La crisis de la fruta en Lleida hace caer las contrataciones a menos de la mitad
Las heladas de abril, sumadas ahora a las olas de calor, reducen la producción entre un 28% y un 70%
LleidaLa crisis de la fruta en Ponent, provocada por las heladas de abril, ha hecho caer las contrataciones de temporeros a menos de la mitad. El jefe sectorial de laboral del sindicato JARC, Osvald Esteve, asegura que las estimaciones del sector apuntan que este año habrá solo unas 20.000 contrataciones en todo Lleida, 30.000 menos que el año pasado. Estos datos incluyen tanto la recolección de la fruta como la preparación en las cámaras para comercializarla. “Incluso es posible que la reducción sea todavía superior porque la campaña se acabará mucho antes, hacia finales de agosto”, añade Esteve.
El sindicado Unió de Pagesos también tiene contabilizada una caída parecida. Marta Lope, la responsable laboral de Agroxarxa, la empresa de servicios del sindicato, indica que este año se ha contratado un 60% menos en la fruta de hueso (básicamente melocotones y nectarinas), la variedad más castigada por las heladas. “Ahora empezamos a cosechar manzana y pera, donde todo parece apuntar que la bajada de contratos llegará alrededor del 40%”, añade.
La mayoría de gestorías laborales del Segrià también presentan cifras similares. Algunas de ellas, ubicadas en Lleida ciudad, Alpicat, Alcarràs, Soses y Seròs, explican que “las contrataciones este año están siendo mucho más cortas”. En algunas oficinas donde cada verano se superaban las 1.500 altas laborales este año no han llegado a las 500.
Quim Dolcet, que dispone de fincas de nectarinas y paraguayos en Alcarràs, asegura que muchos fruticultores de su municipio no han contratado ni un solo temporero este año. “Yo he sido de los afortunados, porque las heladas me estropearon solo una parte de la cosecha”, dice Dolcet, pero reconoce que ha tenido que reducir en un 30% la mano de obra respecto al año pasado.
Josep Maria Companys, otro agricultor de Torres de Segre y ex dirigente de Unió de Pagesos, lamenta que “está siendo una campaña muy dura”. La mala cosecha por las heladas se suma ahora a las olas de calor, que están madurando e incluso deshidratando la fruta a un ritmo mucho más acelerado del normal. “Habíamos previsto empezar la campaña tarde debido al frío y ahora tenemos que correr para evitar que la poca fruta que nos queda se estropee por el calor”, argumenta el mismo Companys, que este año ha contratado muchas menos horas de trabajo que en campañas anteriores. El exsindicalista, que durante treinta años estuvo vinculado al sector de la inmigración y la contratación de temporeros en Unió de Pagesos, reconoce que “están funcionando los llamamientos que hemos hecho los sindicatos para que nadie viniera a Lleida sin contrato”.
Enmudece el efecto llamada
Los temporeros han dejado de venir en masa este verano a Lleida. La caída de la producción ha hecho que haya enmudecido el efecto llamada que años atrás solía colapsar albergues e incluso calles y plazas del Segrià y el Pla d'Urgell. “Es evidente que este colectivo tiene sus propios canales de comunicación”, reconoce Xavier Perelló, secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Agro de la UGT en Lleida. “Y se está demostrando que estos canales son muy efectivos”.
Técnicos de la UGT que cada verano recorren los municipios del plan de Lleida en busca de asentamientos de personas contratadas ilegalmente en el campo aseguran que de momento no han encontrado ninguno relevante. Por su parte, responsables de la delegación de la Generalitat en Lleida aseguran que ellos sí que tienen contabilizados en Segrià hasta 16 asentamientos de este tipo y unas 140 personas que malviven en ellos. Aun así, “estos datos son muy bajos –asegura el mismo Perelló– porque 140 temporeros te los encontrabas antes en estas condiciones en un solo pueblo”.
El presidente nacional del sindicato JARC, Joan Carles Massot, confirma que el efecto llamada se ha silenciado tanto que “quizás ahora tendremos problemas con la confección de la fruta”. La oferta de mano de obra ha caído estrepitosamente y es posible que las cámaras y almacenes donde se lleva a cabo la preparación de la fruta para su comercialización tengan muchas dificultades para cubrir sus necesidades. Y lo que más teme ahora Massot es que “en años próximos, cuando el volumen de cosechas se normalice, suframos todavía más problemas de contratación”.
El ayuntamiento de Lleida también ha percibido una ligera reducción en el número de pernoctaciones en su dispositivo de acogida para temporeros. Hasta el 21 de julio, 427 personas habían pasado alguna noche al pabellón ferial de la ciudad, con capacidad para 122 camas. El año pasado, en las mismas fechas, se habían registrado 490 personas.
Previsiones de cosecha
El departamento de Acción Climática de la Generalitat actualizó el pasado viernes sus previsiones de cosecha de manzana y pera en Lleida, también afectada por las heladas de abril. De entre las variedades más importantes, la producción caerá este año entre un 50% (la manzana roja) y un 17% (la pera conferencia) en la demarcación, lo cual situará la media de todas las variedades en una bajada del 28%.
Estos datos se suman a los que la Generalitat ya dio en mayo con relación a la fruta de hueso. De 342.000 toneladas de esta fruta cosechada durante el 2021, se pasará este año a 165.000 (una caída del 70%).