BarcelonaEn Amazon los saltos siempre son meteóricos. En una década en España, el gigante del comercio electrónico ha pasado de poner en marcha una plataforma de venta online sin oficinas en el país a gestionar una treintena de instalaciones logísticas y una plantilla que llegará a los 15.000 empleados a finales de año (para poner la cifra en contexto, más trabajadores que en la Seat). Esta semana la compañía cumple 10 años en el Estado, un mercado que se ha convertido en punto clave en su distribución en el sur de Europa, pero sobre el que los sindicatos también han alertado en repetidas ocasiones de los peligros que comporta una empresa poco avezada a negociar condiciones laborales.
"Tenemos una cultura de mejora constante, de aprender de los errores y de ser autocríticos con todo lo que hagamos", defiende Ruth Díaz, actual responsable de Amazon Fashion en la Unión Europea y una de las primeras trabajadoras de Amazon en España. En 2012, dos años después de su desembarco, la compañía con sede en Seattle inauguraba por primera vez uno de sus icónicos almacenes en el municipio madrileño de San Fernando de Henares, la primera inversión de los más de 6.800 millones de euros que asegura haber desembolsado en España en este periodo de tiempo.
El primer centro logístico catalán, sin embargo, no llegó hasta 2017. Amazon ya había anunciado la construcción del macroalmacén del Prat de Llobregat y se estrenaba con unas instalaciones más modestas en Catellbisbal equipadas con tecnología robótica. Desde entonces, la compañía ha sumado nuevas inversiones cada año y actualmente cuenta con 13 centros puramente logísticos en Cataluña. El despliegue se ha notado especialmente en el Vallès: Amazon tiene instalaciones en Martorelles, Parets del Vallès, Rubí, Mollet del Vallès, Catellbisbal, Montcada y Reixac y Barberà del Vallès. Solo le queda una demarcación catalana por conquistar, Lleida, tras estrenar una estación logística en Constantí (Tarragona) y de anunciar un nuevo centro en el Far de l'Empordà (Girona) de cara al 2022.
En Barcelona, la multinacional fundada por Jeff Bezos empezó con un centro urbano de reparto para el servicio Prime Now, que ha sumado dos estaciones logísticas, un centro de apoyo a las pymes, un espacio de investigación en inteligencia artificial y unas oficinas corporativas. La compañía no desglosa cuántos trabajadores tiene contratados en Catalunya (los sindicatos calculan que solo en el Prat son 3.500 personas) y se limita a los datos sobre la actividad de las empresas catalanas que venden a través de su canal: más de 2.500 pymes que en 2020 exportaron 150 millones de euros.
Presiones y ritmo frenético
"A los sindicados no nos quieren ver ni en pintura", sentencia Alfonso Domínguez, representante de CCOO en el centro de San Fernando de Henares. Los representantes de los trabajadores han navegado durante esta década en una relación más que complicada con la dirección, hasta el punto que —según una investigación de Motherboard— Amazon contratara una agencia de espionaje para vigilar sus movimientos durante huelgas como la de 2018 por la campaña del Black Friday. El enfrentamiento por el convenio colectivo de Madrid (el grupo se descolgó con el objetivo de imponer el convenio sectorial) ha durado tres años, y no será el último. "Siempre tantean los límites de la legalidad", añade Domínguez.
Además de la mejora de las condiciones laborales, el agotamiento físico y psicológico es el gran caballo de batalla de la plantilla de mozos de almacén que hacen funcionar el engranaje de Amazon en España. "Piden mucho esfuerzo en los ritmos. Somos una plantilla de gente joven (la media está por debajo de los 30 años) que tiene muchos problemas de lesiones y ansiedad", explica Melodi García, delegada de CCOO en el centro de Prat de Llobregat. La exigencia de productividad, critica la sindicalista, hace que la mayoría de trabajadores no vean este trabajo como una opción viable a largo plazo. "La gente no aguanta haciendo los mismos movimientos cada día", indica. Los dos dirigentes sindicales denuncian, además, que la compañía no se puso las pilas en las medidas contra el covid hasta que los comités de empresa les dieron un toque de atención.
Con todo, la organización de los trabajadores no ha llegado a todos los almacenes del Estado. Desde CCOO calculan que de la treintena de centros españoles solo hay una decena con representación sindical. "A los más pequeños les da miedo porque es muy fácil sentirte señalado", comenta Domínguez. Mientras tanto, en el comité del Prat han optado por una opción más millennial: una cuenta de Instagram donde informan al resto de compañeros de sus derechos laborales y explican a los compradores de Amazon "qué se esconde tras la sonrisa" de su logo.
El catalán que ofrece 55.000 puestos de trabajo en un día
Adam Sedó contesta desde el otro lado del Atlántico, donde solo son las siete de la mañana. Hace más de ocho años que trabaja en Amazon, y los últimos cuatro lo ha hecho como director de comunicación corporativa desde la sede central de Seattle. Este catalán es el artífice de la feria de trabajo virtual que la multinacional ha organizado esta semana, por primera vez a escala mundial. El Amazon Career Day es el programa con el que en dos días el grupo ha ofrecido más de 55.000 puestos de trabajo a nueve mercados donde opera, ha organizado 30.000 sesiones de asesoramiento laboral y ha emitido su propio maratón televisivo en nueve idiomas sobre oportunidades de trabajo.
"Desde mi equipo lo propusimos y, como es habitual aquí, nos dijeron «¡Adelante!»", explica el directivo. Desde que se anunció la campaña, Amazon ha recibido más de un millón de currículums para llenar vacantes tecnológicas y corporativas (el programa solo incluía trabajos de logística en los Estados Unidos) de candidatos de todo el mundo. En España, la empresa también ofrecía un millar de puestos de trabajo. "Solo en Barcelona hay centenares de posiciones abiertas en temas como la investigación en inteligencia artificial", apunta Sedó.
¿Por qué la tercera empresa del mundo en volumen de facturación necesita su propia feria laboral? El directivo razona que hay muchos perfiles de trabajadores que no imaginan que su currículum puede encajar en Amazon, un gigante que cada vez aterriza en más sectores. "Necesitamos desde un ingeniero para los satélites del proyecto Kuiper hasta un diseñador para crear tipografías más fáciles de leer para el Kindle", explica. Además, recuerda que en los Estados Unidos el mercado laboral pospandémico ha dejado un escenario inédito: "Hay más puestos de trabajo ofrecidos que gente buscando y 3,9 millones de personas que dejaron su trabajo voluntariamente. Los cambios de carrera están a la orden del día", comenta Sedó.
Que el próximo año se repita esta oferta de trabajo masiva, admite, dependerá de las necesidades de contratación del grupo. Solo en 2020, cuando la pandemia disparó los ritmos de trabajo del comercio electrónico, Amazon contrató a medio millón de personas.