El BCE se plantea actuar para frenar la subida de los precios de la vivienda

Catalunya cerrará el 2021 con el mayor número de hipotecas firmadas desde el 2011

El debate sobre las subidas de los precios ha llegado a la vivienda, que está creciendo con fuerza en numerosos países de Europa hasta el punto que el Banco Central Europeo ya se está planteando actuar para frenar posibles burbujas.

La sobrevaloración de los mercados residenciales "está cada vez más extendida y eso es una fuente de preocupación", ha explicado este jueves Luis de Guindos, vicepresidente del BCE. "Creo que tenemos que empezar a plantearnos la posibilidad de volver a implementar medidas macroprudenciales [a la banca]", ha añadido el exministro de Economía español.

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Los precios de la vivienda crecieron en el tercer trimestre más de un 10% interanual en 13 de los 27 países de la UE, especialmente en el norte y en el centro del continente, según Eurostat. Esto añade más tensión a las escaladas de precios que se están viendo en ámbitos como la alimentación o la energía, que están disparando la inflación a niveles récord (en el caso de Catalunya y España, el IPC está en su máximo de las últimas tres décadas). En España los precios no escalaron con tanta fuerza: lo hicieron un 4,2%, cuando la media de la eurozona rozó el 9%.

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El anuncio del BCE sobre posibles "medidas macroprudenciales" podría implicar que el supervisor impusiera a las entidades financieras nuevas restricciones para impedir que el crédito fluya en exceso hacia el inmobiliario. Un ejemplo habitual es el de limitar la concesión de hipotecas que superen el 80% del valor del piso, puesto que se consideran préstamos de más riesgo. Otro caso podría ser, por ejemplo, pedir más requisitos de capital para los bancos que presten en sectores donde el BCE considera que hay un exceso de crédito.

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Las políticas macroprudenciales se pueden implantar por países de forma individual (en el caso español sería el Banco de España) o también puede ser que el BCE opte para aplicarlas de forma generalizada —e incluso más exigente— a todo el continente, según explica un portavoz de la institución.

Buena marcha para las empresas inmobiliarias

El 2021 ha sido un buen año para el sector inmobiliario catalán y español: entre enero y octubre se firmaron cerca de 58.000 hipotecas en Catalunya. A falta de saber los datos de los dos últimos meses del año, estos registros se situarán a niveles no vistos desde el 2011. De hecho, entre abril y junio se registró en Catalunya el mayor número compraventas en un único trimestre desde el 2007, según la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Catalunya (AIC) y el Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (COAPI).

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En cuanto a los precios, si bien es cierto que de media todavía no se han recuperado los récords de la época de la burbuja inmobiliaria, hay grandes desigualdades territoriales, especialmente entre determinadas ciudades (en algunas zonas de Barcelona y Madrid sí que se están rozando los niveles previos a la burbuja) y otros territorios que tienen menos atractivo para los ciudadanos y los inversores.

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De todos modos, la llegada de la pandemia no provocó una bajada de los precios, tal como pronosticaban inicialmente algunas voces. El valor de los pisos ha seguido creciendo ininterrumpidamente todo este tiempo en Catalunya y España, por mucho que retardaran el ritmo durante algunos trimestres por la llegada del covid-19. Las empresas del sector inmobiliario que están tardando más en recuperarse son las que dependen más del mercado extranjero, como las que venden casas de lujo, puesto que este tipo de cliente sí que está tardando más en volver, según explican fuentes del sector.

Poca morosidad pese a la pandemia

Además de la buena marcha inmobiliaria, los bancos se están encontrando que —a diferencia de la crisis anterior— la morosidad no se está convirtiendo en un gran problema. En 2013 se llegó a rozar una morosidad del 14%, es decir, que uno de cada siete euros que los bancos habían concedido como crédito se consideraba muy difícil de recuperar. Ahora, en cambio, la morosidad está en el 2,93%, según los datos publicados este jueves por el Banco de España.

Es cierto que hay más de 130.000 millones en créditos ICO que se entregaron durante el inicio de la pandemia y que todavía no se han tenido que devolver, pero las estimaciones del Banco de España son que tan solo un 2% de estos créditos (el equivalente a menos de 3.000 millones) serán morosos. Esto significa que, si se cumplen los pronósticos del Banco de España, la morosidad no parece que se tenga que resentir mucho cuando a lo largo de este año los créditos ICO vayan venciendo y se tengan que empezar a volver. Además del 2% que se considera de dudosa recuperación, hay un 16% de los créditos ICO que el supervisor tiene bajo "vigilancia especial" por si se acaban volviendo dudosos. Pero incluso si esto pasara, la cifra de morosidad solo quedaría ligeramente por encima del 3%.