Política monetaria

Subida histórica de los tipos de interés en EE.UU. para frenar la escalada de precios

La Reserva Federal aumenta el precio del dinero a pesar del peligro de retardar la recuperación económica

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Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de los EE.UU., este miércoles en Washington.

BarcelonaLa Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos, ha subido 0,75 puntos porcentuales los tipos de interés básicos, la subida más fuerte registrada desde el 1994, con el objetivo de frenar la escalada de precios que afecta la economía norteamericana, según ha informado este miércoles la institución.

En el mes de mayo, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por las siglas en inglés, el órgano interno que marca la política monetaria) ya incrementó los tipos en 0,5 puntos porcentuales, desde la franja entre el 0% y el 0,25% hasta la franja entre el 0,75% y el 1%, después de una primera subida de un cuarto de punto ya en marzo. Con el nuevo aumento del precio del dinero anunciado este miércoles, los tipos se sitúan entre el 1,5% y el 1,75%. A diferencia de otros bancos centrales, como el europeo, la Reserva Federal no marca una única cifra, sino que deja un margen de 0,25 puntos a los tipos básicos.

Los tipos básicos son los intereses que los bancos centrales cobran en los bancos para prestarles dinero. Esto hace que, si los tipos suben, los bancos tengan que cobrar más intereses a los créditos que dan a sus clientes. Es decir, un aumento de los tipos encarece el crédito para las familias y las empresas, lo cual reduce el consumo y la inversión. Con menos consumo, las empresas se ven obligadas a reducir los precios de sus productos para mantener los volúmenes de ventas.

No obstante, un incremento de los intereses y la consiguiente caída del consumo tiene como contrapartida que la actividad económica se resiente. Es por eso que no todos los economistas ven la medida con buenos ojos, sobre todo después de la contracción de la economía norteamericana registrada el primer trimestre de este año, que cogió por sorpresa al gobierno. El hecho de que la recuperación se pueda ver truncada por las subidas de tipos ha llevado a instituciones como el Banco Mundial a advertir de los peligros de un escenario de estanflación, es decir, de inflación alta combinada con estancamiento económico.

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha indicado en la rueda de prensa posterior al encuentro del FOMC que se trata de un incremento "inusualmente grande" pero justificado por el encarecimiento del coste de la vida: El mes pasado los precios de los bienes y servicios de consumo en EE.UU. crecieron un 1% en un mes y un 8,3% en comparación con un año atrás, la cifra más alta en cuatro décadas. "La inflación nos ha vuelto a sorprender al alza", ha comentado. Aun así, Powell también ha avisado de que los incrementos de 0,75 puntos "no serán comunes". Pero los cuellos de botella causados por los confinamientos impuestos en China y la invasión rusa de Ucrania, que ha disparado el coste de la energía, invitan la Reserva Federal a trabajar con un escenario de inflación alta durante los dos años próximos.

Powell ha asegurado que el organismo hará "todo lo posible" para frenar las subidas de precios, a pesar de que también ha admitido que el crecimiento y la inversión se están "ralentizando". A pesar de esto, cree que "es esencial que bajemos la inflación", ha declarado. "No estamos intentando provocar una recesión", ha dicho -una referencia velada a las medidas aprobadas en los 80-, pero sí que ha insistido que hay que parar la inflación, porque las escaladas de precios dañan el poder adquisitivo de los ciudadanos y hacen que la economía "no funcione bien".

Diferencias con la zona euro

La Fed, como se conoce popularmente la institución, es uno de los bancos centrales que más han apostado por subir los tipos, una decisión que de momento el BCE ha ido aplazando hasta el pasado jueves, cuando avanzó un incremento de 0,25 puntos para el mes de julio y posibles nuevas subidas en septiembre. La razón detrás de las diferencias, sin embargo, es que, a pesar de ser incompleta, la recuperación de la pandemia ha sido más fuerte en EE.UU. que en la zona euro, donde por ejemplo España todavía no ha recuperado los niveles de actividad económica del cuarto trimestre del 2019, el último sin covid.

Los dos bancos centrales fueron agresivos en el despliegue de estímulos como respuesta a la pandemia, pero en el ámbito fiscal el gobierno norteamericano fue mucho más allá que la Unión Europea y sus estados miembros, tanto con Donald Trump como presidente como, sobre todo, cuando Joe Biden lo sustituyó. Esto ha provocado que la salida de la crisis haya sido más rápida en EE.UU. que en el Viejo Continente.

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