El BCE pone fin a las compras de deuda y anuncia dos subidas de tipos para frenar la inflación
El organismo prevé más escaladas de precios y un crecimiento más débil los próximos dos años
BarcelonaEl Banco Central Europeo ha decidido este jueves acabar su programa de compra de deuda pública y corporativo, el mismo día que ha anticipado que en la próxima reunión de su consejo de gobierno, prevista para el próximo mes de julio, anunciará una subida de los tipos de interés, que sería la primera en una década. Las dos medidas tienen como objetivo reducir la escalada de precios que afecta a la economía de la zona euro, especialmente desde que la invasión rusa de Ucrania disparó el precio de la energía.
En la rueda de prensa posterior la reunión del consejo de gobierno –que este miércoles se ha celebrado de manera extraordinaria en Amsterdam en lugar de Frankfurt–, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha dado por acabado el programa llamado APP, que ya había estado en vigor entre el 2014 y el 2018 y que se había retomado en noviembre del 2019. El pasado mes de diciembre, el BCE recalibró las compras efectuadas con este programa a 40.000 millones de euros mensuales durante el segundo trimestre del 2022, 30.000 millones mensuales en el tercer trimestre y 20.000 millones al mes en el cuarto.
Ahora, sin embargo, corta las compras de raíz a partir del 1 de julio, aunque el organismo presidido por Christine Lagarde continuará reinvirtiendo los pagos que reciba de los intereses de los bonos adquiridos "durante una periodo de tiempo extenso", según el comunicado.
Además, el BCE ha dejado sin cambios los tipos de interés básicos, que se encuentran en mínimos históricos desde el 2016, pero ha anunciado una subida de un cuarto de punto porcentual para el mes que viene, cuando el consejo de gobierno del organismo se reunirá por última vez antes de las vacaciones de verano. Además, el comunicado también apunta a un segundo incremento del precio del dinero, en este caso de medio punto, en septiembre.
El BCE no sube los intereses desde el 2011, bajo la presidencia de Jean-Claude Trichet, cuando un doble incremento en plena crisis de la deuda provocó la recaída de la economía europea a la recesión de la cual estaba saliendo a raíz de la crisis financiera del 2008. El aumento de los tipos exacerbó, además, la crisis de deuda en la periferia del Viejo Continente.
El BCE tiene el mandato de mantener la inflación –el ritmo de crecimiento de los precios de bienes y servicios de consumo– alrededor del 2% anual. Este miércoles la institución ha rehecho a la alza sus proyecciones hasta el 6,8% en 2022, el 3,5% en 2023 y el 2,1% en 2024. La inflación, pues, "se mantendrá indeseablemente elevada durante tiempo", ha indicado Lagarde.
Las subidas de tipos tienen como objetivo encarecer el crédito. Los tipos de interés básicos marcan el coste que pagan los bancos para obtener dinero del banco central. Por lo tanto, si los tipos básicos suben, las entidades financieras se ven abocadas a aumentar también los intereses que cobran a sus clientes por los préstamos que les conceden.
Una subida de tipos, pues, hace que los ciudadanos y las empresas paguen más por endeudarse, por ejemplo, para comprar una casa con una hipoteca o para financiar una inversión, en el caso de una compañía. Este encarecimiento del crédito tiene un efecto directo sobre la economía: si es más costoso pedir un préstamo, menos gente lo hará, lo cual disminuirá la actividad económica.
Una subida de tipo, pues, hace que haya menos demanda de bienes y servicios, por lo cual las empresas se ven obligadas a reducir los precios para atraer más clientes. Este efecto en cadena es lo que busca el BCE con un incremento de tipo.