Innovación

Hasta 15 grados menos: una solución aeroespacial para aislar las casas del calor

La empresa Fischer trae a España una tecnología japonesa para mejorar la eficiencia energética de las construcciones

BarcelonaSi existe una conversación presente en todas las casas estas últimas semanas es sobre el calor. En Catalunya, la temperatura ha superado todos los récords este mes de junio, que ha dejado noches tropicales y jornadas pesadas. De hecho, según un estudio de la empresa alemana Fischer, especializada en soluciones técnicas de fijación, aislamiento y eficiencia energética para la edificación, uno de cada cinco españoles se siente inseguro en su casa durante las olas de calor, y esta cifra se eleva a uno de cada tres en el caso de familias con bebés.

Según explica la empresa, la razón es alarmante: el 90% de las viviendas en el país se construyeron antes del Código Técnico de Edificación y no están preparadas para hacer frente al calor extremo. De hecho, explican, a través del techo de un edificio puede llegar a entrar hasta el 30% del calor que se sufre en su interior. Esto convierte a nuestros hogares "en auténticos hornos", provocando también que se dispare el consumo energético.

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Ante esta situación, Fischer ha traído a España una alternativa innovadora capaz de adaptarse a todos los hogares. Se trata de una solución inspirada en tecnología aeroespacial japonesa, un recubrimiento de sencilla aplicación, similar a una pintura, para los tejados, cubiertas y fachadas de los edificios y naves que permite aislar los edificios. Según explican desde la empresa, "esta solución reduce hasta 20 °C la temperatura en la superficie del techo, disminuye hasta 15 °C el calor interior de la vivienda y permite un ahorro de hasta el 50% en climatización", lo que se traduce en "una alternativa real y sostenible a los ventiladores y al aire acondicionado".

En palabras de Lidia Asensi, directora digital de Fischer en España, "se trata de una tecnología que hace de aislamiento en forma de membrana, y además se aplica como una pintura", explica en declaraciones alEmpresas. "Hace ya dos años que la hemos llevado a España, pero este año la situación es particularmente compleja en este aspecto, y consideramos que es bueno que se conozca más –detalla Asensi–. Nuestra obsesión es dar soluciones a las personas, y con lo que está pasando con las temperaturas extremas pensamos que es una solución que debe conocerse", apunta.

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De los satélites a los edificios

"Llevábamos años buscando soluciones para este problema, y ​​gracias a un colaborador descubrimos que en Japón utilizan este producto para aislar satélites en el espacio", comenta Asensi. Concretamente, es una tecnología diseñada por la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) que se utiliza para proteger los cohetes y satélites del calor a la reentrada a la atmósfera, con temperaturas de hasta 1800 °C. Lo que se ha hecho desde Fischer es desarrollar la implementación del producto y democratizar su aplicación en las casas. "Este producto es una buena solución para la situación de altas temperaturas en los edificios porque no tiene conductividad, está hecho con nanotecnología de envasado al vacío y, por tanto, lo que hace es que rebota el calor y la poca que llega no entra en el hogar", detalla la directiva.

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Así, este escudo térmico utiliza tecnología de micropartículas cerámicas altamente avanzadas, compuestas por dióxido de titanio (TiO2) nanoestructurado, que produce un efecto de barrera térmica que refleja tanto la luz visible como los rayos infrarrojos cercanos, con la mitad de conductividad. Además, Asensi apunta que, aparte de la temperatura –al ser un aislante, también sirve para el frío–, esta solución tiene más propiedades: "Los iones negativos se comen los positivos, que son los que provocan los hongos y las humedades, y mejoran la calidad del aire, por tanto, también es bueno para las personas que tienen problemas respiratorios".

Además, desde Fischer apuntan que también es muy útil en negocios, sobre todo para naves donde hay maquinaria y en los que los techos son muy altos y regular su temperatura es muy costoso. "Ha tenido un muy buen recibimiento aquí en España, hay muchos arquitectos que ya lo están poniendo en muchas viviendas –explica Asensi–. También tiene bastante demanda en granjas, lugares en los que los animales mueren mucho por la gran oscilación térmica, y este escudo térmico ahorra mucho dinero en cuanto a la regulación de temperatura", apunta. Esta solución se puede encontrar a través de técnicos habilitados para aplicarla oa través de la propia Fischer, que da una garantía de 10 años, aunque en principio "no requiere reaplicación", detalla Asensi.