay una economía europea que no está plenamente recuperada después de dos años de pandemia y restricciones. Sectores como el turismo todavía están tocados, mientras que la política de confinamientos de China ha afectado las cadenas logísticas que alcanzan toda la industria, que sufre escasez de algunos bienes intermedios, o retrasos en las entregas.

Para contrarrestar la inflación, la teoría económica dice que hace falta que los bancos centrales suban los tipos de interés básicos, que en la zona euro llevan desde el 2016 al mínimo histórico del 0%. Esta es la política que ya han adoptado la Reserva Federal de los Estados Unidos o el Banco de Inglaterra, y que el BCE anunció que implementará el próximo mes con un primer incremento. Además, el organismo presidido por Christine Lagarde también decidió acabar todas las compras de deuda pública, tanto del programa extraordinario PEPP -creado durante la pandemia- como del PSPP, en marcha desde el 2015.

¿De qué sirve subir los tipos y eliminar las compras de bonos?

Los tipos de interés básicos son lo que cobra el BCE a los bancos por prestarles dinero. Esto provoca que los bancos tengan que cobrar más a sus clientes por los préstamos, como por ejemplo hipotecas. Por lo tanto, una subida de tipo encarece el crédito a empresas y familias, lo cual tiene un efecto directo sobre el consumo. Esta reducción del consumo es el efecto deseado por el BCE, porque si las familias gastan menos, las empresas se verán obligadas a reducir precios para atraer a más compradores, lo cual hará caer la inflación.

Igualmente, las compras de bonos sirven a los bancos centrales para inyectar liquidez a la economía. Si se paran las compras, la cantidad de dinero en la economía se reducirá, por lo cual la actividad económica se enfría y caen los precios. Además, la adquisición masiva de bonos hace caer los intereses de la deuda.

La reacción de los inversores, de hecho, fue la de considerar que dejar países como España e Italia sin las compras de deuda aumentaría el riesgo de quiebra, por lo cual los intereses han crecido de manera muy notable en los últimos días.

¿Ha dado marcha atrás el BCE?

En parte, sí. El hecho de que decidiera acabar las compras de deuda y solo una semana más tarde tenga que anunciar que estudiará como evitar la fragmentación de la deuda europea representa tener que dar un paso atrás en su intención inicial, que era dejar atrás las adquisiciones de bonos.

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