Bruselas niega que las aerolíneas tengan que operar vuelos fantasma, como asegura Lufthansa

La Comisión recuerda que adaptó las normas a principios de la pandemia para evitar esta situación

BruselasSi la competencia en el sector aéreo ya era encarnizada antes de la pandemia por la consolidación de las compañías low cost, con la llegada del coronavirus la situación se ha complicado todavía más. Hace unas semanas la aerolínea de bandera alemana, Lufthansa, culpaba a la normativa europea de la obligación de tener que operar miles de vuelos vacíos para mantener los derechos de vuelo y exigía relajar la regulación. Unas acusaciones que Bruselas niega rotundamente porque, según recuerda, a principios de la pandemia se adaptaron los requerimientos justamente para evitar esta situación y los perjuicios tanto económicos como medioambientales que supone.

Fuentes europeas, de hecho, aseguran que ni Lufthansa ni ninguna otra aerolínea han aportado pruebas de estos vuelos vacíos de los que se queja la compañía y recalcan que ha sido solo esta empresa la que se ha quejado. Otras empresas del sector han hecho totalmente lo contrario, insinuando así que hay razones comerciales detrás de las acusaciones de Lufthansa. De hecho, esta misma semana la voz más conocida de las aerolíneas low cost en Europa, Michael O'Leary, consejero delegado de Ryanair, a través de un comunicado y fiel a su estilo desafiante recomienda a la compañía aérea alemana que si quiere llenar los aviones "venda los billetes más baratos".

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Lo que hay detrás de este rifirrafe es la feroz competencia en un sector que ha vivido horas especialmente bajas con la parada de la movilidad internacional durante la pandemia y que ahora que empezaba a recuperarse teme el impacto masivo de la ómicron. Bruselas recuerda que a principios de la pandemia la norma que exigía al sector operar un 80% de los vuelos para mantener los slots (las franjas horarias que tienen asignadas) se rebajó hasta el 50%. Y no solo esto, sino que todavía hay una medida más que permite aplicar una especie de cláusula de emergencia si se justifican motivos sanitarios para anular vuelos por debajo de este 50% de operaciones. Por lo tanto, dicen fuentes comunitarias, "no hay ningún motivo para operar vuelos fantasma".

Ahora bien, es cierto que este límite del 50% está previsto que aumente hasta el 64% a partir de marzo, cuando empieza la temporada de más afluencia de pasajeros, y con menos demanda por la pandemia las compañías están preocupadas de no ser capaces de rentabilizar sus vuelos. Ryanar, sin embargo, con un modelo que maximiza el ahorro de costes, cree que Lufthansa, con esta queja, busca mantener sus slots sin bajar precios: "No es por la preocupación por el medio ambiente, sino por su intención de mantener su programa de slots, que desaprovecha, a la vez que evita la competencia y limita la oferta para el consumidor", asegura O'Leary.

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Lo que sí ha abierto esta pugna es el melón sobre si es necesario revisar la normativa del 80% si se recupera con normalidad el tránsito aéreo teniendo en cuenta la emergencia climática y la alta contaminación del sector. De momento la Comisión defiende su normativa y mantendrá esta tarde una reunión con Lufthansa y el controlador de slots para abordar la cuestión.