Barcelona-Italia, la ruta del gas que la guerra ha acelerado
La capital catalana capta interés por la planta regasificadora que tiene y la posibilidad de que un gasoducto marino la conecte con el país vecino
MADRIDEspaña e Italia son los dos únicos países de la Unión Europea que tienen un gasoducto que los conecta con Argelia, pero en un momento en el que Rusia reduce el envío de este combustible estos dos países europeos han empezado a mirarse entre ellos. En concreto, lo hacen el Port de Barcelona y las ciudades de Livorno, Panigaglia y Porto Levante, cerca de Venecia, y las plantas de regasificación de gas natural licuado (GNL) que tienen las cuatro localidades.
Durante los primeros seis meses del año han salido de la planta de Barcelona hasta 37.000 toneladas de GNL. Los principales envíos se hacen, precisamente, a Italia y, en menor grado, a Gibraltar, Francia y Suecia, según explican desde el Port de Barcelona al ARA. Si bien no se trata de unos envíos de GNL muy elevados –hay que tener en cuenta que España no es un país productor de gas y, por lo tanto, sale mucho menos GNL del que llega–, a raíz de la guerra en Ucrania y la disminución del suministro de gas ruso el gobierno español, de la mano del sector, explora cómo puede ampliar su papel como proveedor de Europa.
Aquí, el papel de las plantas de regasificación es particular. A diferencia de los gasoductos, estas no han sido pensadas para enviar combustible, sino como una infraestructura para recibir y guardar gas. Como España tiene tanta capacidad de regasificación –el 40% de toda la Unión Europea gracias a sus seis plantas–, ahora la idea es aumentar el tránsito de barcos metaneros que llegan a las plantas, como por ejemplo la de Barcelona, procedentes de países productores para descargar el GNL y, después, reexportarlo a otros países europeos.
En estos momentos se está poniendo a disposición de Italia GNL proveniente de España a través de un servicio lanzadora, es decir, de barcos metaneros que salen de una de las plantas de regasificación del Mediterráneo, según explica una fuente conocedora de la operación al ARA. La misma fuente añade que se trata de un barco metanero al mes. Y aquí entra en juego la planta de regasificación de Barcelona: “No solo es un tema de capacidad, sino también de logística y proximidad con Italia”.
La planta de regasificació de Barcelona es la que tiene más capacidad del Estado para almacenar GNL (760.000 metros cúbicos según datos de Enagás) y ha visto crecer los primeros seis meses del año un 144% la llegada de GNL procedente de Estados Unidos (es el 35% del total). El segundo mercado es Qatar (18%), seguido de Nigeria (17%).
Más GNL a Italia
De las tres plantas de regasificació de GNL con las que cuenta el país vecino, la planta del Adriático está funcionando casi al 100%. Ahora bien, tanto la planta de Panigaglia como la de Livorno, más pequeñas, pueden recibir más combustible y son el destino final de este servicio lanzadora. En estos momentos, la primera se está utilizando alrededor del 55% de su capacidad, mientras que la planta de Livorno funciona al 60%. Con el estallido de la guerra en Ucrania, la capacidad de importación de las dos plantas más pequeñas se ha incrementado y ha impulsado la media de regasificació del país hasta los 13,2 TWh/mes, que equivalen a 14.000 millones de metros cúbicos de gas natural al año, según datos del sector a los cuales ha tenido acceso el ARA. El nivel se aproxima mucho a la capacidad de regasificación total del conjunto de las tres plantas con las que cuenta Italia: 16 TWh/mes (17.000 millones de metros cúbicos de gas natural el año). Si se utilizaran las tres plantas al 100%, se podrían descargar 2,8 TWh/mes adicionales (3 bcm adicionales el año). Teniendo en cuenta que las plantas disponibles son las de Panigaglia y Livorno, que solo pueden recibir barcos medianos, esto equivaldría a 6 barcos medianos (70.000 metros cúbicos de GNL) al mes, o 72 el año.
Con todo, hay que tener en cuenta que la planta de Barcelona no puede reexportar todo el gas que le llega porque su lógica es la de ser un punto de aprovisionamiento para España. De hecho, el objetivo del gobierno español es que las plantas de regasificación estén al 80% de cara en invierno. Por ahora, la de Barcelona está al 81%, según los últimos datos de Enagás. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que estos niveles fluctúan mucho en comparación con los almacenes subterráneos (están al 78%) porque la entrada y salida de gas es diaria.
Un futuro gasoducto
Enagás incluyó en su plan estratégico hasta el 2030 un futuro gasoducto marítimo que conectaría Barcelona con Italia, en concreto con el puerto de Livorno. Es una idea que el gobierno español, el italiano y el sector ven con buenos ojos. Incluso Europa lo prevé en su plan de inversiones RepowerEU para ampliar las interconexiones en materia energética. "Puede funcionar para poder llevar los recursos del sur del Mediterráneo al norte de Europa", ha defendido el primer ejecutivo de Enagás, Arturo Gonzalo Aizpiri. La infraestructura contaría con el grueso de la inversión que la empresa prevé hasta el 2030 (1.980 millones de euros) para tres grandes proyectos de interconexiones: el gasoducto hacia Italia, mejorar la conexión pirenaica con Francia y la de Portugal, con quien España comparte gasoducto.
Para abastecer a Europa, la otra posibilidad estrella del ejecutivo español es la de ampliar la capacidad técnica de los gasoductos que conectan la península Ibérica con Francia. Fuentes del sector confirman al ARA que ya hace días que Enagás trabaja con la operadora francesa simulando incrementos de gas a través de los gasoductos de Navarra y el País Vasco y las primeras estimaciones apuntan a que se podría incrementar hasta un 18% el gas que se exporta.
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