CaixaBank reparte un dividendo de 1.179 M€ entre críticas de los trabajadores

La entidad confía en una "subida gradual" del tipo de interés durante los próximos meses

Daniel Martín
y Daniel Martín

ValenciaCaixaBank repartirá 1.179 millones –0,1463 euros brutos por título– entre sus accionistas. Así lo ha aprobado este viernes la junta general de accionistas de la entidad celebrada en el Museo de las Artes y las Ciencias de Valencia en una asamblea que ha estado marcada por los éxitos económicos de la compañía y por el malestar de unos trabajadores que, además de protestar en las puertas del recinto, han reclamado una paga extra que les compense el aumento de la carga de trabajo generado por la reducción de la plantilla y por la pérdida de poder adquisitivo provocada por el incremento de la inflación.

La retribución a los accionistas –equivalente al 50% del beneficio neto consolidado de la entidad ajustado por los impactos extraordinarios vinculados a la absorción de Bankia– corona un 2021 de récord para CaixaBank, que el año pasado consiguió unas ganancias netas de 2.359 millones de euros. La cifra superaba ampliamente el hasta entonces mejor resultado de su historia, los 1.985 millones de 2018. El acuerdo refleja las buenas perspectivas de una entidad que ha visto como el precio de sus títulos se ha revalorizado un 73% desde el anuncio de la fusión y un 31% el último año, el mismo periodo en el que los bancos europeos han perdido un 14% de su valor y los del IBEX un 3,4%, según cifras facilitadas por CaixaBank.

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El optimismo de José Ignacio Goirigolzarri, presidente de la entidad, y de Gonzalo Gortázar, consejero delegado, proviene en parte de la confianza en un aumento progresivo de los tipos de interés durante los próximos meses. "Es imposible anticipar movimientos con certeza, pero existen razones para pensar que los tipos negativos quedarán atrás pronto. Una gradual subida de tipo tendrá una traducción muy positiva en nuestra línea de margen de intereses", ha pronosticado Gortázar.

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Los encargados de echar agua al vino de las buenas cifras económicas han sido los representantes de los trabajadores, que casi han monopolizado las intervenciones de los accionistas. La más contundente ha sido Ruth Bolaños, portavoz de Comisiones Obreras, que ha denunciado que los empleados sufren una "presión desmesurada". "Nuestra situación es insostenible. Tenemos una plantilla que tiene que tomar ansiolíticos, que no puede dormir... ¿Qué es lo que tiene que pasar para que reaccionen?", se ha preguntado.

Igual de crítico que la dirigente de CCOO, pero con la digitalización de la compañía, se ha manifestado Fernando Herrero Sáez de Eguilaz, secretario general de Adicae, que ha reclamado que se acabe "con el maltrato" de la gente mayor y ha defendido que la digitalización de una compañía no se tiene que traducir en expulsar a los clientes de la oficina o enviarlos a un cajero.

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En el turno de respuesta, José Ignacio Goirigolzarri ha justificado la política de reducción de costes de CaixaBank por la necesidad de sobrevivir en un "sector tremendamente competitivo" en el que la única forma de "mantenerse en el tiempo" es convertirse en una "organización de alto rendimiento". Un mensaje que ha hecho suyo Gonzalo Gortázar, que ha destacado que la compañía se tiene que guiar por "la honestidad", pero también por "la exigencia".

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